Capítulo 1 - Pobre hombre

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Maldita sea yo y mi mala suerte

¿Cómo putas me viene a pasar esto ahora?

¿Dónde estará Isa?

Le dije que estuviera aquí a las siete y no llega, necesito contarle lo que me está pasando o voy a explotar

—Señor Susext, lo están esperando para un juego —Me avisa un mesero y asiento

—Gracias —contesto mientras camino a la mesa con el vaso de whisky en la mano.

A pesar de tener una gran racha, mi desesperación no cesará hasta que hable con Isa.

¿Dónde mierda estará Isabel?

Habíamos quedado en un plan ya

Isabel no es de las que llega tarde

Veo el reloj y ya van un par de horas desde que llegué al casino, saco el celular y marco el número de Isabel desde el celular incognito.

Espero que conteste

Uno, dos y al tercer timbrazo abre la llamada.

—Señor —Me hablan, pero muevo la mano para pedir tiempo

—Oye idiota, tengo horas de estar esperándote —dice del otro lado de la llamada

—¿DÓNDE ESTÁS? —grito por su manera de hablarme

—¿En dónde más voy a estar? No me digas que ya me dejaste plantada —responde molesta.

Respiro para evitar ahorcarla

—¿Eres pendeja? ¿No recuerdas que te dije que a las siete y treinta te esperaba en el casino? —pregunto frustrado

—¿Crees que iba a llegar sola sin saber si estabas ahí o no? —pregunta y eso me hace voltear los ojos, como si nunca hubiese llegado aquí.

—Entonces dime ¿Dónde estás? Y ¿Cuánto te demoras en llegar? —pregunto resignado

—Estoy en la oficina, estoy como a una calle —contesta

—Bueno, no te demores más —le digo y cuelgo

Me siento en la mesa donde ya me esperaban para el siguiente juego, unos minutos después me timbra el celular, pero no lo tomo hasta no terminar la mano que estoy jugando, un mesero se me acerca para hablarme.

—Su amiga está a fuera señor

Asumo que el mensaje era de ella, termino el juego y me levanto, salgo a la puerta y le hago señas para que entre.

No sé porque simplemente no entra y listo, ni que se la fueran a comer

Bueno, ni que ella fuera a dejar porque si fuera por otros se la comerían completita

Sonrío

Si no la quisiera como mi hermana, yo también me apuntaría a esa comida

Isabel me hace señas para que salga como si de cuidar su virginidad se tratara; tiene una cara de monja sorprendida que no puede con ella y eso para mí es la señal perfecta para molestarla, William me está hablando, pero yo no estoy pendiente.

Decido ir a buscar a Isa, porque está visto que, si no salgo, ella no entrará.

Suspiro

Mujeres

Cuando la tengo cerca la miro de arriba abajo y pongo mi cara de perro, como dice ella; solo para verla enojada

—Hola Isabel —Le digo con tono de seducción que siempre pongo para molestarla—, ¡Ajo!, pero que trasero y que piernas que se te ven con ese short —Aunque lo hago para molestarla, siempre es cierto; Isa es una mujer bonita, no de mi tipo, pero es muy bonita. Rueda los ojos lo que me hace sonreír e incitarme a seguir molestándola—. ¿Hoy si me vas a dejar embriagarte para hacerte cositas y quitarte el verano que tienes encima? —digo con coqueteo, voltea los ojos y a mí me causa risa.

Frenesí en la Perla IIWhere stories live. Discover now