Al regresar, tuvieron que correr las dos últimas calles por qué había comenzado a llover y no querían mojarse demasiado. Una vez dentro, y habiendo secado sus cabellos con una toalla, se ubicaron nuevamente en la mesa que ocuparon para el almuerzo, dejando sobre ella todo lo comprado para disponerse a cenar en su mutua compañía.

El ambiente era ligero y agradable. Changkyun había puesto un poco de música de fondo, el suave ritmo de blues y lofi acompañaba muy bien la tranquila velada. Ya se habían acostumbrado al hecho de que solo bastaban unos minutos para terminar enfrascados en una conversación divertida y llevadera, por que, quisieran o no, sabían que ambos siempre habían tenido gustos y opiniones similares.

Una hora más pasó, y entre risas y bocados, la cena había terminado, pero ellos seguían en un acalorado debate sobre los encuadres y paletas de colores utilizados en las películas más reconocidas en el tiempo.

— No puedo creeeer que te guste el amarillo chillón de Kill bill, por favoooor, es horribleeee — Kihyun, quien ya sentía los efectos del alcohol en su cuerpo, se tambaleaba de un lado a otro en su asiento, arrastrando un poco sus palabras.

Changkyun, quien estaba sentado a su lado, y bastante más sobrio que el mayor, le miró completamente ofendido, su boca tomando forma de un gran circulo — ¿Cómo puedes decir eso? ¡Es un clásico!

— Un clasico muy predecible… — Se jactó el mayor, dando un último sorbo a su cerveza, para luego quedarse mirando la lata con ojos perdidos.

El cobrizo chasqueó su lengua, cruzando sus brazos sobre su pecho, y negó moviendo su cabeza — Al menos tiene un hilo más entendible que Pulp Fiction — Murmuró por lo bajo, desviando su mirada hacía un costado.

— Retractate — Kihyun le miró, sus ojos entornados y su boca apretada, claramente enojado, tirando lejos lo que antes tenía en su mano.

Pero en cuanto Changkyun giró su rostro para negarse y seguir discutiendo con el mayor, sintió una suave caricia de sus dedos al tocar su cuello. El menor elevó una ceja, cuestionando el por que de sus actos, pero Kihyun parecia más concentrado en otra cosa, su ceño estaba ligeramente fruncido.

— Tienes pintura en esta parte — Pronunció, acercándose más para poder ver mejor, pero cuando se dió cuenta de lo que había hecho, conectó con la felina mirada del cobrizo.

El tiempo y ellos parecieron detenerse, ambos sentían la necesidad de mantener esa unión, sentían sus corazones acelerarse por su mutua cercanía pero no podían moverse del lugar, tampoco querían.

Tentando al destino, Changkyun se arriesgó y acercó su rostro al mayor, uniendo sus labios en un furioso y demandante beso.

Empezaron lento pero profundo, se disfrutaron y saborearon a placer, explorando sus bocas con sus lenguas que batallaban entre ellas, cuando Kihyun le sorprendió y llevó su mano a la mejilla del menor para aferrarse y acercarlo aún más, los chasquidos y succiones no tardaron en aparecer, acelerando el ritmo, Changkyun incluso retuvo el labio inferior del pelinegro entre sus dientes.

Pero todo movimiento se detuvo cuando Kihyun sintió el tacto helado de una de sus manos escabullirse por debajo de su camisa, rozando su costado y generandole escalosfrios, el mayor se separó de él y respiró irregularmente.

— Perdon, yo… — La voz del cobrizo, entrecortada y demasiado grave, retumbante, volvió aún más loco al mayor.

— Ya n-no hay cerveza, v-voy por más — Se excusó, levantándose rápidamente de donde estaba sentado y, con piernas temblorosas, prácticamente huyó del lugar, tomando su abrigo y telefono antes de salir.

No se detuvo en ningún momento, ni siquiera cuando escuchó su nombre en boca del menor llamándole, queriendo detenerle. Simplemente siguió caminando sin rumbo alguno, tocando sus hinchados labios de a ratos, perdido en sus pensamientos… "casi me dejo llevar, dios mio, sus labios... todavía recuerda como volverme loco".

———


"Soy un estúpido… soy un estúpido" el menor se repetía mentalmente, golpeando su frente contra el borde de la mesa ratona, frustrado por completo.

Changkyun suspiró profundamente, otra vez sentía que había arruinado todo con Kihyun, pero es que… dios, lo tenía a centímetros de su rostro, con esos malditos labios, carnosos y rojizos, tentandole. No pudo resistirse, simplemente Kihyun era tan tentador, siempre lo había sido.

Un trueno desde el exterior rompió con el hilo de sus lastimeros pensamientos, incorporándose derecho en el acto. ¿Volvería a llover pronto?…

Tomó su celular y revisó la hora, notando que Kihyun ya llevaba un cuarto de hora fuera y posiblemente no había tomado el paraguas al lado de la puerta en su prisa por huir. Mordió su labio, de repente nervioso, ¿Debería ir a buscarlo? Quizás no sea lo mejor en este momento.

Sabía que tarde o temprano debería volver al estudio por qué había dejado sus cosas allí, en un rincón de la habitación estaba su pequeño bolso, pero… ¿Realmente habría ido de regreso al mercado o se había ido de verdad, a su casa?

Otro trueno retumbó en la cercanía, y con eso, como si le hubiera llamado con el pensamiento, sintió su celular vibrar en sus manos, recibiendo una llamada de Kihyun. Rápidamente, atendió.

— Kihyun, ¿Donde estás?

Yo, ehm… — Su voz sonaba nerviosa, y eso puso alerta al menor — No lo sé, creo que me perdí entre las callejuelas y…

Changkyun suspiró, un poco más aliviado — Bien, ¿Puedes enviarme tu ubicación? Voy a buscarte.

Ah si claro, ubicación, bien… — Hubo un momento de silencio, el menor notando el ruido del viento y la llovizna a través del microfono, Sintió el sonido de una notificación y miró su pantalla, viendo el mensaje — Ahí.

— Estás cerca, voy a buscarte antes de que te mo…

Se escuchó un estruendo del otro lado, un par de ladridos, el fuerte grito de Kihyun y varios pasos como si estuviera corriendo, Changkyun se preocupó por el repentino suceso.

— ¿Kihyun? ¿Me escuchas? ¡Kihyun! — Gritó, intentando ser oido por el mayor, pero al instante la llamada se cortó, dejándole una sensación pesada en el pecho.

— ¡Mierda! — exclamó, poniéndose rápidamente de pie.

Tomó su abrigo, se calzó y sostuvo el paraguas entre sus manos, saliendo del lugar para comenzar a correr por las calles del barrio, el fuerte viento le dió en todo el rostro, y el aguacero cada vez era más constante, pero el cobrizo siguió en busca del mayor.

Tenía un mal presentimiento en su cuerpo…





 Not Mine || Changki Donde viven las historias. Descúbrelo ahora