Capítulo 18: Crema (2/3)

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El notarlo tan concentrado me dio mucha ternura. Tenía un pequeño interno que a pesar de ya haber visitado todo este lugar, no se le iba la emoción en absoluto. Como él dijo, aumentaba cada vez más, y en su rostro podía notarlo.
Aproveché su momento de distracción y le tomé unas fotos mientras el seguía con las suyas, hasta que en la ultima se me fue accidentalmente el flash y pudo notar una luz al costado de su mejilla izquierda. Giró y me miró divertido, mientras rápidamente me sacó unas a mí.

-Para mi mesita de luz.- Le dio un beso a la cámara y la guardó.

Rumbo a la catedral nos topamos con muchos paparazzis o simples fotógrafos de la zona. La mayoría sabían quienes éramos por lo que nos pidieron unas fotos y se acercaron a hacer preguntas. Por otro lado, los que eran de la ciudad solo nos veían como una pareja "a la antigua y enamorada", por lo que se asomaban tímidamente a pedir que posáramos en diferentes lugares.

Respecto a los fans encontramos demasiados, pero casi ninguno de ellos iba en grupo o se formó un escándalo. Todos por separados o de a tres, se asomaban disimuladamente para pedirnos unas fotos o simplemente hablar un poco. Eran muy amables, tengo la suerte de no haberme topado con algún psicópata hasta el momento.

Ya en el segundo punto de encuentro al que ansiábamos llegar, las fotografías seguían sin parar, también le pedimos a unos cuantos turistas que nos sacaran algunas y nuevamente, Timothée me tomó desprevenida mirando los detalles de la catedral, sacándome aún más.

-La obra de arte es esta de enfrente, no yo.- Guardó la cámara y me miró como una diva ofendida ante lo dicho.

-Tú eres mi obra de arte. No valoras que Timothée Chalamet te saque fotos y te quiera tanto. Creo que te dejaré.- Volteó sin más que decir y siguió su camino hacia la bicicleta por su cuenta, dejándome un tanto confundida atrás.

Por suerte ya sabía diferenciar cuando mentía y cuando no, por lo que me quedé esperando allí, echándole un vistazo un poco mejor a todo lo que rodeaba al monumento.

Esta ciudad es jodidamente hermosa, sin dudas viviría aquí.

Al cabo de unos cinco minutos sentada en las sillas donde los protagonistas habían hablado por primera vez por mucho tiempo, pude sentir como me tocaban el hombro, y allí estaba el llorón, con unas veinte rosas sujetadas por un lazo marrón. Me las acercó y me dio un beso en la mejilla, quedando el foco de toda la gente que a la distancia sacaba fotos.

-Para mi obra de arte.

-Te amo, pero podrías regular tu cariño sabes.- ahí estaba la cara de indignación, nuevamente. -Es broma, te prefiero así antes que siendo un arrogante como antes.- Asintió risueño y se sentó junto a mí.

-En cinco días tengo una reunión para una nueva película. Se grabará en Ámsterdam, hay un papel disponible aún por si quieres tratar, de seguro te lo dan.

Amsterdam, la ciudad de las drogas y Timothée definitivamente no eran una buena mezcla.

Respecto a ello, la semana que hubo entre su cumpleaños y este viaje estuvo internado para regular su consumo, está con tratamientos psicológicos y medicinas también. Pero temo que el proceso vuelva a revertirse de inmediato en un lugar como ese. Habían traficantes de drogas de toda clase en cada rincón oscuro de cada calle que pudieran imaginarse, era el peligro disfrazado de ciudad con estructuras bellas y gente agradable, pero allí yace la adicción de la que finalmente, poco a poco, estaba saliendo.

Mentalmente me encontraba peleando conmigo misma, viendo si lo mejor sería decirle lo que pienso o solamente alegrarme por sus logros, y tomar el papel.

Eso podía ser algo bueno, el que trabajemos juntos en la película podría ayudar ya que lo acompañaría la mayoría del tiempo, y evitaría que consiga alguna de esas porquerías.

Sí, eso sería lo mejor.

-Espero que me lo den, voy a tratar sí.

-Pero aún no te dije ni de qué trata.- Me dijo entretenido.

-Lo sé. Si tengo que ser honesta Tim ya sabes cómo funcionan las cosas en lugares como Ámsterdam, ya estuviste allí para Beautiful Boy puntualmente, las drogas están en todos lados, y hay de todo tipo. Estás mejorando de a poco y no quiero que eches todo a perder, a perderte en realidad.- Comenzó a mirarme un tanto confundido, aunque podía ver algo de comprensión en sus gestos. -Digamos que tu novia iría de niñera y compañera de trabajo a la vez, para evitar que te metas donde no debes. Además, a la mierda la trama, con trabajar contigo ya sería un placer, si no vas a actuar como la primera y última vez que eso ocurrió. -Asintió a todo y me dio un beso en la mano derecha, miramos un poco más a lo que se encontraba en nuestros alrededores hasta que decidió romper el silencio.

-Nunca mencionamos el ser novios, Lauren. No a menos que así lo quieras.- Era cierto, éramos una pareja sin nombre, pero no me molestaba aquel compromiso con él, en absoluto. No pasó mucho tiempo pero si puedo ver que trata de avanzar, lo está haciendo muy bien y lo amo, no podría negarme.

-¿Aquí viene la parte donde rompo los roles de género y me arrodillo hacia ti enfrente de toda esta gente para pedirte que seas mi novio?

Hizo un movimiento femenino con su mano derecha, cruzando las piernas y haciendo un pico con la boca, guiñando reiteradas veces y afinando la gravedad de su voz. -Sí tú insistes.

Reí para mis adentros y apoyé mis rodillas contra el caluroso piso, con una postura masculina y voz gruesa hablé. -Madame Timothée Chalamet, ¿le daría a este pobre hombre cubierto de hormonas alteradas el placer de revolcarse conmigo todos los días, y todas las noches siendo su novia a la vez?

Soltamos una carcajada tan fuerte que las campanas de la catedral posiblemente empezarían a retumbar por ello, hasta que se sentó al lado mío y me miró fijo, ya de manera seria.

-Oui Lauren.- Sujetó mis mejillas y me dio un tierno y largo beso, con el sonido de las campanas de fondo hasta haber finalizado. Al ver nuestro entorno habían fotógrafos por todas partes.

Carajo entiendo que su trabajo depende de invadir la privacidad ajena pero no ahora por favor.

Cogimos nuestras bicicletas y fuimos a la tintorería en busca de la pintura marrón para la puerta con graffiti. Ya se estaba haciendo tarde por lo que Timothée me prometió que mañana lo haríamos, junto con la visita a otro lugar "especial".

Fuimos a la casa y caímos en un profundo sueño, como siempre.

¿Qué sería de mí sin él?

A Metros de Millas - T.CDonde viven las historias. Descúbrelo ahora