—Éste es el conejito al amanecer.

A la misma nube de antes se le suma un sol en el cielo. Vuelvo a halagar su dibujo y ella vuelve a sonreír, para seguir mostrándome todo lo que el conejo hace en un día hasta terminar con un dibujo igual al primero.

—¿No dibujas algo que no sean conejitos?

No quiero pensar que es una obsesiva como Illumi.

—Dibujé la ardilla de la que me contaste, voy a buscarla.

Ella sale corriendo del cuarto, dejándome a solas con Karen.

—Quería agradecerte por cuidar de mi hija. Sé que le enseñaste a leer.

No disimula su expresión de asombro, lo que se ve muy raro en su cara de robot.

—Educarla es parte de mi trabajo —dice, recuperando su indiferencia y volviendo a su lectura.

Espi regresa y me muestra el dibujo.

—¡¿Eso es una ardilla?!

No puedo ocultar mi expresión de asombro.

Ella asiente

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Ella asiente.

—¿Has visto alguna vez una ardilla?

—Mi papi dijo que eran como los conejos, pero con la cola más peluda.

Apuesto a que Illumi en su vida ha visto una ardilla, tal vez ni siquiera existen en su mundo.

—Creo que tendremos que ir a un zoológico —le digo, mirando el dibujo desde distinto ángulo, pero no hay caso.

—¿Qué es un zoológico?

Le explico y la idea le fascina, tanto que quiere que la lleve ahora mismo. Y me encantaría hacerlo, pero no puedo sin avisarle antes a Illumi.

Avisar, como no, pedirle permiso, pienso con fastidio.

—¡Mami, mami, llama a mi papi!

—Cariño, él debe estar ocupado en este momento.

—¡Karen, Karen, llama a mi papi! —insiste Espi.

—Sólo puedo llamarlo en caso de emergencia —dice ella.

—¡Pero esto es una emergencia! Necesito conocer a las ardillas.

Ella empieza a desesperarse y agita sus manos como si hubiera tocado algo caliente. Le insiste a Karen y luego a mí y al recibir negativas se jala el cabello y termina golpeando la mesa con ambas manos.

—¡Esperanza, basta! —la regaña Karen, pero ella no se detiene.

Vuelve a golpear la mesa y ésta cruje, partiéndose a la mitad. Karen vuelve a regañarla y se abalanza sobre ella justo cuando Espi se lleva un brazo a la boca y entre gritos y forcejeos es inmovilizada por la mujer.

Yo sólo puedo observar desde un rincón, inmóvil. Toda esa furia que de pronto ha salido de ella me aterra y desconcierta. Pese a la rapidez de Karen, Espi se mordió el brazo y la sangre escurre de su boca entre gritos coléricos que deforman su rostro en muecas grotescas y perturbadoras.

La niña, que parece haberse transmutado en un demonio, lucha por escaparse del firme agarre de Karen pataleando y gruñendo. De su boca empieza a salir espuma y temo que pueda estarle dando una especie de ataque, pero Karen parece muy calmada y segura de lo que hace. Esto no es algo nuevo para ella y eso sólo acrecienta mi temor.

Poco a poco la energía de Espi empieza a menguar y termina por dormirse. Sólo entonces Karen cede su agarre para cargarla en sus brazos y llevarla hasta la cama.

—Ahora dormirá al menos unas dos horas —dice, quitándole los zapatos.

Yo sigo inmóvil, pasmada en el rincón. Desde allí veo a Karen limpiando la herida que la niña se hizo en el brazo. Con espanto veo que hay más marcas allí, también de dientes. Sólo cuando termina soy capaz de hablar.

—¿Qué... Qué le pasa?

Lloro y ella me saca del cuarto. En la cocina me sirve un té, que recibo con las manos temblorosas. Ella también se sirve uno, sentándose junto a mí y por breves segundos su impasible fachada se resquebraja y parece cansada.

Incluso triste.

—¿Espi está enferma?

—Eso es algo que debe hablar con el amo Illumi, no me corresponde a mí decírselo.

Eso es una afirmación.

—Episodios como el que acaba de ocurrir ¿Son algo habitual?

Ella asiente y mi corazón se acelera.

—Sobre todo cuando el amo Illumi no está. Él es una fuerte influencia para ella y puede controlarla, en el buen sentido de la palabra, por supuesto.

Buen sentido cuando se habla de controlar y de Illumi se oye tan extraño.

Inimaginable.

—¿Ella se hace daño?

Karen asiente.

Llevando una mano a mi vientre, no puedo evitar pensar que la historia se repite.

—¿Desde cuándo?

—Por lo que sé, desde que el amo Illumi la conoció. Incluso cuando yo trabajaba con usted tuve que contenerla en varios episodios.

—¡¿Y por qué no me lo dijiste?!

—Eso no me corresponde a mí decírselo, yo sólo sigo órdenes.

Todo se vuelve cada vez más oscuro y parece ser que sólo Illumi podrá traer algo de luz a la situación.

Justo en ese momento oigo que se abren las puertas del pequeño averno asfixiante. Voy de prisa al vestíbulo sólo para encontrarme con que no se trata del demonio que esperaba ver, sino una mujer alta y distinguida, que me mira de forma despectiva. Probablemente la misma de la que Lucy me comentó.

¿Quién es ella? 

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* Libi se refiere al libro "La divina comedia", de Dante Alighieri. Lo ha estado leyendo para preparar su exposición 😉

Algo muy malo le ocurre a Espi ☹️

Se viene: Libi versus la nueva "amiga" de Illumi... 👊🏻

¡Gracias por leer!

Vidas cruzadas: redención [Illumi Zoldyck]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora