Sintió la boca del otro en su cuello e intentó liberarse del agarre del otro, puso su manos en los hombros de Ahn e intentó apartarlo, a lo lejos sintió el sonido del cerrojo y como luego su puerta era abierta por el menor.

Su mundo se comenzó a caer y juró que dejó de sentir su corazón latir por un momento.

-Lee, a que no sabes qué apre... - vio el rostro de Sung, esa mirada iba a quedar grabada en su mente.

-Sung... - habló cuando sintió que el otro se salía de su cuello, iba a comenzar a explicar todo y decir que no era lo que parecía, pero eso nunca pasó.

-¡Vete a la mierda Lee Minho! - escuchó el grito de su mocoso mientras le caían lágrimas, Lee quiso ir tras de él pero escuchó la risa del otro y como este lo liberaba de su agarre.

-¡¿De qué puta mierda te ríes?! - soltó con ira mientras estampaba su puño en el rostro del otro, debió hacer eso en un principio, Minho con enojo lo tomó de la camisa que llevaba y lo miró.

-Yah, ¿qué esperabas Lee? ¿En serio creías que alguien como tú iba a poder amar y ser amado? Solo eres un puto mentiroso finjiendo ser alguien más.- dijo Min mientras pasaba su lengua por su labio roto y se soltaba del menor.

Se fue del lugar y dejó al castaño en su soledad, este cerró la puerta y se derrumbó a llorar ¿qué acababa de pasar?

Lloró mientras se maldecia, recordó las veces en las que Min le había exigido cosas y el menor al no poder dárselas este lo humillaba, Lee siempre le preguntaba qué era lo que quería de él, y a su respuesta solo recibía una mirada de fastidio.

Lee solo quería que lo dejaran respirar un poco, se sentía como en un dejavu, intentando saber qué hacer con su vida, intentando encontrarle un sentido, y cuando por fin sintió que lo había encontrando fue cuando vio por primera vez los ojos de Han Jisung, fue ahí cuando volvió a sentir como antes.

Lee comenzó a sentirse cansado mientras las lágrimas caían, solo pedía que todo fuera un mal sueño.

No supo en qué momento había caído dormido, abrió sus ojos y recordó lo sucedido la noche anterior, se levantó y salió del lugar, necesitaba hablar con el menor, o por lo menos explicarle lo sucedido, sacar todos esos sentimientos que sentía hacia él y luego irse y desaparecer.

-¡Han, abreme! - dijo Lee mientras golpeaba la puerta.- ¡vamos, sé que estás adentro! - habló mientras apoyaba su cabeza en esta.- por favor... Déjame explicarte...- terminó por decir mientras se deslizaba por la puerta y acababa en el suelo, sintió impotencia, ¿por qué tuvo que ver eso? El mayor rendido se levantó del suelo y pasó sus manos por su cara con frustración.

¿Qué debía hacer ahora? Se encerró en su departamento y puso música, lo mejor que sabía hacer cuando se sentía afligido, cerró sus ojos, ¿debería llamar a Chan o Changbin?

Se debatió, sintió su teléfono vibrar en su pantalón y lo sacó, miró la pantalla y vio que su mamá le hablaba, tal vez ese instinto de madre si era cierto.

Pasaron tres días, y para ser sinceros el mayor se sentía una mierda, su mamá hace dos días atrás lo había ido a ver, lo regañó, le dijo que no debió ir donde Min si sabía lo que iba a pasar, también lo regañó por el olor a cigarrillo que había en el lugar y por lo sucio que estaba todo, como todas las mamás comenzó a ordenar el lugar y a preparar comida para su hijo, mientras tanto, Minho se encontraba tirado en el sillón, odiandose por todo.

La mujer no soportaba ver así a su único hijo, se sentó y palmeo un cojín que se encontraba sobre sus piernas, Minho apoyó su cabeza en el lugar indicado y recordó las veces que el menor había hecho aquello, sintió que su mamá pasaba sus dedos por su cabello y recordó las veces que el menor había hecho aquello mientras lo oía hablar sobre lo estresado que estaba por sus clases, Lee no aguantó más y se echó a llorar.

Cuando sus amigos se enteraron fueron a verlo, Lee en esos tres días, no había salido de su cama y con suerte se había bañado, no había dormido y sobre todo, sentía como le pesaba el corazón, salió de su cama envuelto en una manta y se dirigió a la puerta que estaba sonando.

-Mierda, ¡estás vivo! - habló el pálido mientras lo abrazaba, Lee por un momento creyó que era su mamá, tal vez el día de hoy no iba a ir, cuando dejó de sentir los brazos de Chan, se volteó y se tiró a su sillón, se sentía vacío.

-Al parecer los dos están jodidos, tú más que Hannie para ser exactos.- Lee escuchó la voz del pecoso, levantó su cabeza y lo miró, luego tiró su cabeza hacia atrás y miró al techo.

-¿Qué?

-Han ya me lo contó, ahora vine a escuchar tu versión, por cierto, ¿has comido? - ¿por qué no lo dejaban?

Recordar lo que había pasado ese día le dolía, quería que su mamá llegara para que pusiera sus telenovelas mientras le hacía cariño en su cabeza y se quedaba ahí, junto a él.

Liar./Minsung Remasterizado Donde viven las historias. Descúbrelo ahora