"Mátalos, mátalos. Sí, sí, házlo mierda"

Todos empezaron a gritar, llorar y tratar de salir pero yo tenía ocupado el único lugar para hacerlo, mi sonrisa se enganchaba en mi rostro, nada podía borrarlo. La locura y el deseo de matar me consumieron, estaba muy consciente de las súplicas y lloriqueos de esos bastardos, pero lo que me importaba era saciar esas voces.

"Miran cómo lloran, cobardes. Unos cobardes igual que tú"

Mi recorrido fue acabar hasta el centro del lugar, ya no me importa si escapaban, ¿Por qué? Era muy difícil, aseguré muy bien el lugar, encadenando las puertas.
Bien, ya desperdicié una bala, me quedan nueve. Entonces, empecé a disparar al azar, logrando acabar con varias personas, unas muertas y otras lesionadas, quedé impresionado por mi puntería en ese momento.

—¡MÉXICO!

Esa, MALDITA SEA CÁLLATE. Ignoré ese llamado, disparando a más personas, oí cómo golpeaban la puerta y a su vez esta era destrozada, con algo de dificultad, pero lo fue  No le tomé importancia, aún quedaban muchos venaditos por cazar.

—¡MÉXICO PARA POR FAVOR!

3 balas, tendré que aprovechar estas últimas nenas y asesinar tan cruel a los 3 hijos de putas tan afortunados.
Justamente tres chicos habían estado observando todo desde abajo de una mesa, me acerqué tan feliz hacia ellos, quitando la puta mesa de un golpe, ups los lastimé jajaja. Miré fijamente a mi próxima caza, acorralandolos en la pared, esto era fácil.

"Tan débiles, mátalos mátalos mátalos JAJAJQJQJAUAUAUHS HÁZLO MÉXICO HÁZLO ASQUEROSIDAD HÁZLO COMO ÉL LO HIZO MÁTALOS QJAJAJAJAJAJA UHHHY AAAAAAAAAAAH"

A uno le apunté en el corazón y dio en el blanco, corazón asado. ¡Qué rico manjar!

—¡MÉXICO! ¡BASTA! ¡ESCÚCHAME WEON!

Puta madre, ni siendo asesino dejan de joder.
Sin darme cuenta y era lo menos que me importa, la irá por la reciente interrumpción hizo que disparara a esa persona, dándole en la pierna. ¡Cool! Ahora lárgate de aquí estorbo.
Con nueva felicidad, dirigí mi vista hacia los chicos que estaban enfrente de mí, uno muerto y dos ansiosos por estar así.
Solté una carcajada, era divertido ver sus expresiones, me quedaba una bala y lo aproveché, apuntándole al pobre diablo en la entrepierna, apretando con fuerza el gatillo y ¡Pum! Había dado, ahh joder qué satisfacción.
Mis ojos no podían contemplar tal escena, ah mierda era bellísimo ver cómo pedían ayuda, piedad.

—¡JAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAAJJA!
¡TE DÍ JUSTO EN EL PITO, CABRÓN!

Solté con denotante alegría y satisfacción, saqué de mi mochila dos cuchillos, mis nuevos amigos. Ah qué la chingada, ¿No puede quejarse más bajo? Interrumpe el momento.
Me agaché sujetando firmemente los utensilios, lamí un poco los filosos antes de clavar el cuchillo con mi mano derecha en el corazón del muchacho que antes disparé en los huevos. Sin esperar más, clavé el segundo cuchillo en el chico que se encontraba en shock. JAJAJA, inútil. Las puñaladas eran fuerte, frenéticos, como embestidas en ambos pechos de los idiotas. Qué bello sonido, joder.

Me aburrí al pasar unos minutos acuchillandolos, me levanté y limpié en su ropa su cochina sangre, limpiando igual los cuchillos.
Tomé mi mochila y metí el arma vacía ahí, cerrando el objeto, con ambas manos ocupadas por mis nuevas nenas, me dirigí a la salida, encontrándome con todo el lugar vacío, son unos cobardes, ni un tiroteo resisten. Puff, débiles.

Caminé por los pasillos de las instalaciones, tranquilamente arrastrando mi mochila por el frío suelo, aún mantenía sujeto las armas blancas. Las voces en mi cabeza empezaron a cantar, gritar.

—¡CALLENSE PUTA MADRE AAAAAAAH!

Me detuve, golpeando la pared con mi mochila y a su vez fuertemente mi cabeza contra este. Líquido espeso y caliente bajaban por mi frente y mi torso.
Reí, alegrandome por la acción. Ellos aún seguían en mi cabeza y cada vez era peor, los ignoré por un momento, ahora concentrándome a tararear la canción cradles*(canción en multimedia)*.

Bailaba al ritmo de mi tarareo y las voces, pero algo detuvo mi cantar y mis acciones, una figura al final del pasillo se veía algo borrosa y sombría, confundido caminé hacia ella. Sujeté fuertemente el cuchillo.

Pin, pin, pin.

Yacía el objeto en mi estómago, clavado, desgarrandome el interior, jadee por la sorpresa, sonreí mirando la sombra estar frente a mí, él también sonreía.
Todo se volvió blanco de un instante a otro.

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*Esta historia no será como siempre la mayoría de las autoras usan la temática, países humanizados, juntas en ONU, política y blabla.

*No sé mucho sobre la psicología y eso, pero hago mi esfuerzo.

*Mi narración es una mierda, perdón.
*Más dudas serán aclarados más adelante.

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