Capítulo 33 - Los secretos duelen

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- Con sinceridad. - Empezó a decir HoSeok. - Odio que sepas más de él que yo. - Confesó.

- ¿Hablas en serio? - Pronunció JungKook. - Es cierto que yo estuve con él en los malos momentos. Pero tú has conseguido más en unos días que yo en varios años. No me puedo creer que sea capaz de comportarse así y hacer amigos. La última vez que le vi era una persona muy distinta.

- Yo no hice mucho. - Aseguró HoSeok. - En realidad fue él quien me encontró y puso todo de su parte para rendirse a mí. Él buscaba a alguien que fuera capaz de controlarle. Creo que no soportaba más ser esa persona. Se odiaba.

- Pues, si es así, gracias. - JungKook se rascó la nuca pensativo. - Ojalá sea capaz de llegar hasta el final contigo. - Añadió.

- ¿A qué te refieres? Ya hemos llegado muy lejos. - Reconoció pícaro. JungKook miró la puerta rota de aquella habitación extraña que ahora le llenaba de curiosidad.

- Sí, muy lejos. - Pronunció. - Pero me refiero a que él mismo te cuente todo lo que sucedió.

- Como te lo contó a ti. - JungKook negó.

- Yo lo sé simplemente porque estaba allí cuando todo se descubrió. Lo que te he contado, lo que has visto, fue el inicio para descubrir algo más. - Aseguró el menor. - Pero él jamás ha hablado de eso. - Declaró. - Con nadie. - Observó a YoonGi, quien aún dormía en los brazos de HoSeok plácidamente. - Te envidio, ¿sabes? - Expuso JungKook. - Él sigue teniendo pesadillas cuando duerme conmigo. No estoy seguro de lo que significa, pero si alguien puede ayudarle... creo que eres tú. - No había pensado que JungKook también pudiera tener envidia de él. Claro que, ahora que sabía de sus sentimientos por él, entendía que debía dolerle que aquel a quien quería estuviera con otro.

- Estaría bien intentarlo juntos también. - Opinó HoSeok.

YoonGi abrió los ojos cuando eran, aproximadamente, las 12 del medio día. Se removió desperezándose, restregándose contra su dominante.

- Buenos días, dormilón. - Le susurró HoSeok. - ¿Cómo te encuentras?

- Estoy bien. - Aseguró. Miró alrededor. Parecían estar solos. - Lo siento. Yo he ocasionado todo esto. Te prometo que JungKook y yo no...

- Shhh. - Le interrumpió y le acarició el pelo. - Ya lo sé. No has hecho nada malo. - De esos sentimientos ya se encargaría más tarde. Sólo cuando estuviera seguro de que YoonGi se encontrara bien, volvería a comportarse como su dominante. Hasta entonces, sería algo distinto, no sabía bien qué. ¿Un amigo, un amante, un novio?

- Siento haberme puesto así. No puedo controlarlo. - Aseguró YoonGi lastimosamente.

- No debes disculparte por eso. - Alegó con cariño acariciando su pelo.

- Seguro que JungKook se siente fatal por...

- ¿Y esto? - Se oyó la voz de JungKook al otro lado del pasillo. Por lo visto no estaban tan solos como YoonGi había pensado, lo que le sorprendió. Se presentó en la habitación cogiendo uno de los objetos de la habitación del placer con dos dedos. - ¿Cómo se llama? ¿Para qué sirve exactamente? ¿Se mete por ahí y luego qué? - Preguntó.

- ¡JungKook! ¿¡Qué haces!? - Exclamó YoonGi avergonzado.

- Lleva más de media hora rebuscando y curioseando entre nuestros juguetes sexuales. - Expuso HoSeok con naturalidad.

- ¿Y por qué se lo has permitido? - Dijo YoonGi exaltado saltando de la cama.

- ¿Has visto lo que ha hecho con la puerta? ¿Crees que voy a conseguir impedirle algo? - No parecía muy preocupado, en realidad.

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