Había una vez... (Diakko♥)

Cap. 50

—Sonrió—entiendo.

Mi madre me protegió estando en su celda y lejos de mi, eso es...hermoso de su parte, así que... ¿hay hechizos de comunicación? En los libros que recibí leí muchos de controlar animales, objectos y personas, pero, ninguno de comunicado o conexión mentalmente.  

— ¿Que sucedió con Amanda? —pregunta con su cabello todo desordenado.

Oh...tend-

—Tu hija murió, Zaid—respondió Merides en un tono triste y directo.

Lo soltó, pensaba decírselo yo. Mire con atención la expresión del padre de Amanda, esta sorprendido y puedo ver angustia en sus ojos, nuestras miradas se toparon y agacho la cabeza rápidamente, suspire y extendí mis manos al frente; es el momento.

—Puedo mostrarle lo que sucedió—hago una pausa—si lo deseas.

—Por favor—pidió con suplica.

Cerré mis ojos y moví mis manos en círculos, sentí un cosquilleo en las palmas y comencé a decir el hechizo largo lentamente para no equivocarme, abrí mis parpados un poco viendo una neblina de color verde, amarillo y azul, volví a cerrar mis ojos y los recuerdos comenzaron a fluir en mi mente.

—Al fin despiertas.

— ¡Madre! 

La voces se escucha como un echo, pero, ese no es el recuerdo que quiero mostrarles. Seguí buscando entre muchos que aparecieron en mi cabeza en forma de esferas.

—En este entrenamiento quiero practicar contigo—dice Amanda llegando a mi lado.

— ¿A que se debe el interés? —la miro de reojo comenzando a relajar los músculos de mí cuerpo.

—Quiero defenderme ante un criminal y poder ser tan fuerte y respetada—levanta sus brazos enseñando sus ''músculos''.

—Mi niña...—susurra la señora Merides al verla en la neblina sonriendo.

Mas adelante...

—Diana— me mira con lágrimas en sus ojos.

— ¿Estás bien madre? —pongo mi mano en su hombro.

—Largo de aquí— se pone su mano en la boca.

—La miro confundida—

— ¡Vete! —tira la hoja al suelo.

Sacudo mi cabeza un poco, evitando esos recapitulos dolorosos del pasado.

—Entra bruscamente y cierra la puerta— no la dejes entrar—sonríe.

—La miro confundida— ¿De que estas hablando?, ¿Que estuviste haciendo?

— Mi trabajo—dice orgullosa.

—Descubro lo que tiene en la mano— eso es... ¡Amanda!—me levanto observándola con molestia.

—Solo quería saber que copa es y como no me lo dijo, tuve que actuar—cruza los brazos.

— ¡Lo que has echo es irrespetuoso! —le quito el brasier de sus manos.