Theodore coloca su maletín sobre la mesa, lo abre y saca del interior numerosos informes. De todos ellos, escoge en concreto un archivo color carne que abre frente a Grace con un par de fotos de escenario del crimen.
- Te contaré lo que quieras. - le dice a Theodore, pero cierra el archivo. - Primero, saca a Cedryc de la cárcel.
- Necesito que me cuentes que ocurrió. - exige saber el abogado. - Durante los interrogatorios con la policía dijiste que Seth te atacó.
- Él estaba sobre Cedryc. - empieza a relatar nerviosa. - Ni siquiera sabía que mi hijo estaría en su casa. Me aparecí por sorpresa. Entonces subí al segundo piso porque oí golpes, y cuando entré en la habitación principal, Seth estaba atacando a mi bebé. Yo lo aparté, y de pronto...
- ¿Que ocurrió?
- No lo sé. - suelta nerviosa. - No lo vi bien. Lo aparté de Cedryc, y pensé que eso le haría rendirse, pero de pronto me atacó. Con un abrecartas.
- ¿Un abrecartas?
- Señora Coleman, es importante que lo recuerde. - la presiona el abogado. - Porque junto al cuerpo de Seth no se ha encontrado absolutamente nada. Ni abrecartas ni cualquier otro objeto que pueda respaldar su versión.
- ¡Saca a mi hijo de la cárcel! - le exige Grace a Theodore. - Habla con la Fiscalía. Diles que él no tiene nada que ver en esto, y que yo asumiré todos los cargos.
- Ya he acordado una reunión con la Fiscalía a mediodía día, señora Coleman. - contesta Theodore con suma paciencia. - He hecho mi trabajo. Los cargos contra Cedryc no se sostienen. Y si el fiscal se mantiene en su postura, le pediré una reunión al juez inmediatamente.
No es la primera vez que presencio este ataque de nervios por parte de Grace, lo curioso es que no se deba por sí misma sino por causa de su hijo. Por la preocupación que le genera que Cedryc esté en la cárcel soportando quien sabe qué atrocidades, y que no esté su gemelo o ella para protegerlo.
- Grace, ¿cómo supiste que Seth abusó de Caleb? - le pregunto, y Theodore parece de acuerdo de que conteste a mi pregunta.
- Ese bastardo lo admitió. ¡En mi cara! - dice aún llorosa. - Tantas insinuaciones de Caleb, me hicieron dudar. ¡Pero te juro que él nunca me lo dijo cuando era niño! - ahora la mujer tiene la mirada perdida hacia la nada. - La verdad es que no tengo perdón, Anaïs. Mi deber era protegerlo de los monstruos, y no lo hice.
- Theodore necesita más información de Seth, Grace. - le recuerdo. - Saber cómo era. A qué se dedicaba. Algo que le permita desmontar el papel idílico que el fiscal pretende dar de él.
- Yo no necesito que me defiendas, sólo que liberes a Cedryc. - recalca nuevamente. - Soy vieja y he vivido demasiado, puedo soportarlo. Pero mi hijo no, es sensible y ha heredado los asquerosos genes que yo recibí de mi madre.
Se refiere a esa depresión crónica que sufren tanto Grace como Cedryc.
- Me lo está poniendo muy difícil, señora Coleman. - la regaña Theodore.
Temo que el señor Wells se rinda con nosotros, y no nos ayude.
- Seth tenía un grupo de amigos...que siempre me producían escalofríos. - comienza a relatar. - De aspecto extraño. No como Seth que era un pijo egocéntrico, igual que yo supongo, pero ellos no eran así.
- ¿A qué aspecto se refiere?
- No eran personas tan mayores, pero usaban ropa vieja y desgastada. - añade. - Uno de ellos siempre miraba de reojo. Como si no fuera capaz de mantener el contacto visual.
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No me olvides🌾
RomanceAnaïs Coleman tenía la vida que siempre había deseado, con un marido al que amaba y al cuál consideraba el amor de su vida. Caleb era un sueño hecho realidad. Así que, cuando el pequeño fruto de su amor empezó a crecer en el interior de su vientre...
Capítulo 26
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