⸙ 23 ⸙ va te faire foutre

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¡BANG!

En un segundo se escuchó el sonido de un disparo, al segundo siguiente Saorise observó una gran herida en la pierna de Maddie y cómo su amada caía al suelo al no poder soportar el dolor.

—¡Hijo de puta! —escuchó gritar a Astrid.

Toda la realidad comenzó a esfumarse para Saorise en ese instante, mientras que un zumbido comenzaba a proclamarse en sus oídos. Las voces se le hacían lejanas, lo único que alcanzaba a mantenerla en la realidad eran las manos de Maddie, las cuales sostenían las suyas mientras veía de sus ojos desprender lágrimas. Jamás había visto a Maddie llorar, eso sólo la destruía más. Tal como sí aquella bala fuese veneno de serpiente corriendo por sus venas, cada segundo era peor para Saorise de ver.

Quería abrazarla pero tenía miedo de hacerle daño, así que tomó su rostro con sus manos, asustada de perderla. Jamás había escuchado el sonido de una pistola en persona o visto una herida de bala, no sabía sí era una de las graves pero tampoco quería descubrirlo sí así era, tan sólo quería que ese día se esfumara de la tierra como ella sentía que lentamente se esfumaba de allí a pesar de no estar herida físicamente como la pelirroja estaba. De alguna manera sentía su mismo dolor, de alguna manera cayó junto a ella y de alguna forma estaba llorando también; quizás, incluso más.

—Te amo —le dijo Saorise con la voz rota entre lágrimas y respiraciones cortas al apenas poder contener aire, era la primera vez que le decía que la amaba—. Mierda, Maddie, te amo, por favor no te vayas, por favor quédate aquí. No me dejes, quédate conmigo.

Maddie estaba sonriendo a pesar del dolor, incluso aunque lágrimas siguiesen cayendo.

—También te amo, estrellita.

Su voz se escuchaba débil, eso sólo hizo que el dolor en el pecho de Saorise creciese más.

Saorise no pudo ver con claridad lo siguiente a su alrededor, su mente estaba sintiendo demasiado dolor como para poder hacerlo. Pudo notar, sin embargo, a Cliff —mayordomo de su amigo Jolly, aunque también un amigo cercano— atender a Maddie, siendo una suerte inmensa que estuviese allí y que supiese de medios auxilios. También, cómo Astrid la levantaba del suelo para sentarla en una banca; su mente terminó de irse cuando se recostó en su hombro, sintiendo la más pura sensación de querer morir.

 También, cómo Astrid la levantaba del suelo para sentarla en una banca; su mente terminó de irse cuando se recostó en su hombro, sintiendo la más pura sensación de querer morir

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Chains Of Promises╺╸Madelaine PetschDonde viven las historias. Descúbrelo ahora