33. Un momento que es mejor no recordar.

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- ¿Quieres que me detenga? - me pregunta mirándome.

- No, estoy bien - me aferre a su espalda y mientras el me besaba aquel dolor que sentía fue desapareciendo y convirtiéndose en placer. Sus movimientos fueron acelerando, después solo se escuchaban los gemidos de ambos.

- Circe... - al escucharlo decir mi nombre entre sus gemidos era algo placentero y a la vez lindo. Eso me dió valor para hacer que el saliera de mí, al principio el me miró confundido, pero cuando lo tumbe a un lado y me subí arriba de el entendió lo que sucedía. Tome su miembro y lo volví a introducir en mí, ahora era yo la que llevaba el control, el solo me tomaba de las caderas mientras yo lo montaba salvajemente.

Ese dolor, esa vergüenza ya habían quedado atrás, ambas remplazadas por el amor y el placer.

Pasamos así un largo tiempo, hasta que ambos cansados caímos a la cama, Cole nos cubrió con una sabana y me recoste en su pecho - Te amo - dijo acariciando mi espalda.

Deje un beso en su pecho y volví acomodarme - También te amo.

Era tarde por lo que no pasó mucho tiempo para que ambos quedaramos atrapados en un sueño profundo.

(...)

Desperté con una sonrisa pues el seguía a mi lado, abrazandome tiernamente - Cole... Coli - lo moví un poco pero el estaba profundamente dormido.

Cole dormía tan lindo que me daba una gran tranquilidad al solo verlo, mientras veía su hermoso rostro no me percaté que la puerta estaba sonando. Rápidamente me levante envuelta en la sábana, dejando a Cole desnudo en la cama, corrí al clóset y saque lo primero que ví para ponermelo rápido, fuí corriendo de nuevo hacia Cole y lo moví desesperadamente - Cole, despierta por favor.

El se quejó, más sin embargo no despertaba y se giró al otro extremo de la cama - Carajo - susurre y lo tape con la sabana para después ir hacia la puerta, tomar un poco de aire y abrirla un poco.

Del otro lado estaba Dayana mirándome con una sonrisa - Circe, buenos días linda - sonreí falsamente - ¿Sabes donde está Cole? Lo busqué en su habitación pero no está, eh imaginé que estaría aquí contigo.

Al instante me puse nerviosa y estoy casí segura que estaba colorada y sudando, ya que es algo que me pasa cuando estoy nerviosa - Eh... No... No se... - Mierda, no soy buena mintiendo.

- ¿Enserio? - apartó la vista hacia el pasillo y después volvió a mirarme - Bueno, entonces te digo que el desayuno ya está listo.

- Oh si claro, ahora bajo - ella solo me sonríe y se va. Al cerrar la puerta solté un largo suspiro y mire de nuevo a la cama, Cole aún seguía en la misma posición - Eres tan adorable - me senté a su lado y le di un pequeño beso en la mejilla lo cual hizo que sonriera.

Lo siguiente que hize fue bañarme y ponerme algo sencillo, cuando salí del baño Cole ya estaba despierto - Me hubieras despertado - dijo estirandose aún sentado en la cama.

- Lo intenté, pero duermes igual que un oso perezoso - el sonrió y me hizo una señal para que me sentara en sus piernas. Lo hize, y como el aún estaba desnudo y yo llevaba una falda sentí a su amiguito abajo de mí - Eh... deberíamos... ir a desayu... desayunar - malditos nervios que me consumen.

- Lo se pero quiero estar un momento más contigo - besó la parte trasera de mi cuello algo que hizo que me pusiera colorada al instante, y aunque anoche me entregue a el, esto sigue poniéndome nerviosa.

(...)

El resto del día la pasamos juntos, viendo televisión, fuimos al centro comercial a comprar helado y después a comerlo en una plaza a la luz del atardecer, fue algo hermoso estar pasando un atardecer a su lado, viendo como sus ojos eran iluminados por el sol que poco a poco iba descendiendo.

Me alegraba estar con el. Y era algo que nunca, ni en mis sueños más locos, imaginaba vivir.

(...)

Bueno, han pasado dos semanas y media desde aquella magnífica noche en la que decidí entregarme a Cole, ahora ambos nos encontramos preparando las maletas para regresar a Denver. Bajamos al primer piso, y ahí se encontraban Dylan, Bárbara y el Sr. Sprouse, era algo raro que la Sra. Melanie y Dayana no se encontraran en ese lugar.

- Bueno, ya nos vamos - dice Cole acercándose a su padre para darle un abrazo, y después pasó hacia su hermano para hacer la misma acción - Llamaré cuando hayamos aterrizado.

Yo abrace a Bárbara y le agradecí por ser tan buena conmigo - ¿Y donde está mamá? - pregunta Cole.

- Justo ahí viene - dice Dylan y ambos volteamos hacia atrás, la Sra. Melanie y Dayana caminaban decididas hacia nosotras, con los rostros serios, eso me daba muy mala espina.

- Cole no puedes irte - dice la mujer mirando a su hijo.

- ¿Y por que no? Ya quedó claro el tema de la boda mamá.

- No puedes irte por que Dayana esta esperando un hijo tuyo - ese fue el momento justo en el que sentí como mi corazón se rompía, y esos pedazos que habían quedado habían sido pisados por dos mujeres, dos mujeres que desde el primer día en que llegue me detestaron a muerte.

- ¿Que dices? - Cole estaba igual de sorprendido que yo - Mamá eso no puede ser, yo nunca sostuve una relación con ella.

- ¿Que ya no recuerdas? - Dayana se acercó a el llorando y buscando algo en su teléfono - ¿Que acaso no recuerdas esto? - mostró una fotografía, en ella se veía a Cole abrazandola con los ojos cerrados mientras ella le daba un beso en la mejilla posando para la foto - Esa noche tu me declaraste tu amor y me entregue a tí... Días después comenze a sentirme mal y fuí a hacerme unos exámenes, salió que tengo dos semanas de embarazo - le entregó un sobre en sus manos sin apartar la vista de el - Seremos padres... Cole, tu y yo tendremos un hijo.

Retrocedi aún en shock, con los ojos empapados en lágrimas - Circe - Cole me llamaba pero su voz era tan lejana que apenas y podía entenderle.

- Circe por favor dejame explicarte... Yo nunca estuve con ella tienes que creerme - mis manos sudaban, mis ojos estaban nublados por todas las lágrimas que estaba conteniendo pero que no tardaron mucho para decender - Cici... - intentó acercarse a mí y yo retrocedi aún más, chocando con Dylan y Bárbara que me miraban preocupados.

- Yo... Yo... - las palabras se habían esfumado. Tome mis maletas y salí corriendo de la casa, llorando desconsoladamente y escuchando los gritos de Cole detrás de mí suplicando que me detuviera, más sin embargo no me detuve.

Nunca lo hize.

Presente:

- Circe lo siento mucho - Annie me abrazó y yo escondí mi cabeza en su pecho, en la habitación solo se escuchaban mis sollozos y el roce de la mano de mi mejor amiga en mi espalda.

- Sigo sin creerlo Annie, sigo sin creer que la persona que siempre admire me haya traicionado y decepcionado así - me aferre más a ella, dejando caer las lágrimas sobre su blusa - Ahora me doy cuenta que el amor no existe para mí.

La verdad era que la traición de Cole me dolía en el alma, todos los recuerdos que tenía de el, desde el primer día en que lo ví en la televisión, todos esos recuerdos habían transcurrido como una cinta de película, dejándome ver los momentos más felices que viví junto a el y el momento más reciente pero el más doloroso.

Siempre trataba de dejarme claro que el amor era solo un sentimiento pasajero, algo que no duraría más que unos meses o que simplemente para mí era algo inexistente. Pero cuando lo conocí a el, en el fondo de mi corazón se abrió una pequeña ventana de esperanza que me decía que no todo estaba perdido. Ahora esa ventana se ha cerrado, y me ah dejado remarcado en su marco que ese jodido sentimiento llamado "Amor" No existe para muchas personas, o que si por un momento existió se fue extinguiendo poco a poco en las manos de aquella persona en la que alguna vez le entregue mi corazón.

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Algo fuerte, ¿no?

Se que este capítulo fue un poco más corto pero quería dejar un poco de suspenso y no sabía que más escribir.

Más sin embargo estoy tratando de estar activa y espero que voten y dejen lindos comentarios.

Nos vemos en el siguiente cap. 💋

Nuestro hilo rojo [Cole Sprouse] √TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora