sorprendida

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~Profesor~

Avanzo por los pasillos del instituto, ya estoy tarde y mis alumnos deben de estar esperándome. Al entrar al aula los veo a todos sentados y con el material ya en la mesa como a mí me gusta, me gusta que sean así de disciplinados, no tengo ninguna queja, a excepción de ella, Irina, la oveja negra del grupo, siempre sentada al fondo, casi siempre está despistada o si no durmiendo sobre la mesa, a parte de eso es una joven muy hermosa a la que le tengo muchas ganas.

Empiezo con la clase de historia y en ello se va la hora, finalmente suena el timbre y los  chicos se levantan a toda prisa saliendo por la puerta, sin embargo está Irina, que con lentitud se levanta y avanza con pesadez hacia la puerta para salir por ella. Esta chica me impresiona, no hace nada y va por ahí como un zombie, algún día de estos hablaré con sus padres para comunicarles lo que pasa.

~Irina~
 
-Me cago en todo tío, te dije que la guardaras bien, cojones.

-pedazo de mierda a mí no me hables así eh, estaba bien escondida pero mi madre rebuscó tanto que dió con ella. Ya te consigo un poco más esta noche.
 
Estaba hablando con mi mejor amigo, el croque, de vez en cuando le pido que me consiga un poco de polvillo de hadas, su madre sabe que el consume pero cuando se la encuentra se la quita y no sabemos que hace con ella.

Guardo mi teléfono y salgo del cubículo del baño, me acerco al espejo y observo mi cara, jode que cara de muerto me llevo, normal que me miren con pena si es que doy asco, pero que más da, que se vayan a cagar.

Llegada la hora del receso acostumbro a esconderme entre las escaleras de recinto, nadie está dentro en ese tiempo, o están en la cafetería o si no en el pabellón, aprovecho los quince minutos del descanso para fumarme mis porros o cigarrillos, ésta peña me tiene harta, cuanto estrés por dios.

Me coloco mis auriculares y la primera canción de la playlist comienza sonar, ahora sí estoy en ambiente, mi musiquita, mi porro y yo, nadie más, lo único que necesito para ser feliz ahora mismo .Cierro mis ojos y disfruto de la primera calada que doy, pero al abrirlos se me cae el alma a los pies, y es que en frente de mí se encuentra mi profesor de historia, Marcos Álvarez.

Todo Por Un Porro [Terminada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora