Capitulo 30

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CONFUSIONES

FRANCISCO

Unas horas habían transcurrido desde que se fue el vampiro al castillo de Robny. Ahora me encontraba solo en los pasillos principales de la mansión, mientras la mayoría descansaba en sus habitaciones.

Mi mente es un caos. No puedo dejar de pensar en lo ocurrido, ha pasado una semana y nada que puedo olvidar. Todo me tiene tenso, especialmente la incertidumbre de si ella recordará algo de lo sucedido.

Cuando le informé sobre venir aquí, ella me preguntó si podía acompañarme. Sin embargo, mi respuesta fue negativa, sugiriendo que permaneciera en la habitación por seguridad.

Suspiro largo y lento, no sé por que estoy pasando por esto.

—Lo más trabajoso en esta vida es el amor—, una frase inesperada irrumpe en mis pensamientos.

Alzo la vista con sorpresa y veo al vampiro entrar, ajustándose las mangas de su camisa. Sin detenerse, continúa su camino hacia el segundo piso.

Me quedo en silencio, estupefacto, pensando en quién diablos es él y cómo puede entrometerse en mis pensamientos.

—No estoy seguro de ser el diablo, parientes quizás— sonrie ironico, —pero si estoy seguro de que estas perdido totalmente— me giro y lo veo en lo alto de la escalera, observándome con una mirada familiar, como si nos conociéramos.

—¿Quién eres?—, pregunto.

—Soy William Shakes—, responde con tranquilidad, como si no existiera ningún peligro.

—Príncipe de tierras lejanas, cuya existencia jamás habrías conocido si no me hubiera salvado—, agrega.

Un escalofrío recorre mi espalda mientras un ruido proveniente de la cocina irrumpe. Me giro de inmediato, mi corazón late con fuerza, y mis sentidos se agudizaron, buscando la fuente del sonido. Un aroma peculiar me invade, una mezcla de humano y algo más...un cazador de vampiros.

—¿Hueles lo mismo?—, le pregunto a mi acompañante en un susurro.

Él asiente con la cabeza lentamente, confirmando mis temores. Un mal presentimiento se apodera de mí. Un cazador de vampiros en esta mansión era lo último que necesitábamos.

Con pasos sigilosos, nos dirigimos hacia la cocina, nuestros cuerpos están en alerta máxima.

Al llegar a la puerta de la cocina, un pequeño ventanal nos permite ver a la persona que se encontraba al otro lado.

—Lo conozco—, susurro, y él me mira con curiosidad. —No es un cazador...al menos, no lo sabía—.

—Si huele a cazador, es porque lo sigue siendo— susurra.

—Creo que también lo conozco, pero no recuerdo de dónde—, agrega, pensativo.

Mi mente se esforzaba por encontrar una conexión, mientras observaba a Oliver con detenimiento. ¿Sería él parte de la facción de alguno de los líderes vampiros? Las preguntas se arremolinaban en mi cabeza sin respuesta.

—En fin—, mi compañero rompió el silencio, —lo mejor será que regresemos a descansar. Mi esclava está sola y esta mansión está vigilada—. Con una sonrisa enigmática, desapareció en un abrir y cerrar de ojos, dejándome solo con mis pensamientos y el misterio sin resolver de la identidad de Oliver.

Me quedé observando a Oliver abrir el refrigerador con un movimiento brusco, sacando una bolsa de sangre enorme. Mis cejas se arquearon involuntariamente, confundido por su acción. ¿Para quién era esa sangre?

Sin darme tiempo a procesar mis dudas, lo vi beberla con una desesperación que me heló la sangre. Rompió la bolsa con los dientes y sorbió ávidamente, como si su vida dependiera de ello.

—¿Qué estás haciendo, Oliver?—, pregunté en un susurro apenas audible.

Mis conocimientos sobre cazadores eran limitados, pero sabía que la sangre no era su principal fuente de alimento.

La imagen de Oliver bebiendo sangre me ponia a pensar, avivando mi curiosidad por él y por el misterioso vampiro que se hacía llamar William Shakes. Sus palabras sobre la mansión siendo vigilada resonaban en mi mente,

Con estas preguntas sin respuesta, me sumergí en un sueño profundo. Al despertar, un bulto a mi lado se removió, girando para acomodarse mejor. Al hacerlo, su rostro quedó al descubierto.

La calidez de las sábanas nos envolvía a ambos, protegiéndonos del frío exterior.

Cerré los ojos y los abrí de nuevo, observando su rostro angelical. Su piel, ahora suave y tersa gracias a la recuperación, era la de una chica completamente diferente a la que conocí.

Su respiración era tan tenue que casi podía dudar de que estuviera viva. De repente, sus ojos avellanos se abrieron, encontrándose con los míos. Sin previo aviso, se exaltó y salió de las sábanas.

—Perdón—, murmuré, levantándome también. —No sabía si estabas viva o muerta—.

Noté que la sábana que ambos habíamos usado era la suya. ¿Cómo había sucedido?

—Ah—, responde algo adormitada mientras se dirige al baño.

Un recuerdo fugaz me vino a la mente. Llegué a la habitación a las dos de la mañana, agotado por la tensión. Ella dormía profundamente. Sin pensarlo dos veces, apagué las luces, me metí en la cama, la abracé y me cubrí con su sábana. La calidez y la comodidad me habían vencido.

El sueño me invadió de nuevo, y me dejé caer sobre la cama, envolviéndome en su aroma.

TODOS LOS DERECHOS RESERVADOS ©

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La Mansión Garden.

Les doy el dato de que cada mansión del Gran Señor tiene lideres o jefes de casa, en este caso es Francisco el dueño por asi decirlo de esta mansión llamada Garden.

Dama de un vampiro ✓Where stories live. Discover now