Si, Namjoon tenía un hermano más joven que él. Miguel, este se convirtió en el consentido de su padre porque hacía todo lo que le ordenaba sin ninguna objeción mientras que Lucifer, batalla a un poco. Ambos tenían cosas que los diferenciaban, lucifer era el encargado de la creación de la música y las artes mientras que Miguel era un guerrero un soldado, siendo así un arcángel. Pero eso ya no importaba más. Nada de eso importaba ya.
—Lo siento, mi señor. - Yoongi inmediatamente bajo la cabeza, pues sabía que, aunque era su amigo no dejaba de ser su superior-. No fue mi intención.
Namjoon lo dejo pasar, se levantó de su amado trono dándole la espalda a su Yoongi y camino a una mesa cerca con una botella de vino encima y una copa, la cual la lleno hasta que rebozo de vino, tomándola le dio un solo trago con el que terminó con todo su contenido. Y se volvió a ver a su amigo.
— ¿Te gustaría ir conmigo amigo? - le dijo Namjoon, ambos sonrieron cómplices así que cada uno tomó direcciones diferentes.
Ellos descansaron y al pasar esas horas restantes se volvieron a juntar y ahora se encontraban caminando por las calles en busca de un buen lugar para comenzar su día.
Ambos se veían como jóvenes de al menos un rango de entre 25 a 28, sus apariencias no pasaban desapercibidas, pues ambos eran realmente atractivos sobre todo el más alto. En el infierno había todo lo que en la tierra de los mortales había, pero nada se comparaba al café que ellos tenían. Así que por parte de ambos su primer pensamiento fue tomar un poco de café, Yoongi le llevaba un poco cada que él llegaba a salir.
¿No parece ser algo que el demonio más conocido hiciera al tener un día libre cierto? Pues no, no todo lo que se decía de él era cierto, así como tampoco era cierto que su piel era roja, que tenía cuernos en la cabeza, que sus pies eran patas de cabra y que tenía una cola con una flecha al final. Todo eso eran inventos que los antiguos humanos habían creado para meter miedo y someter a otros.
Así que si, Namjoon, al haber sido el ángel más hermoso del cielo, el cual se dedicaba a crear música y el arte, así que él quería ver qué era lo que habían hecho los últimos tiempos y disfrutar en completa calma para pasar la noche entre música y tragos, ese había sido el plan desde el principio.
Eran apenas las 8 de la mañana, cuando entraron a una cafetería, hicieron su pedido y al entregarlos salieron. Era una mañana fresca y esa caminata era excelente. Ambos chicos eran similares, aunque no en físico para ciertas cosas coincidían.
Yoongi conoció a Namjoon después de su creación.
Namjoon era reconocido como un querubín, el ser más hermoso y perfecto de todo el cielo, Dios estaba encantado con él. Yoongi vio como Miguel siempre se esforzó por hacer quedar mal a su mayor ante su en aquel tiempo amado padre, hasta que lo logró quitar a Lucifer de su lado. Pasó de ser la mano derecha de Dios al ser más despreciado del universo llevándose consigo a un cuarto de todos los seres celestiales del cielo. Y Miguel se convirtió en arcángel, en guerrero, en la nueva mano derecha de Dios.
Namjoon comenzó a sentir eso que todos saben, pero quien lo puede culpar si no saben que fue por esta razón que a él le quitaron sus alas y lo arrojaron abajo. Lo que más ira le provocó fue que no fue Dios el que lo hizo sino su hermano. Lo último que yoongi escucho decir a Miguel fue: —Hasta nunca, Lu - Ci - Fer. Con el tono más despreciativo que jamás había escuchado.
Con el café en la mano, caminaron un poco y encontraron un parque del cual al llegar al centro se sentaron y observaron un poco a su alrededor demasiado clamado. Esto era algo que realmente Namjoon necesitaba. De pronto ambos suspiraron.
—¿Qué? - el primero en hablar fue Yoongi.
—Nada – contestó Nam con toda la calma dándole un sorbo más a su caliente café-. Ya no soportaba ese encierro, a pesar de que ya todos hacen lo que yo digo, es agotador y asfixiante, estar recibiendo a todo pecador que es enviado allá. - tomó otro sorbo más.
—Lo importante es que estamos aquí, arriba, en el mundo mortal, donde eso no importa, donde puedes respirar. Olvídate de eso. - tomó el también de su café. - Por cierto, - hizo una pequeña pausa vi un museo atrás, ¿quieres ir? - Yoongi conocía bien lo que a su amigo le gustaba y aunque a él no le llamaba mucho la atención (al menos no de la misma forma que a él), no le molestaba acompañar a su amigo.
Se quedaron en esa misma posición después de que Nam sólo pronunció un "Mmm" en forma de afirmación y una vez acabado sus cafés, fueron al dichoso museo que Yoongi había visto, pagaron las entradas, ya había gente, era sábado por la mañana.
—¿Quien se levanta un sábado por la mañana y viene a este tipo de lugares?, si yo fuera humano estaría dormido hasta tarde. - dijo el más bajo entre bufidos.
—Gente con buen gusto. - dijo Namjoon. - además tú, aunque no fueras humano te levantas tarde.
Una vez dentro vieron que había dos exhibiciones las cuales decía que estarían tiempo limitado. A la derecha estaba la exhibición "SERENDIPIA" y a la izquierda estaba la exhibición llamada "LUCERO". Cada uno se dirigió a la exhibición que le había llamado la atención.
Cuando Nam se acercó un guardia lo detuvo solo para entregarle un tríptico con la información de aquella exhibición "LUCERO". Lo abrió y le sorprendió ver que había secciones y todas tenían nombres... Nombres por las que él era llamado.
En su recorrido por las primeras secciones todo era lo común, tenebroso, malévolo, oscuro, era todo lo que las personas creían que él era. Observaba cómo las personas hay dentro hacían comentarios, todos avanzaban, nadie observaba a detalle, nadie prestaba atención a absolutamente a nada, solo se paseaban de un lado a otro.
Hasta que entró en la siguiente sección, un chico un poco más bajo que el, delgado y de tez más clara, vestido formal pero casual vistiendo un pantalón negro, camisa blanca y unos Converse del mismo color, este observaba un cuadro, una pintura. El chico se movía de un lado a otro, se detenía y observa a de lejos y luego de cerca. Nadie le prestaba atención al cuadro como lo hacía aquel chico.
Decidió acercarse pues le daba demasiada curiosidad el por qué lo hacía. Y al acercarse a él escucho su vos entre suspiros.
—Vaya - dijo el desconocido, con un tono que lo intrigo más.
—¿Pasa algo? - dijo Namjoon sin querer molestar.
Sin voltear, el chico negó con la cabeza y contestó.
—No, es sólo que está imagen me da una sensación de dolor, tristeza e ira.
—Ya veo - dijo el más alto-. ¿Cómo se llama la obra? - preguntó con curiosidad.
— El ángel caído.
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LUCIFER
FanfictionDonde Satanás (como se le conocía comúnmente a Namjoon) en su aburrimiento decide tomar un día de descanso en el mundo mortal, y al hacerlo, conoce a un chico del que se enamoró. Pasó el día con él, quiso llevárselo consigo pero era tan hermoso y so...
CAPITULO 1
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