CAPÍTULO 27: Los hijos crecen

Comenzar desde el principio
                                    

- Mejor esperamos a Leo – dijo Nick, extrañado por la impaciencia de su padre.

No tuvieron que esperar mucho de todas formas. Leo bajó dando saltitos y escondiendo algo en la espalda.

- Feliz cumpleaños – dijo a modo de saludo.

- Ahora ya podéis abrirlo – dijo Chris.

Peter fue el que abrió la cajita, y Nick el que sacó unas llaves.

- ¿Qué es? – preguntaron confundidos.

- Abre algo que está aparcado frente a la puerta – dijo Chris.

- ¿Aparcado? ¿Pretendes decir que nos has comprado un coche? – exclamó Peter con incredulidad, y Chris asintió, sonriendo.

Corrieron a la puerta y vieron un Audi bastante bueno de color azul pálido. Era precioso y muy nuevo. Se quedaron mirándolo varios segundos, boquiabiertos.

- No podemos aceptarlo – dijo Nick, apartando la vista del coche con cierta dificultad.

- ¿Por qué no?

- Porque es demasiado.

- Me he perdido 16 cumpleaños. No pasa nada porque quiera haceros un regalo. Además, no es tan raro regalar un coche a los chicos con edad de conducirlo.

- Pero suele ser de segunda mano. Este es nuevecito y te habrá costado un pastón.

- Es por eso que es uno para los dos – reconoció Chris. – Ahora solo necesitáis el carnet.

- Ya lo tenemos – admitió Peter.

- ¿Y no me lo decís? – preguntó Chris con incredulidad, y algo molesto. - He dudado mucho sobre si debía regalároslo o esperar a que pudierais conducirlo, y resulta que siempre habéis podido.

- Nos lo sacamos al cumplir dieciséis – dijo Nick, encogiéndose de hombros. – No tenía mucho sentido puesto que en el orfanato no había coches, pero gracias a eso pudimos echar una mano en algunas cosas.

Chris se volvió a preguntar una vez más qué clase de vida habían llevado. Y cuándo se acabarían las sorpresas. Pensó que, por mucho tiempo que pasara, siempre iba a haber cosas que no supiera de sus hijos.

- No tenemos mucha práctica de todas formas. Ese es otro motivo por el que no lo podemos aceptar.

- Yo puedo ayudaros con eso. Ya es vuestro, no hay nada que aceptar. Tan solo disfrutad de vuestro regalo.

A Chris le había costado mucho regalarles aquello. No por el dinero, sino por el hecho de que un coche era como decir "ya son mayores", cuando él nunca había podido decir "qué pequeños son". No quería ni pensar lo que sentiría cuando empezaran la universidad.

- Pero...

- Esto es demasiado, papá, en serio. No... ¿Cuánto llevas gastado en nosotros desde que estamos contigo? No podemos dejar que te gastes tu dinero en nosotros.

- ¿Para qué lo quiero si no es para que no os falte nada? – le dijo Chris. – Sois mis hijos.

Eso le gustaba mucho de sus chicos: no daban las cosas por sentadas... Eran agradecidos y no egoístas y exigentes. Apreciaban cualquier gesto. Era bueno, pero tampoco quería que pensaran que le debían nada. Lo hacía porque podía hacerlo, porque quería hacerlo, y porque era su padre. Cualquier padre con dinero suficiente haría lo mismo. 

- No me puedo creer que nos hayas regalado un coche – seguía diciendo Nick.

- Seguro que aún estamos durmiendo – asintió Peter.

Formando una familia [FANFIC DE EMBRUJADAS]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora