-eso fue interesante, no sabía que podías hacer eso…- me dice de forma coqueta vegetta mientras agarra mis manos y me guía hasta sentarme nuevamente sobre él.

-ni yo- le respondí de forma sincera.

-¿Crees poder llegar hasta el final osito?- me pregunta de forma ronca y a la vez burlesca.

-eso debiste preguntarlo antes no lo crees…- le sigo el juego mientras me acerco a su oreja y la muerdo levemente.

Al terminar de decir eso, siento una de las manos contrarias bajar y comenzar a masajear mi miembro que se encontraba duro de solo pensar en la felación anterior; La otra mano se posó frente a mi cara mostrando tres dedos los cuáles comencé a lamer como si de una paleta se tratara.

Una vez estuvieron bien húmedos los dirigió lentamente a mi entrada dando pequeños toques por encima torturándome de forma deliciosa. Cuando pudo introducir un dedo en mi entrada por fin, una sensación de incomodidad junto a un pequeño dolor recurrieron mi espalda.

El contrario al notar mi reacción de incomodidad comenzó a repartir besos por toda mi cara y cuello hasta terminar en mis labios, donde comenzó una nueva pelea entre nuestras lenguas por tener el control.

Al cabo de un tiempo se fueron uniendo los demás dedos, los cuáles preparaban mi interior para recibir algo mucho más grande.

-ahh…- solté un gemido al sentir que los dedos abandonaban mi interior.

-¿Estás listo chiqui? – me pregunta preocupado y nervioso por mi respuesta.

-Si es contigo…siempre estaré listo.- le respondo de forma sincera hasta acercarme a su mejilla y depositar un dulce beso.

Con cuidado vegetta fue acomodando su miembro en mi entrada, introduciendo al principio solo la punta de éste. Con un poco de lágrimas en mis ojos por el dolor de la intromisión, me agarré fuertemente de su espalda para no perder el equilibrio, enterrando de forma inconsciente mis uñas, eso dejaría marca.

Una vez todo dentro pude relajarme y volver a recuperar el aire perdido. Mi hermoso pelinegro con tal de calmar mi dolor, daba besos en mis mejillas y párpados para secar el rastro de las lágrimas. Yo simplemente sonreía y me dejaba mimar por el mayor.

Cuando dejé de sentir el dolor agudo del principio comencé a mover mis caderas en señal de que podía empezar. El pelinegro no tardó en entender mi indirecta y con movimientos suaves y certeros fue dando embestidas.

-ve-vege…m-más…- gemí en el momento que sentí una fuerte corriente recorrer mi columna y centrarse en mi parte baja.

-como órdenes osito.- me responde entre gemidos.

Su voz se escuchaba ronca y cansada por todo el ejercicio. Con el tiempo las embestidas se hacían más rápidas y duras mandando corrientes eléctricas por todo mi cuerpo, en un momento dejé de prestar atención a todo, el placer me nublaba la visión, ya no importaban mis gritos y si mañana todos sabían lo que había pasado esa noche en la iglesia.

Vegetta!!! Ahí!!! Más!!!- gemía entre gritos de puro placer.

Mi boca se encontraba abierta de tanto gemir, la saliva ya escurría por mis labios bajando lentamente, mi ojos estaban perdidos en deseo mirando un punto fijo. Necesitaba terminar, necesitaba aún más de aquel pelinegro.

-Y-Ya no puedo...- gemí con cansancio avisando que estaba por terminar.

-j-juntos…espera un poco más.- me responde vegetta mientras sale de mi y me voltea de forma en que quede en cuatro.

De una sola estocada vuelve a introducirse muy dentro de mí, acelerando aún más sus embestidas, dando una tras otra en mi punto dulce haciéndome delirar.

-m-me vengo…¡VE-VEGETTA!!- termino corriéndome en un gran gemido dedicado al hombre que se encontraba aún detrás de mí, manchando a su vez el piso sagrado de la iglesia con mi esencia.

-Y-Yo también chiqui.- me responde de forma entrecortada terminando de correrse la par en mi interior.

Con un cansancio enorme me dejo caer en su totalidad al suelo, sin importarme el ensuciarme, luchando por no cerrar mis párpados por el sueño.

-Rubius no puedes dormir aquí.- me regaña vegetta.
-Estoy cansado…y tengo sueño.- le respondo de forma baja sin moverme de mi posición.
-ven aquí, yo te ayudo y luego nos vamos a dormir.- me dice mientras se levanta del suelo a buscar nuestras ropas esparcidas por el suelo.

Me levanto con las pocas fuerzas que aún me quedan y observo a vegetta que sostiene mi ropa, al momento de intentar avanzar hacia su dirección, siento algo viscoso salir de mi entrada y correr por mis piernas, con mi rostro rojo de pura vergüenza al saber de que se trata, le agarro mis prendas de forma apresurada para vestirme.

Cuando vegetta termina de arreglar su traje de Lobo Nocturno, se dispuso a limpiar nuestro desorden mientras yo peleaba por mantenerme despierto sentado en una banca de la iglesia.
Al rato siento que me levanta estilo princesa para llevarme a su mansión flotante, lo único que alcancé a ver antes de caer dormido fue la escolta de su manada de fieles lobos que nos guiaban hacia su hogar y nos protegían de los Mobs que nos amenazaban por el camino.


Aquí está el dibujo con el cuál me inspiré para escribir este extra.
Fue un dibujo nacido en esta cuarentena maldita jsjsjjsjs.

Pd: Cualquier sugerencia para mejorar respecto a la escritura y narración es bienvenida

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Lo que atrae la Noche. (one shot)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora