Estaba por decirle algo más para que no se preocupara pero una voz me interrumpe.

—¡YA VIENEN! ¡EN CINCO MINUTOS! —Nos avisa Mamá mientras ingresa a la sala.

Asiento en su dirección para que sepa que la escuché.

Ella se acerca y se arrodilla junto a Nixie

Ambas se quedan en silencio absoluto, se perfectamente que tienen muchas preguntas y se las pienso responder pero no ahora, así que agradezco su comprensión.

La agitada respiración de desconocido (así lo llamaré por ahora) acompañada de algunos quejidos dolorosos son lo único que se logra escuchar en la pequeña sala de estar.

—Dios mío hija, ¿sabes lo que haces? Se ve muy mal. —Cuestiona mi madre com preocupación en su voz

Por supuesto que no. No soy doctora, pero según mis conocimientos básicos tengo que hacer presión en la herida.

—B-Bueno… más o menos.

Después de eso nadie hablo hasta que llegaron los paramédicos, no hubo ninguna complicación hasta que nos preguntaron que fue lo que pasó con más exactitud, además de que no tenía ningún tipo de identificación.

En ese momento me quedé muda.

—Bueno…

¿Qué le decía?

“Oh Doctor me lo encontré en un parque a las casi once de la noche y como pensé que me mataría lo deje sin descendencia pero después me arrepentí ya que estaba herido y lo traje a casa.”

Eso no se escucha muy bien, sin embargo es la verdad.

Estaba por abrir la boca cuando me interrumpen

—¡El se peleó!

Me giro con brusquedad cuando escucho tal disparate de mi mamá. Con la mirada le pregunto que rayos está haciendo

Me ve de reojo pero me ignora.

—¿Se peleó? Sin embargo no comentó nada de eso en la llamada.

Ella finge haber recordado algo golpeándose la frente

—¡Oh es cierto! Una disculpa, no cabía en mi la vergüenza de que mi hijo se comportara de esa manera.
Espera.

¿¡Que!?

Su. Hijo.

—Además ya sabe cómo son los jóvenes de hoy en día, se quieren sentir los machos alfas y esas cosas.

Veo como Nixie intenta esconder una risita.

Pero yo no le veo nada de gracioso

El paramédico asiente poco convencido y nos sonríe amablemente antes de retirarse.

En cuanto sale de nuestra vista, explotó.

—¡¿Por qué no le dijiste que su nombre era Ambrosio ya que estabas en eso!?

Ella me lanza una mirada de reprobación

—Astrid Loany Bennett Coleman, que sea la última vez que me hablas así.

Cierro los ojos con fuerza al igual que mis puños para tratar de controlarme.

—Además, les dije que su nombre era Albert —argumenta con orgullo

—Mamá, ¿ese no era el nombre de tu ex novio cuando estabas en preparatoria? —pronuncia a mi lado Nixie con un tono de voz divertido

Esto es demasiado.

Tu Persona EspecialDonde viven las historias. Descúbrelo ahora