— No puedo —sonrió—. Vas a tomar una ducha conmigo, bebé. Va a gustarte, confía en mí.

— Yoongi, ¿puedes escucharme? Estoy tratando de hacerte entender lo que... siento.

— Ya hablaste, ahora calla —tomó su brazo y le guió hacia el baño, teniendo que usar algo de fuerza para lograrlo, ya que el menor forcejeaba e intentaba huir de él. Y es que Yoongi no lo hacía con mala intención, lo tomó como juego, pero Jungkook no lo veía así.

Jungkook había perdido tanta fuerza y Yoongi ganado mucha más.

Cerró la puerta del baño en cuanto el menor estuvo dentro y encendió la luz, quedándose ahí para evitar que el otro intentara salir. Tomó el borde de su propia camisa para sacarla, quitándose el pantalón luego.

Jungkook le miraba atento, sus músculos tan marcados, aquello le intimidaba; sus ojos comenzaban a cristalizarse ante el temor latente, no quería que volviese a lastimarlo. Aunque no estaba siendo malo ahora, no estaba siendo violento, su mente reaccionaba sola imaginando los peores escenarios desde lo que había pasado en la casa que compartían, estaba marcado de por vida por ese recuerdo.

Yoongi se acercó a él, tomando su cintura con suavidad y admirando las pequeñas lágrimas que se deslizaban por sus mejillas. ¿Estaba siendo demasiado cruel? Tan solo trataba de tener un momento agradable con su novio, pero es que Jungkook no cooperaba. Él no quería obligarle, pero no sabía cómo convencerlo.

¿Estaba siendo demasiado duro? No sabía usar palabras lindas, no sabía cómo hablar bien y calmarlo, no conocía esa parte suave del mundo.

— Bebé, confía en mí, ¿sí? Confía en mí una vez más —recargó su rostro en el hombro del menor, sin soltar su cintura y manteniendo la suavidad en aquello. Ya no quería asustarle, el chico estaba mucho más débil y sensible que nunca, ya no sabía cómo tratarle.

Pero no quería perderlo, trataba de tenerle tanta paciencia como le era posible.

Jungkook no contestó, tan solo siguió llorando en silencio, reprimiendo sollozos y tratando de limpiar sus lágrimas.

Las manos del ahora pelinegro acariciaban su cintura, sus dedos paseaban a lo largo de su espalda y le dejó congelado cuando bajaron casi hasta su trasero, solo para tomar el borde de su camisa y comenzar a subirla, con una velocidad tan lenta y sin tocar siquiera su piel, tenía tanto cuidado como podía, pero Jungkook seguía asustado. ¿Qué tan suave debía ser para calmarlo?

Bajó con la misma lentitud su pantalón, tomando luego su brazo para llevarle hacia la tina. Esperó a que él entrara por su cuenta y estaba a punto de entrar con él, pero se detuvo.

— No quiero que recuerdes todo... eso, pero no sé cómo ayudarte. Si entro contigo y mi cuerpo toca con el tuyo por error, vas a ponerte mal, ¿cierto? No voy a entrar, entonces —el menor seguía sin decir nada.

Yoongi le invitó a sentarse y se arrodilló a un lado de la tina, esperando un poco antes de acercar sus manos a la espalda del menor.

Usó una de ellas para tomar agua y humedecer su cabello, mientras con la otra acariciaba su espalda. El chico permanecía quieto, temblando levemente ante la ansiedad que le causaba su toque.

Yoongi no podía solo rendirse, no quería tener que alejarse de él. Estaba convencido de que podía ayudarle a superarlo.

Las manos del mayor eran tan cariñosas con él, sus dedos le tocaban con tanto amor y se acercaba eventualmente para dejar besitos en su hombro. Pero nada lograba devolverlo a la realidad, aunque por lo menos su cuerpo ya no estaba tan tenso, tan sensible.

Dudó bastante cuando le pidió retirar su bóxer, pero al final lo hizo. Yoongi no tocó nada en esa zona, pero sí se permitió recorrer sus piernas y masajear el resto del cuerpo de su novio un poco, deteniéndose a sentir la suave piel del chico en sus manos. Era demasiado débil, ya no quería reprimir su deseo hacia ese hombre, pero entendía perfectamente que la situación era consecuencia de sus propios actos.

Cuando creyó que ya era suficiente, le ayudó a levantarse. Tomó una toalla del baño y lo envolvió con ella; ni siquiera se la puso en la cintura, la puso en sus hombros y tomó su manita, entrelazando sus dedos y llevándole a la habitación.

Le hizo sentarse en la cama y se inclinó para estar a su altura, acariciando su mejilla y sonriendo al ver su expresión ya más calmada, sin más rastros de lágrimas en su rostro. Los ojitos del menor le miraban fijamente, aún estaba algo perdido, pero se sentía mucho mejor.

Sus ataques eran cada vez más intensos, el pánico se apoderaba de él y aquello le aterraba. No parecía mejorar desde que volvieron y estar ahora a solas con Yoongi otra vez, le devolvía el miedo.

— Vístete, Jungkookie. Voy ahora yo a bañarme y regresaré pronto para secarte el cabello, ¿bien? Espérame.

— Yoonie —le llamó antes de que saliera, haciendo al otro ensanchar su sonrisa tras escucharle hablar finalmente—. ¿Puedes... besarme antes de ir?











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Nota: Ah, por fin voy a regresar con nuevos capítulos, terminé de resubir todo lo que ya tenía<3

La historia pasó los 1k votos y apenas me doy cuenta aaAaAaaaah Gracias, otra vez.

Disasterology 윤국 YoonKook • Donde viven las historias. Descúbrelo ahora