Agust intentó detenerle pero recibió una dura mirada del menor.

-Tae... - dijo despacio. Mirando al otro picar su piel repetidas veces sintiendo calma en ello. - Quizá... Tal vez necesitas ayuda. -

Taehyuung se detuvo y miró al otro.

-Ya sabes. Alguien que te escuche. Yo, normalmente no pregunto sobre tus cosas pero puedes contarme todo lo que quieras. - dijo en una pequeña sonrisa.

Taehyung cubrió las heridas con su propio pantalón. Que se tintó de pequeños puntos rojos.

-estoy bien Hyung. - dijo con voz casi aniñada. - sólo quiero tomar una pequeña siesta. - dijo juntando sus manos y en brinquitos salió del salón de práctica.

Agust miró al muñeco. Estaba casi destrozado. Tendría que mentir diciendo que fue el. De nuevo.

El castaño mientras tanto corrió a su habitación. Para un rato más tarde huir del palacio con un atuendo azul cielo y sin bandana en su largo cabello.

Algunos guardias se ofrecieron a acompañarlo. Pero Taehyung negó. Diciendo que sólo iba al mercado.

Sabía que Ryujin seguramente le seguía, ya que aún no anochecía. Y el deber de la guerrera era cuidarle.

Caminó por el mercado sonriendo ante los llamados de los pueblerino anunciando su presencia.

Reverenciaba con la cabeza y una linda sonrisa a labios cerrados a cada persona que le saludaba y la mostraba respeto.

Caminó hasta casi el final del mercado del reino. Buscando a aquel que no podía sacar de su cabeza. No lo haría hasta cortarle la garganta.

Aquel pelinegro se creía más listo que el. Creía que huyendo después de seguirle era un héroe. Estaba muy equivocado.

Y el se lo haría saber. Le haría rogar por poder vivir.

O morir. Quien sabe.

-Hola buenas tardes. - saludó sonriendo haciendo que sus ojos se hicieran pequeños.

-Hola príncipe. - dijeron Jin y Jungkook al mismo tiempo reverenciando.

-Quería comprar moritas hoy. - pidió casi tímidamente.

Jungkook entrecerró los ojos con la boca abierta por su actitud.

Y más confundido por que le causaba una ternura terrible a pesar de saber que estaba amenazado de muerte.

-claro que sí. ¿Todo bien majestad? - preguntó SeokJin. Mientras buscaba las bolsas de tela.

Taehyung pareció pensarlo un poco. Como si quella pregunta fuera nueva e inusual. - si, todo perfecto.-

Jungkook se acercó con una bolsa de tela llenándola de moras. Antes de tendersela a príncipe.

-Hoy hay fresas. - dijo Jungkook sin poder evitar ser amable. - ¿le gustaría probar una? -

Taehyung elevó una ceja. - bien, la acepto.-

Jungkook acercó un pequeño recipiente con fresas lavadas.

Tarhyung tomó una de ellas y se la llevó a la boca. Asintiendo en aprobación. - su cosecha es genial. -

Ambos agradecieron con una reverencia.

-Bueno espero verles después. - agradeció. Tendiendoles un pequeño saco con al parecer monedas de plata en el.

Jungkook suspiró. Despidiéndose mentalmente del mundo. Y de alguna oportunidad de ser feliz con el príncipe.

- Bueno, adiós Jungkook. - se despidió SeokJin.

-¿qué? No, hoy es tu turno. - dijo Jungkook.

-no puedo hoy. Tengo una cita. - dijo rodando los ojos.

-¿qué? - dijo Jungkook sorprendido.

-ahora veo cuanto me prestas atención. Ya te lo había comentado.

-¿qué? ¿Pero quién... ? -

-conmigo. - se escuchó la voz de Seulgi.

-¿van a salir los dos? - preguntó en un hilo de voz.

-Si, invité a ella a comer fideos. Así que, si me disculpas debo irme. - dijo caminando al vecindario con Seulgi.

Jungkook sentía que realmente estaba excluido en todos lados. Pero por su propia culpa.

SeokJin Y seulgi le querían por que... Realmente no sabía por qué. Pero en teoría siempre estaba sólo. Se alejaba de todo y todos cada que podía y se distraía con cualquier cosa.

Suspiró apresurandose a guardar todo. Sin ser torpe no equivocarse para poder irse.

Tomó la bolsita de tela donde guardaba sus monedas de plata y se apresuró.

Pero a medio camino a casa escuchó una voz.

Se detuvo sin poder evitarlo. Era alguien tarareando bajo.

Dio un paso más siguiendo su ruta pero no podía seguir sin evitar el canto que escuchaba.

Sus pies cambiaron de dirección hacia la melodiosa y grave voz.

Era un camino entre el de los vecindarios y el mercado real.

Habia pasto algunas cuantas piedras. Y la voz se hacía cada vez más cerca.

Parecía también llevar al bosque. Por lo que al notarlo en aquel instante se detuvo.

Miró un par de árboles pero no tan grandes como los del bosque. Y giró para ver de donde venía. Pero ya estaba demasiado lejos.

Listo para volver alguien detrás lanzó una piedra.

-No temas, Jungkook. - escuchó al príncipe a sus espaldas. - ¿canto bien? A muchas mujeres les atrae. Y a algunos chicos también. -

Jungkook sintió el terror invadirle.













LES ESTÁ GUSTANDO MUCHO Y A MI TAMBIÉN. *llora.

LES AMO.

The Dark Hanbok. -다크 한복. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora