Epílogo 2: Mi pequeño omega.

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— ¡Si!  — asintió Kira.

En ese momento, Deku se acerca y toma las bolsas mirando el contenido.

— Perfecto. — entonces le da un beso en la mejilla a su esposo.

[…]

Al cabo de media hora empiezan a llegar todos los invitados. 

Kirishima y Kaminari entran con su hijo rubio intenso pero muy parecido a ambos. Tenía un carácter muy juguetón por lo que se lanza sin siquiera saludar a Kira y Karma.

— ¡Holaaaaa! — alargó la a.  — Feliz,  feliz,  feliz cumpleaños. — le dijo el de once años a la niña.  Luego dejó de abrazar a Karma y rodeó con sus brazos a la rubia apachurrándola. 

— ¡Oye, Tadase... No respiro! — se quejó juguetonamente la pequeña.

Él sonrió y le dio su regalo.  Kirishima, Kaminari y los dos progenitoras de la cumpleañera hablaban muy animadamente. Kira puso su regalo en la mesa de regalos.

Al momento llegan Mineta y Ten, quien había salido de la carcel hace ya seis años y venían con su pequeña niña de dos años. Desde que Ten se había imprimado se había vuelto una mejor persona y de gratos sentimientos. Él y Mineta sufrieron muchos abortos debido al físico del omega, así que los médicos dijeron que él jamás podría tener un hijo, sería muy riesgoso para su vida.

Sin embargo no se rindieron y decidieron adoptar. La niña sin duda era una belleza. Sus ojos eran color grises y su cabello de un rubio pastel. Como no se decidían si querían que fuese omega o alfa, decidieron escogerla beta para que hubiese un equilibrio entre ambos.

— ¡Prima Kila, primo kama! — dijo con alegría dirigiendose a ellos con cuidado de no caer, pues sus piernas eran muy cortas.

Mientras que los niños jugaban los padres los observaron felices, y así llegaron Todoroki y Hagakure con sus dos hijos gemelos de la misma edad que Kira y su niña menor de la misma edad que Karma. La niña tenía el cabello totalmente blanco y lacio, sus ojos eran azules. Una mezcla entre la abuela y el abuelo paterno y los niños eran ambos peliazules con los ojos de mismo color como la madre. 

— ¡Karma-kun! — la niña baja la mirada sonrojada al ver al niño alfa frente a ella. 

La pequeña Rin por alguna razón estaba bastante nerviosa cada vez que le ponían cerca de él.  Si ya se hubiera desarrollado,  incluso hasta le hubiesen salido las feromonas y todo. 

— Kira, ¡feliz cumpleaños! — le dijo el cordial y amable de Allen.  Él solía tener un carácter dulce y tierno.

—¡Muchas gracias Allen! — le sonríe la rubia.

— Y yo.  — dijo Jallen. 

— ¡Gracias! — lo abraza.  Él ni se inmuta.

Hagakure rió.

— Igual de seco que su padre.  — habló Hagakure

— ¡Oye Karma! , ¡No toques el pastel! — grita Kira.

Los padres de los chicos sonríen. Luego no tardan en llegar Uraraka,  tsuyu,  Iida, todos con sus hijos y sus respectivas parejas festejando sin duda el cumpleaños de la niña más alegre de los Bakugo. 

La madre de Bakugo le trajo el regalo más grande adornado en flores.  Era el oso de peluche que ella quería.  Mientras ellos jugaban, los adultos no podían evitar charlar recordando todo como si fuesen sueños nublados. 

— Y pensar... Todo lo que todos tuvimos que sufrir para llegar hasta aquí. — inició deku.

— Si,  tienes razón.  — respondió Mineta. — Cuando éramos unos niños, unos pequeños omegas,  nunca nos imaginamos que conoceríamos la felicidad.

— Lo mismo digo. — hablò Hagakure. — crecí con la idea de que estaba mal ser omega, pero aún peor que eso... Era ser invisible.

— Yo crecí con problemas familiares y odio entre las personas que me rodeaban. — prosiguió Todoroki.

— Yo... Crecí con una madre histérica y una loca acosadora que a la final mató a mi padre... — se lamentó Bakugo. 

—Y yo...  Con un comerciante de esclavos como padre ...que mataba y hacía sufrir a otros seres vivos...  Crecí con la idea errónea de que eso estaba bien,  cometiendo muchas fallas. — reconoció Ten.

Midoriya le sonríe.

— Ya te hemos perdonado.

— Lo sé. — bajó la mirada. 

Los niños corrían de un lado a otro.

— Sin embargo...— dijo Kirishima. — Las cosas han cambiado.  Todo esto nos hizo fuertes guerreros ¿no creen?

Todos asintieron estando de acuerdo.

— Ahora nuestros hijos han crecido felices minados de todo aquello que no tuvimos. — dijo Kaminari. — como un hogar con dos padres que los querían...

— Libertad de expresión... — continuó Midoriya.

— Amigos... — resaltó Hagakure.

— Estudios... — afirmó Mineta.

Entonces el grupo de amigos se dieron un abrazo grupal.

— A pesar de que ahora les garantizamos su felicidad puede que nuestros hijos algún día afronten algún calvario sin que nosotros podamos evitarlo. — dijo Kaminari. — Es por eso... Que juntos los prepararemos para la guerra.

— ¡Si! — dijeron los otros con simultaneidad.

— ¿Amigos por la eternidad? — preguntó ahora.

— Por la eternidad.

Ten Himiko sonrió y se unió a ellos.

— Por la eternidad. — repitió.

Entonces se separaron entre risas y luego vieron a la madre de Bakugo jugueteando con todos los niños y repartiendo premios.

Sin duda el omegaverse les había dado la vida más dichosa y perfecta que todos hubiesen podido desear.  Lo que todo empezó con penumbras terminó con soles y lo que al principio pareció no tener fin,  terminó de la manera más bella.

Esto es y siempre será... Mi pequeño omega. 

FIN

Pequeño Omega Izuku x Katsuki (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora