Pero, ¿Saldría algún día de esa prisión?

Pensó en la guerra que se daría a cabo en Marineford en un par de horas, daba por hecho que su capitán iría a rescatar a Ace.

Pero ¿Lo lograría?

¿Podría morir alguien más?

¿Matarían a Ace?

¿Había alguna esperanza? ¿Alguna oportunidad?

Su cabeza llegó a doler de tantas dudas y pensamientos que tenía. Simplemente intentó respirar hondo, tratando de relajarse dentro de lo posible.

Asumiendo que ya no había ninguna esperanza.

Miró el techo, cansada.

Sus ojos se cerraron de pronto, su inconsciencia la transportó a sus recuerdos más preciados.

Su infancia.

Se vio a si misma corriendo por una arboleda, que reconoció como un bosque del Monte Corvo.

A su lado, tres niños que reconocía a la perfección.

Corrían, jugaban, reían.

-¡Aún eres muy lento, Luffy! -gritó un niño rubio.

-¡Cállate! Voy a superarlos algún día -se defendió un pequeño Luffy.

-¡Entrena más! Eres bastante flojo -le dijo Yara.

-El más rápido sigo siendo yo, perdedores -gritó un pequeño pecoso.

Su pequeño pecoso.

Sonrió al verlo como el niño travieso que solía ser.

Llegaron a un lugar donde se veía a la perfección el mar.

-¡Ahh! -gritó Luffy tirándose de espaldas al suelo- Estoy cansado, tengo hambre.

Yara lo imitó, mientras regulaba su respiración.

-¿Estás cansada? -le preguntó Ace.

-No -le respondió- Solo necesito descansar.

-Entonces estás cansada -le dijo el rubio.

-¡Qué no! -le gritó a Sabo.

-¿Que tal si jugamos a escondernos? -propuso Luffy con una sonrisa.

-Y te escondemos en el fondo del mar, suena bien -le dijo Ace con una mirada macabra.

-¡No! Ace maldito -le dijo Luffy enojado- Eres malo.

-Entonces, ¡El primero que llegue a ese árbol deberá contar! -decretó Sabo.

Y todos corrieron rápidamente al árbol señalado. Era de esperarse que el último en llegar fuese Luffy.

-¡No es justo! -gritó Luffy mientras apretaba su sombrero de paja que llevaba en la cabeza con frustración.

-¡Cállate y cuenta! -le dijo Ace.

Corrieron todos a esconderse mientras Luffy contaba.

Yara se subió a un árbol, mirando a su amigo desde la altura.

Cuando terminó de contar, se volteó mirando a su alrededor.

-¿Dónde están? -dijo comenzando a caminar.

De pronto, Sabo hábilmente bajó del mismo árbol.

-¡Gané! -dijo victorioso.

-¡No! ¡Eso es trampa! -dijo Luffy enojado.

ENCONTRÉ MI ONE PIECE (AcexLectora)Where stories live. Discover now