Bum, bum, bum.

Recordar sus miradas de asco y hastío avivó la llama en su interior, en sus ojos ardió un odio demencial que le hizo devolverle la sonrisa a su reflejo. 

Bum, bum, bum.

_Estoy tan cansado_ le habló al espejo, sereno_ Cumplí lo que tenía que cumplir, siempre pinté adentro de las líneas, ayudé a otros en cuánto fuera necesario, pero ¿Sabes qué? Me enseñaron que, esperando, las cosas no llegan..._ golpeó el lavamanos con un puño, regando gotas de sangre que escurrían por sus brazos_ Y ahora siento todo este dolor y todo este odio en mis venas… me obligaron a esto… es su culpa_ la sonrisa se ensanchó_

Bum, bum, bum.

Su corazón latió con más fuerza, sus palabras llenas de odio y rabia nada más hacían hervir su sangre.

_ Ahora me doy cuenta de que ser bueno no es más que un pasatiempo, una mentira de mierda que otros usan para sacar provecho de los imbéciles que les creen, pero conmigo no funciona; ya me lastimé la última vez, me pasó por pelotudo..._ el agua del grifo se abrió, comenzando a lavar el líquido escarlata aún tibio que caía en pequeños torrentes por los brazos cubiertos de cortes y grietas_ y nunca, NUNCA, voy a dejar que otra persona se aproveche de mí otra vez … estoy harto_

Ring, ring, ring.

Sonaba el teléfono fijo en la planta baja, ajeno a las siniestras palabras del albiceleste que se miraba al espejo. 

_Ahora los que se van a cuidar son ellos, me toca atacar. Espero que no se les ocurra pedir piedad_ sonrío, un hambre voraz avivaba la llamada de odio en sus ojos, mezclándose en una maraña de sentimientos destructivos que radicava en un simple deseo homogéneo: ambición. 

Ring, ring, ring.

Siguió sonando el teléfono sin ser escuchado, la grabadora eventualmente ofreció al remitente la opción de dejar un mensaje de voz para ser escuchado a posteriori. 

El buzón recibió un único mensaje, segundos donde el remitente suplicaba la comunicación inmediata con el dueño de aquella residencia, aquél territorio, y aquél odio desmedido. 






"¿Arge? Causita, verá', yo supe lo que pasó en la reunión… Quería decirte que n-no era en serio lo que dijeron, y-yo… en mi caso no es enserio. No te enojes pe', los causas solo estaban cansados y agobiados por sus situaciones, no tenían la intención de decirte eso pe'... 

...Arge, por favor, contesta el teléfono… hay que hablarlo ¿Si?"












































Bam, bam, bam

Los disparos se efectuaron rápidos y precisos, cartuchos vacíos golpearon el piso. 

Sonrisa afilada en una macabra expresión de anaranjados ojos, asimilaba la expresión de quién había sido su antecesora. 

Aquellas paredes, de un tierno color rosa en su exterior, volvían a presenciar la violencia y muerte en el interior. El piso manchado de sangre fue golpeado por los cuerpos que aún permanecían tibios aunque la vida hubiera escapado de ellos tras el haber sido perforados sus cráneos. 

°Fuerte° (C.H. Argentina)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora