①① Gato Siamés

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– Eres tan tierna como te imaginé – Dijo en el abrazo

Sonreí leve.

– ¿Me imaginaste? – Nos separamos del abrazo

– Sí... Bueno, cuando imaginaba en tener a una chica como tú qué me quisiera tanto. – Miró mis labios

– Puedes besarme si quieres – Dije sonrojada

Él sonrió y no dudó en hacerlo, me tomó la cara para darme un beso. Un corto beso.

– Wow... – Sus mejillas estaban rosadas

– ¿Mis labios te parecen adictivos? – Medio sonreí

Asintió.

– No sabes cuánto deseé este momento... – Me besó las manos

– ¿Por qué no sales de este lugar? – Besé sus manos también y él se sonrojó

– Porque estoy atrapado Rose, ¿Aún no notas este lugar? – Me miró con tristeza

– No sé dónde estoy.

– Estamos dentro de la guitarra Rose. Tu Syd me abandonó aquí...

– ¿Que? ¿Pero como? – Me cubrí la boca

Él tomó aire.

– Soy... Gato Rose. El odiado y poderoso pasado de tu estúpido novio.

– P-pero y el que está durmiendo conmigo también se llama gato... – Comencé a alejarme

– Él es mi primera versión como gato... Alguien tiene que ayudarme también ¿No crees? – Se acercaba

– ¿Tu fuiste el que apareció todo este tiempo? Dime, ¿Te había visto alguna vez? ¿Tu eres el que me ayudó en la biblioteca? – Dije nerviosa

Él negó.

– Llevo atrapado en esta guitarra desde hace mucho Rose... El que ha seguido todos mis movimientos es mi único y fiel amigo Syd... Las otras versiones son patéticas – Cruzó los brazos

– ¿Por qué son patéticas? ¿Y por qué ustedes están haciendo todo esto? – Lo imite

– Porque Syd me excluyó de los demás, yo no pude tener una vida normal como todos en una versión hecha para mí... Él me dejó aquí luego de... – Tomó aire. – Ven conmigo.

Él extendió la mano y yo la tomé para que ambos comencemos a caminar en este extraño lugar de tonos fríos...

– ¿Que es esto? – Solté su mano – Yo ya había estado aquí. Por aquí estuvimos Syd y yo cuando viajamos en el tiempo.

– Bueno pues entonces déjame presentarme como se debe... Rose yo soy el verdadero Lucifer Sam.

Miré a todos lados y mi cabeza daba vueltas haciéndome llegar muchos recuerdos a la vez, me dolía ver tantas imágenes pasar por mi cabeza y el me abrazó para que ese dolor desapareciera.

– Aún tienes que entender muchas cosas de mi Rose... Lastimosamente Syd no te las dijo porque siente vergüenza de mi – Suspiró y cerró sus ojos – ¿Puedes cerrarlos también?

Cerré los ojos y escuché como alguien estaba tocando la guitarra así que nuestros oídos nos dolían demasiado y Syd terminó por separarse de mi y negar mientras el ruido nos irritaba bastante.

𝘽𝙖𝙧𝙧𝙚𝙩𝙩       | 1971©. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora