-¿Por qué estas tan nerviosa?- pregunto Dee
Esa era una pregunta verdaderamente buena, no podía responder porque me sentía como un paquete de cinco horas de energía.
No debería estar ansiosa, pero lo estaba. Mis manos temblaban un poco y si hubiera sido yo en lugar de Dee la que rizara mi cabello y le diera vueltas, se vería desastroso.
-Sé que es estúpido- dije, cruzando mis dedos -Nosotros ya estamos casados-
Los pines para el peinado aparecieron mágicamente en las manos de Dee –Honestamente lo conseguí, la otra boda no fue real-
Para mí y Daemon la licencia de matrimonio que habíamos conseguido en las Vegas, bajo nuestros nombres falsos había sido real. Algunos podrían argumentar lo contrario, pero ellos solo que querían era que no lo fuera. Pero los nombres en un pedazo de papel no quieren decir que tú ames a alguien más o menos.
Y no había alguna forma humana o inhumanamente posible de que Daemon y yo pudiéramos amarnos aun más de lo que ya lo hacemos sin que se consumiera la galaxia entera.
Pero todos los que nos interesaban querían una gran boda, yo había querido una boda espectacular y desde que lo quise lo quiso Daemon, eso era amor de verdad.
Pensé, que había una buena oportunidad en la que yo podría proferir.
La puerta se abrió y yo empecé a ver dentro, pero Dee ondeo la tensa rizadora como un arma –Ni siquiera pienses en mover tu cabeza ahora- ordeno ella.
Presione mis labios juntos, me senté con la espalda recta escuchando el eco resonante de algún lugar de atrás de nosotros o de donde fuera.
-Ella se mira como si fuese a golpearte con esa cosa- mis ojos se abrieron al oír la voz de Lesa. Como si lo que acababa de decir fuera imposible. Yo no hubiera podido saltar e iniciar a aplaudir como una foca feliz.
-Lesa, estas aquí- dije
-Te dije que vendría, no me perdería esto por nada en el mundo- su voz se acerco y Dee paro lo suficiente para poder darle un abrazo de bienvenida y después lo hice yo, le di un buen apretón antes de que Lesa se derrumbara en el sofá frente a mí. Dee me torturara con la rizadora y las pinzas de cabello.
–Lo hiciste absolutamente perfecto- dijo Lesa emocionada con el velo sobre mi cara.
-Eso lo hice todo yo- bromeo Dee
Rodé mis ojos mientras Lesa sonreía, ella arreglo las ondas sueltas de su cabello quitándolas de su cara. –Estoy tan feliz de que estés aquí- dije sintiéndolo de corazón, mi corazón estaba todo cálido y rizado. – Estaba preocupada por el clima y que no lograras conseguir un vuelo hasta aquí-
-Se estaba viendo incompleto por un momento, la nieve aun caía pero la mayoría de carreteras estaban despejadas- ella aliso sus manos sobre la falda de su vestido Borgoña – Esta es un casa realmente hermosa, como una que vi en HGTV´s de gente súper rica. Todavía quiero saber como ustedes terminaron haciendo su boda aquí-
Fruncí el seño y le sonreí. Atrapada por los emocionantes nervios y por supuesto todo el regocijo. La casa era sorprendente, me recordaba historias de los palacios encontrados en las novelas románticas. Con su salón enorme y una escalera sin fin.
-Pertenece a uno de nuestra clase- dijo Dee a Lesa, mientras ella doblaba y enrollaba un gancho en mi cuero cabelludo- Ellos estuvieron más que felices de permitirnos usarla-
Nuestra clase
Dos extraños y poderosos mundos, que ahora eran lugares comunes en este nuevo mundo, que estaba siendo reconstruido. Dos palabras que nosotros escasamente le diríamos a alguien de afuera o que no fuera cercano. Dos palabras que darían curiosidad o el derecho a asesinarnos hostilmente por parte de los humanos. Pero yo no me pasaría el día de mi boda pensando en esas cosas.