-Están aquí. - Dijo de repente Diana mirando a la otra chica.
- ¿No dijiste que eso les mantendría ocupados? - Preguntó Cati.
-Debéis venir con nosotras. - Dijo Diana ignorando a la otra.
-No por qué...- empezó a decir Villa -. No tengo tiempo. - Aseguró la más alta y en un parpadeo estaban frente a la casa de Aleho.
- ¿Qué pedo, qué pedo? - Dijo Martín sin entender que pasó.
-Luego les explicamos, ahora traer a vuestro amigo acá. - Les aseguró Cati.
Y sin quererlo ni buscarlo, los cinco acabaron en un lugar apartado del mundo en una especie de internado dónde la gente tenía poderes.
-Bien Villamil, tienes que convertirte en cualquier cosa y actuar como eso, tus compañeros deberán encontrarte. - Comentó Diana.
Tres horas más tarde una hormiga bailaba alegremente sobre la papelera.
-Después de la eterna partida del escondite, es el turno de Isaza. - Dijo Cati colocando unas hojas secas en mitad del camino.
A pesar de los mil intentos de Isaza nada fue posible, no pudo hacer aparecer el fuego.
- ¡Tú puedes Isa! - Le animaba Villa.
- ¡Qué no puedo! - Se quejó, levantó los brazos de forma desesperada y de repente unas chispas salieron volando y cayeron en un árbol, que empezó a arder rápidamente.
- ¡Apágalo! ¡Apágalo! - Gritó Diana.
- ¡No puedo! - Dijo Isaza haciendo todo lo posible por apagarlo hasta que al final si se extinguió.
- ¡Felicidades! - Le animó Diana aplaudiéndole causando que Juan Pablo le mirara mal.
- ¿Cómo vas, Martín? - Preguntó Cati al menor de los integrantes.
-Creo que acabo de firmar mi sentencia de muerte. - Comentó este mirando fijamente a Villamil.
De la nada Simón, Isaza, Aleho, Diana y Cati empezaron a reírse confundiendo al pobre Villa hasta que Diana le prestó un espejo. Al mirarse comprobó que su barba, cabello y cejas se volvieron rosas.
- ¡MARTÍN, USTED ESTÁ MUERTO! - Gritó Villamil y el nombrado salió corriendo siendo perseguido por el de ojos verdes.
Hasta que de repente Villa cayó al suelo y parecía que algo le pasaba ya que no se movía nada, pero nada.
-Creo que lo maté. - Dijo Martín asustado mirando a Villamil.
-Pues revívelo, si lo mataste lo puedes traer de vuelta. - Comentó Cati un poco indiferente.
- ¡No ayudan! - Gritó Martín atacado sin saber qué hacer.
-Le quitáis lo divertido a la vida. - Se quejó Diana y con un movimiento de muñeca el banjista de Morat se despertó sobresaltado y con su cabello ya normal.
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Sobre shipps de Morat y sus efectos secundarios y unas cuantas cosas más./FINISH
FanfictionHabrán one-shots o historias cortas sobre lo que pone el título y otra cosas random, también se aceptarán pedidos. Somos dos escritoras las cuales firmaremos como: ~Diana ❧Cati Quiero aclarar que en su mayoría serían Isargas debido que es lo que me...
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