Código Lyoko. AFTERPARTY

¡Bú!

-Tú tampoco te has quedado corto Einstein, al final vas a ser más fiestero de lo que todos creíamos.

-Vamos, no ha sido para tanto.

-¿Ah no? ¿Podrías pasar un control de alcoholemia?

-¡Claro que sí!

-Pues vamos a intentarlo. 

Los dos chicos se pusieron uno al lado del otro caminando por una línea recta imaginaria que ninguno conseguía mantener el equilibrio. Los dos se reían hasta que Jeremy se cayó al suelo y su amigo se tiró encima. Aelita seguía pensativa, como si no se terminase de sentir cómoda allí.

-Voy al baño.-dijo la chica dirigiéndose a dar un paseo, apenas había bebido por lo que estaba totalmente lúcida.

Comenzó a caminar para despejarse la mente hasta que un chico muy alto se puso delante suya impidiéndole el paso. Todos los chicos bailaban juntos, William, el que más había bebido abrazó a Yumi por la espalda y apoyó la cabeza en su hombro. Ella sonrió, estaba cómoda, pero sabía que aquello molestaría a Ulrich por lo que apartó los brazos del chico con sutileza, pero él le dio la vuelta colocando su cuerpo justo en frente del suyo.

-Perdóname por lo de hoy-dijo el chico.

-Que yo sepa no has hecho nada.

-Ya sabes... Por lo de la espada y... Todo eso. He estropeado la misión.

-¿Eres tonto? La misión ha sido un éxito, te has cargado el ordenador. 

-Ya, supongo que sí.

-La verdad es que has progresado mucho, lo cierto es que estoy orgullosa de ti. 

Los dos sonrieron, él abrazó a la chica, fue un abrazo amistoso, ella hizo lo mismo. Pero quizás a un chico un año menos que ellos no le hizo demasiada gracia. Aelita miró hacia arriba, el rey de Kadic sonrió, su sonrisa de anuncio marcó sus hoyuelos y su pelo castaño claro caía por su frente. Iba vestido de bombero, ella cruzó los brazos e intentó rodearlo, pero el chico volvió a ponerse delante suya. 

-¿Se puede saber qué quieres?

-Eh, eh. ¿Porqué tan borde?

-Por que no somos amigos.

-¿Sólo eres simpática con tus amigos? Sobretodo con el chico de las gafas, el superdotado. ¿Cómo se llama? ¿Es tu novio?

-Pues sí que lo es. Ahora déjame Cameron. 

-Anda, pero si te sabes mi nombre. Eso es un proceso eh, vas muy guapa. Espero que ese tal Jeremiah te dé lo tuyo porque chica... Con esas curvas.

-¿¡Pero cómo te atreves!?

Aelita comenzaba a enfadarse, volvió a intentar rodearlo y ella se zafó de su mano. Intentó caminar, pero el chico volvió a ponerse en frente. Le hubiese encantado tener una bola de energía para lanzársela. 

-Vamos. Solo te he dicho que tienes un cuerpo de escándalo. Estás delgada pero chica, menudo culo. ¿Vas al gimnasio?

-¿Vas a dejar a mi novia en paz?

Cameron se dio la vuelta, Jeremy se acercó a los dos y se puso en medio, iba algo borracho y aunque por dentro estaba temblando, de lo que no tenía ninguna duda es de que daría la vida por ella si hiciese falta.

-Vaya, el rey de Roma. ¿Vas a echarme huevos? Venga. Estoy seguro de que no te has peleado en tu vida.

Cameron hizo como el que le daba un puñetazo a la cara de Jeremy, pero él ni se inmutó. Eso hizo que Cameron se enfadase aún más. Marcos agarró los brazos de su amigo y lo empujó hacia atrás.