Así que decidió hacer lo que mejor sabía, mezclar su instinto con su cerebro. ¡Cama! Tenía que llevar a Zuko a la cama, bien. Mientras hacía eso, acercó  el cuerpo que se fundía en él de la cintura, sentía que se hundía y tenía que aferrarse a algo y, si ese algo tenía una lengua tan rápida y lindas piernas, entonces no iba a dejar pasar ese tren.

Trató de ser lo más cuidadoso posible cuando dejó a Zuko sobre su espalda, decidió tomar aire y ver un poco la cara de su amante. El Señor del Fuego estaba acalorado, literalmente vivía en un volcán y estaba acalorado después de un beso. No sabía cómo reaccionar, así que pensó; bien, tenía a Zuko sobre su espalda en una cama ¿ahora qué?

— Para ser el hombre que se mete a mí habitación y me besa antes de que pueda reaccionar, quién diría que ibas a quedarte petrificado en medio del coito —dijo Zuko, y Sokka río no solo porque uso la palabra coito para referirse a su situación sino por lo absurdo que se sentía.

— A la mierda el plan —gruñó al darse cuenta de que eso iba a ser una pérdida de tiempo, así que no dudó en arrancarle la bata real a Zuko para después atacar ese molesto cinturón.

Escucho al maestro chupar el aire cuando le bajó los pantalones junto a su ropa interior, okay ya podía alardear, era más grande que Zuko.

Entonces se metió la erección ajena a la boca, decidió chupar el largo de la misma mientras se concentraba en escuchar los intentos de respirar de Zuko, tal vez fue un poco brusco, ¿tuvo que haber preguntado antes si podía?, estaba seguro de que sí, sintió su pecho contraerse y maldijo en voz alta, perfecto imbécil lograste terminar con algo que ni empezó.

- Lo siento, lo siento realmente no quería hacerlo sin pregunta, emm ¿debería seguir? yo... - lo corto la dulce risa del otro, trato de recapitular de nuevo, él había tenido un pene en su boca y hasta lo había lamido y no sintió rechazo, él quería seguir hasta dejar a Zuko tan sensible que lloraría, pero lo hizo sin pensar, sin pedir permiso y aunque estuviera por explotar él necesitaba saber si podía hacerlo.

Zuko enredo sus dedos en la trenza del pelo de Sokka y la soltó, desenredo algunos mechones y simplemente empujó la cabeza de Sokka abajo de vuelta, como si decirlo en voz alta fuera perder energía.

Por supuesto que entendió así que decidió hacer lo que más curioso lo tenía, succiono la cabeza de la erección, escucho un grito, ¿acaso lo veía más rosa? dios porque tenía que ser Zuko tan sexy, eso no podía ser justo.

Lamió de arriba a abajo, obtuvo algunos gruñidos cuando sus dientes rozaban a Zuko pero lo solucionaba lo más rápido que podía. Era alguien nuevo en esto merecía más paciencia.

Entonces sintió al cuerpo debajo tensarse, dejo de chupar y escucho quejas, pero no quería terminar así, él quería, no, él necesita más.

Bajo la boca hacia los muslos, carne blanda y piel blanca lo recibieron, y Sokka supo que su propósito era marcar tanto como pudiera. En la primera mordida sintió que todo el cuerpo de Zuko temblaba, en la segunda succiono y escucho una maldición, pero en la tercera sintió como lo tironeaban de los mechones desprolijos donde antes estaba su trenza.

Entonces vio de nuevo ese rostro acalorado pero ahora era más Rojo, el largo pelo del señor del fuego estaba todo desprolijo, sus labios tenían puntitos de sangre como si unieran succionado por un buen tiempo esa zona, realmente tentador.

Por lo tanto lo siguiente que sintió fue el beso más salvaje que tuvo nunca, había dientes, gruñido y estaba muy seguro que el agarre que Zuko tenía en su pelo le estaba arrancado algunos.

Fue volteado de forma bruta, y vio a Zuko acomodarse poniéndose ahorcadas sobre él, así que no desperdicio nada de tiempo y trato agarra la cintura ajena rápido, pero rápido fue Zuko al ponerlo de golpe sobre su espalda empujándolo con las manos abiertas en su pecho.

- Ya tocaste mucho - suspiro en medio de la oración - me toca a mí.- había dicho que era sexy?, porque en ese instante está seguro "sexy" no le hacía justicia a ese hombre.

Le bajó los pantalones hasta las rodillas y se acomodó encima, espíritus, chupo aire cuando sintió como su pene era frotado con el otro, Zuko rodeo las erecciones juntas y apretó.

Gruñendo con los dientes juntos Sokka se incorporó y atrajo a Zuko cerca, necesito morderlo o juraba por el avatar que moriría.

Piel blanca, necesitaba corromper sobre esa pureza pero mientras sus instintos más bajos salían a la luz sintió al sudoroso cuerpo que tenía encima empezar a mover de forma frenética la cadera, espíritus no todo el mundo espíritu y su jodido puente, él iba a morir y era todo culpa de Zuko y la forma que lo quemaba.

Una mano agarró su hombro para impulsarse y friccionar más rápido, Sokka siguió mordiendo pero entonces encontró carne rosa, la tetilla de Zuko se endureció al tacto y decidió chupar más fuerte.

Entonces Zuko paso de frenético a salvaje, su respiración espeso y se corrió sobre el su abdomen. Sokka estaba extasiado y jodidamente excitado, remanente había tenía el honor de ver la cara de su amigo en puro éxtasis, necesitaba el también conseguirlo.

Volteo a Zuko lo más rápido posible y bombardeo su propia erección sobre la cadera debajo de él, apoyo una mano a un lado del desastre de pelos y aire caliente que era esa cabeza, y se vio los ojos perdidos, vio también los espasmos del cuerpo abajo suyo y se rindió en esa imagen, se vino vergonzosamente rápido sobre las piernas ajenas y cayo rendido a un costado.

Espíritus, él había, bueno ellos habían destrozado al otro, sentía su cuerpo dispuesto a seguir pero lo más seguro es que no pudiera levantarse por un buen rato.

A su lado Zuko río - cenizas, necesito más - jadeo el maestro volteándose hacia Sokka, el muy bastardo estaba sonriendo y mirando fijamente a su compañero.

Bueno realmente mintió, si podía levantarse si seguir por más.

[...]

Zuko levanto la cabeza mareando y con ganas de volver a cerrar los ojos, pero la picazón entre sus muslos era los suficiente molesta para convencerlo de tomar una ducha fría.

Su mirado cayo hacia el pesado brazo que rodeaba su cadera y lo siguió hasta el cuerpo en semi coma de Sokka.

Estupendo el maldito que entró en su habitación y lo había hecho rogar por cosas que no se dicen en voz alta, no iba a levantarse en muchas horas más, río en voz baja al recordar lo patético que fue su primer beso en la puerta, baboso e incómodo para sus narices, pero obviamente muy correcto en ese momento.

Se removió cuando vio sobre la mesita al costado de su cama la botellita de cristal que mates contenía aceite de uva que su tío le había dado para su cicatriz, Sokka lo uso para... él lo había metido ahí, espíritus que lo había disfrutado pero aun así estaba inquieto de pensar en eso.

Realmente había estado con un hombre, pero no cualquier hombre, este hombre era su compañero, su amigo y su más grande consejero. Esto no podía estar bien, hace relativamente poco había dejado de ser un crimen ser homosexual en la nación del fuego, no es que los odiara ni nada de eso, solo que él era el SEÑOR DEL FUEGO.

Respiro y contó hasta 10, bien si había pasado algo así es porque él también quiso, sabía que Sokka jamás lo forzaría, hasta recuerda que se disculpó por chuparlo sin preguntar.

Miro de nuevo esa cara relajada y sonrió, bien tenía un plan.

Iba a ducharse y luego hablaría con Sokka de todo, pero antes iba a dormir lo más pegado al dura cuerpo de Sokka por largo rato más.

Peiskos [Zukka]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora