En pocos minutos, las camillas son ocupadas en su totalidad y el personal de salud se preocupa de atender a los heridos. Algunos cuentan que fueron emboscados y que el resto de sus compañeros habían sido capturados.

Parte de los soldados son dados de alta y enviados a descansar un par de días antes de reintegrarse a sus labores de entrenamiento, unos pocos se quedan en observación, y otros más, son trasladados a hospitales para una atención más específica, pues sus heridas son mucho más graves.

Pocos días después, las compañeras de Lillian se emocionan ante la inminente llegada del Capitán América, al que describen como un hombre muy guapo que realiza un show a los soldados, así que laas jóvenes no dejan de hablar de él y adular lo atractivo que es.

Lillian se limita a cumplir con su trabajo, aunque pocos minutos después sus compañeras se le unen y al final del día, ellas se apresuran para ser las primeras en presenciar el show, sin embargo han reservado estos lugares para los del escuadrón 107.

La joven las ha acompañado y se sorprende cuando ve que el Capitán América es ni más ni menos que Steve Rogers. Lillian no puede evitar sentirse un poco desilusionada debido a que esperaba que por sus recientes dones, él estuviera en primera línea, pero está ahí, dando un show de entretenimiento.

Aquellos hombres sólo están ahí por las bellas bailarinas y terminan corriendo a Steve antes de tiempo. Así que cuando la presentación termina, Lillian se escabulle hacia el dormitorio, sin embargo, es interceptada por un cabo.

—Señorita Thompson, me alegra encontrarla por aquí, necesito sus servicios... —dice sonriendo.

—Mi turno ha terminado, le sugiero que vaya a la estación para que lo revisen adecuadamente —responde ella intentando esquivarlo.

—Mi problema es un poco más... personal —dice aquel hombre con una mirada diferente que causa asco a la joven.

Lillian vuelve a hacer el intento de esquivarlo, pero el hombre la toma del brazo con fuerza y ella de inmediato le propina un puñetazo en el ojo. Aquel sujeto retrocede pero al instante vuelve a acercarse a ella, impidiendo que se aleje, sin embargo, una mano masculina lo toma del hombro y con un simple empujón lo aparta.

—¿Está usted bien? —cuestiona Steve Rogers. Lillian asiente un tanto agitada.

—¿Es lo mejor que tienes? ¡No, no respondas! Probablemente lo mejor que tengas son tus pasos de bailarina, vamos Capitán América, muéstrame tus movimientos —le reta el cabo.

Steve sólo lo observa, pero no lo ataca y se mantiene firme al lado de Lillian, aquel sujeto carcajea y de inmediato se acerca a Rogers, quien detiene el golpe y le da uno suficientemente fuerte para tirarlo.

—¡Cabo Green! —grita la agente Cárter que es acompaña por Howard Stark y el coronel Phillips, y quienes han visto gran parte del altercado.

No es necesario que Lillian explique la situación, pues Howard y Margaret, así como Steve, certifican lo sucedido. El cabo es arrestado y Steve y Lillian vuelven a quedarse solos.

—Gracias, ¿Capitán América? —dice la chica confundida.

—Solo Steve, por favor, señorita Thompson.

—Lillian, por favor —ella le corrige con una agradable sonrisa —. Muchas gracias, Steve. Ese tipo es demasiado molesto y no está conforme con las veces que lo he golpeado.

—No es de una dama comportarse así —dice Steve sin pensar.

—¿Opina que no debería defenderme y esperar a ser rescatada como una damisela en apuros? —cuestiona la joven con una ceja levantada.

La enfermera y el sargento [Bucky Barnes]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora