-¿Señor, se le ofrece algo? -Le pregunté de forma educada y ocultando mi nerviosismo.
-Quiero bailar en los tubos como el primer día que lo hice aquí... ¿Crees que sea posible? -Me preguntó, girándose a verme a los ojos. Pero solo pude sonreírle nervioso y darle una mirada comprensiva.
-No veo el problema de que lo haga ahora... Sería un gran ejemplo para los bailarines del lugar. -Le respondí y él solo sonrió, volviendo a poner sus ojos en los tubos de baile.
-Solo podrán sentirse intimidados ante mi nivel y manejo en el tubo. Pero, sabes... Es lindo imaginarte allí, siendo visto por todos y deseado por todos como lo era en mi tiempo -me respondió de vuelta, para luego solo volver a mirarme y darme una sonrisa-. Chittaphon Leechaiyapornkul, pero mejor dime Ten -rió-, es más fácil.
-Na Jaemin.
Me presenté con una sonrisa y él asintió, para luego solo caminar hacia las barras y girar alrededor de ellas, acariciándola con la punta de sus dedos, con una sonrisa juguetona en sus labios.
-Sabes Jaemin... Realmente espero que algún día verte bailar aquí... Taeyong me habló mucho de su ángel y deduzco que eres tú por tu bello rostro... Pero espero que realmente seas un verdadero ángel y no otro rostro bonito en medio de demonios.
Me dijo para luego solo caminar hacia las escaleras y desaparecer de mi vista.
Luego de sus palabras solo pude tragar duro y volver a sentir mi piernas flaquear mientras detrás de mí sentía unos fuertes pasos y otros un tanto lentos y dificultosos. Sentí a Taeyong caminar por mi lado, y como me sujetaba de la muñeca y me hacía a un lado, quitándome del camino para que pueda era pasar el y el aún ido Jungwoo. Vi a mi jefe subir por las escaleras y como Jungwoo solo se ganaba en el escenario y miraba a todos lados y cerrar sus ojos.
Luego de eso, todo el ambiente cambio. Las luces bajaron su intensidad, y la música comenzó a sonar más fuerte que el momento en que yo baile esa tarde. Vi como Jungwoo comenzaba a girar alrededor del tubo, con movimientos coquetos, pero temblorosos
-pero aún así podía lucir como si estuviera firme y sobrio-. Vi como comenzó a trepar, como se trataba de lucir pese a que sus manos temblaban y tenía sus ojos cerrados. Le vi girar hasta descender un poco, como posicionaba una de sus mano un medio metro más abajo que la otra, abriendo sus piernas en el paso y comenzar a girar, manteniéndose en ese lugar, hasta pasar una de sus piernas detrás del tubo (aun girando), hasta quedar con sus dos piernas flotando y sujetándose solamente de sus manos.La parte del saxofón llegó y vi al chico volver a subir y darse vuelta, posicionando sus cabeza hacia el suelo y bajar de esa forma, mientras daba cuentas alrededor, abriendo lentamente sus ojos y dar una vuelta hacia atrás cuando llegó al suelo, quedando de pie en el escenario y alzar sus brazos como finalización. No escuche ningún solo aplauso al finalizar, solo sentí como esa atmósfera se hacía más incómoda y empeoraba conforme Taeyong y Ten bajaban por las escaleras.
Vi a Taeyong bajar incómodo y como el chico a su lado sólo tenía un rostro serio y lleno de desilusión.
-Jungwoo -le llamó Ten y el llamado solo le miró nervioso-. ¿En que se caracteriza el club Devil's Cup? -Le preguntó y Jungwoo solo abrió sus ojos y tragó duro.
-N-No lo s-sé -le respondió con dificultad y Ten solo pudo negar y sonreír ante su respuesta.
-Se caracteriza en bailes con coqueteos indirectos, casi sin llegar a la provocación del bailarín. Ellos buscan que todo luzca de la forma más artística e "inocentemente" posible. Y tú solo me mostraste un baile simple, no es artístico y sólo es inocente. Porque ni la persona más homosexual se podría excitar con eso. Realmente, sólo un ninfomano lo haría -le respondió con molestia y Jungwoo solo podía mirarle y bajar su cabeza arrepentido-. Está más que claro decir que no quedaste y que yo venga aquí no fue más que un gasto de tiempo.
ESTÁS LEYENDO
Hustler;;Nomin
FanfictionAmbos éramos malos para el uno y el otro, decían que no debíamos de conocernos. Pero aquí estábamos viéndonos rostro a rostro. Nuestras respiraciones chocando. Sintiéndonos en el cielo cuando realmente estábamos en el infierno, ardiendo como los dos...