—Llegaré tarde a la escuela— replico.

— Eso depende de ustedes — contesta— cuando arreglen sus diferencias  Edward los llevará— es lo último que dice antes de irse dejándonos  solos.

Miro a Caden y este sigue comiendo su desayuno tranquilamente. Sé que el no va a hablar está esperando que yo lo haga.

Resoplo y tomo un poco de mi té antes de empezar hablar.

—Si te incómoda mi presencia me puedo ir— habla Caden interrumpiendo mis intenciones.
—No te obligare a disculparte se bien cual es mi lugar aquí—dice aún sin mirarme y continua hablando— Y para evitarte problemas le diré a Patrick que lo hiciste.

Sus palabras me dejan sin saber qué responder, me hacen sentir como una horrible persona.

¿Y si lo soy?

Por estar en mi lucha interna no me he dado cuenta que Caden se ha levantado, listo para irse.

Lo que me hace reaccionar rápido y levantarme.
— Caden espera.

Este se detiene, se voltea y en su rostro puedo ver confusión.

No se lo esperaba tan mala persona cree que soy.

—No soy ese tipo de persona—hablo pero en su rostro aún puedo ver que no entiende lo que digo—sé que lo que dije ayer estuvo mal y lo de la fiesta estuvo peor no debí enojarme contigo de esa manera—trago y continuó hablando— y mucho menos llamarte en público maldito rompe ilusiones aunque lo seas, pero eso no a lo que me refiero solo quería decirte que...lo siento.

Lo miro y parpadea un par de veces como si no creyera lo que digo luego una sonrisa aparece en su rostro y habla:
— ¿Aún sigues creyendo que soy un rompe ilusiones?—pregunta.

Ahora es mi turno de mirarlo confundida

—Eso fue lo único que escuchaste de mis disculpas— reclamo.
—No, escuché todos los demás pero eso captó mi atención— dice sin quitar la sonrisa de su rostro.

Se da la vuelta continúa caminando hacia la salida.

Solo me le quedó mirando atónita, pero este se detiene.

— Disculpa aceptada— habla—Y apresúrate que vamos tarde— continúa caminando.

Sin saberlo estaba reteniendo aire por lo que lo liberó cuando escucho sus palabras.

Tomo mi mochila y lo sigo.
Edward nos saluda y subimos al auto.

En el camino observo las mansiones alrededor ninguna es parecida todas tienen su propia estilo y lujos no como los alrededores mi antigua casa todas eran parecidas.

Dejo observar por la ventana  y miro al chico que se encuentra a mi lado está con los audífonos puestos, sus ojos están cerrados. A su lado trae un estuche donde supongo que debe estar el violín.

¡El violín! ¡El arco!

Tomo mi mochila y lo busco pero recuerdo que lo dejé porque era muy grande para mi mochila.

Me percato que el auto se detiene, Edward se baja y me abre la puerta.
De un momento a otro mi corazón se acelera por la incertidumbre de qué pasará en este lugar.

—Señorita Eloise debe bajar, es tarde— me recuerda Edward.

—¿Quieres huir otra vez?— habla la persona que olvidé que se encontraba a mi lado.

Cierro los ojos y calmo mi respiración la cual se estaba acelerando cuando ya me relajo lo enfrento.

—Descuida, odio huir con un rompe ilusiones.

Bajo del auto y camino hacia la entrada de la escuela.

Me detengo cuando estoy apunto de entrar y tomo la valentía para enfrentarme a lo que sea que suceda allá dentro.

Realmente me aterra estar aquí sola.

Observo los vacíos y silenciosos pasillos y me hace reflexionar que en lo llevo de vida nunca había sentido lo que es la soledad, mi madre hacía fiestas cada fin de semana, Marco procuraba estar en casa cuando no tenía trabajo y Asher  siempre estuvo a mi lado incluso cuando ninguno de ellos estaban había la suficiente compañía por la cantidad de empleados que Eleonor contrataba para preparar sus lujosas fiestas.

No mentiré es extraño para mí sentirme sola.

— La soledad es el precio de la libertad.

 Una voz desconocida me hace salir de mis pensamientos miro a mi lado para ver de quién se trata  y me encuentro chico.

Lo miro confundida y sorprendida porque pareciera que hubiese leído mi mente.

—Lo escuché por ahí— dice de manera sonriente.—Mucho gusto me llamo Dylan Becker y soy el encargado de darte tu tour escolar.

Me extiende su mano lo observo antes de extender la mía  es  alto, rubio, sus ojos son azul cielo y una sonrisa genuina adorna su rostro.

—Mucho gusto Eloise Pearson—respondo sonriéndole de la misma manera.




















Un mapa hacia ti-EN EDICIÓN.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora