Camino de forma decidida hacia el rubio y cuando estuvo solo a unos cuantos metros de distancia, carraspeo para llamar su atención. Notando como el amargo olor se volvía más intenso, inundando sus pulmones de forma involuntaria.
El extraño se giró con lentitud, como si no le importara en lo más mínimo su presencia.
Y entonces Shinso se quedo sin palabras.
Aquellos rubíes lo miraban con fuerza, lo envolvieron por completo, sumergiéndolo en su profundidad, perdiéndose en el brillo de diversión.
Un escalofrió recorrió su cuerpo y le fue imposible recordar que era lo que estaba a punto de hacer, solo pudo quedarse parado como un imbécil, observándolo con devoción.
Viendo en aquellos ojos todo lo que ansiaba tener.
Libertad.
Hitoshi siguió analizando al rubio, notando como sus rasgos eran finos, su piel no tenia imperfección alguna, su nariz era perfilada, su rostro estaba libre de vello y tenía unos rosados labios que lo invitaban a no apartar la mirada.
Y al parecer el chico lo noto.
Porque movió su mano derecha, por un momento el pelimorado pensó que lo iba a golpear por interrumpirlo, hasta que se percato del objeto entre sus finos dedos.
Acerco el cigarro a sus labios, dando una lenta y profunda calada, dejando que sus pulmones se inundaran de aquel aire toxico. Lo retuvo en su cuerpo por algunos segundos y luego, con una sonrisa burlona lo expulso hacia el rostro del chico con ojeras.
Shinso sintió el cálido y amargo humo impactar con su rostro, teniendo que inhalarlo todo de manera forzada, sin poder contener las ganas de toser.
Una suave, pero malvada risa resonó sobre su intento por poder volver a respirar normal, deteniendo su corazón por un instante y esta vez no fue por culpa del cigarro.
Su voz parecía ser un poco ronca, encajando a la perfección con su aspecto de chico duro. Se le hacían pequeñas arrugas al lado de los ojos al reír, sus mejillas adquirían un leve tono rosado y sus labios se curvaban de manera hermosa hacia arriba, dejando ver un destello plateado en su lengua.
Era un espectáculo para la vista y Hitoshi agradecía ser el único espectador de aquella belleza tan irreal.
-Espero que nos veamos otro día, ojeras- Murmuro el chico con diversión y se marcho sin decir nada.
Se quedo en su lugar especial por una hora más, tratando de comprender aquella emoción que lo invadió con solo ver los ojos del rubio, como su corazón se había vuelto loco al oírlo reír y la forma en que no podía dejar de observarlo.
Shinso volvió a su departamento, acostándose a dormir de inmediato. Ansiando que la noche del próximo día llegara pronto para volver a ver a aquel chico tan exótico.
Los días pasaron con demasiada rapidez, escuchando aquella risa, observando los hermosos ojos rubíes y volviéndose adicto al amargo olor del cigarro que parecía caracterizar al rubio.
No charlaban como viejos amigos, pero tampoco se trataban como desconocidos. Simplemente se quedaban viendo el horizonte juntos, disfrutando de su compañía y riendo cuando el rubio decidía expulsar el humo en el rostro del más alto.
Pero aquella noche el destino les tenia preparado algo muy diferente.
Porque sería la última vez que Bakugou dormiría en ese lugar, su departamento ya estaba renovado, por lo que ya no tenia que seguir viviendo junto a Kirishima.
Y algo que Katsuki no se iba a permitir, era marcharse sin hacer algo. Sin dar el primero paso para que el pelimorado por fin reaccionara.
El rubio no era tonto, podía ver la desesperación por ser salvado en aquellos ojos, le recordaba a cuando era solo un adolescente y aun no encontraba su razón para estar vivo. Por lo que se decidió a ayudarlo, aunque nunca pensó que le acabaría gustando con tanta intensidad.
La forma en que el chico lo mirada, como si fuera la pieza más importante de un museo, el tesoro más valioso de su colección, lo hacía sentir escalofríos, deseando ver hasta qué punto el joven podría adorarlo.
Bakugou estaba acostumbrado a los acostones de una noche, a las miradas de deseo y a los toqueteos llenos de lujuria. Por eso aquel chico logro llamar su atención, se notaba que lo deseaba, pero de una manera tan diferente al resto, que Katsuki se sentía vulnerable.
Estaba acostumbrado a follar, pero sentía que aquel chico podría hacerle el amor. Y no solo en el sentido sexual.
Ambos adultos esperaron de forma ansiosa a que cayera la noche, con el corazón latiéndoles por la emoción y los nervios a flotes.
La pesada puerta se abrió por segunda vez en menos de diez minutos, dejando a la vista a un ojeroso pelimorado, que entraba con una pequeña sonrisa al lugar.
Se colocaron en sus posiciones de siempre, con sus hombros rozándose y sus cuerpos trasmitiéndose el calor del contrario, llenándolos de una sensación relajante.
Bakugou estaba casi terminando su cigarrillo y ambos sabían que cuando finalizara se iba a ir, por lo que el momento de actuar había llegado.
Rozo su mano con la del más alto y lo miro directamente a los ojos, con un brillo muy diferente al que tenía cuando se vieron por primera vez.
Shinso lo miro fijamente, encontrando un millón de galaxias en aquellos rubíes, encontrando todo lo que había anhelado por tanto tiempo.
-No volveré a venir a este lugar- Informo el rubio de forma suave.
Hitoshi se quedo congelado en su lugar, sintiendo como la ansiedad lo estaba comiendo vivo. No quería volver a una vida sin esa hermosa sonrisa, no quería volver a estar en un mundo gris, no cuando había descubierto aquel hipnotizante rubí, no quería volver a su patética vida antes de conocer al rubio.
Observo como la espalda del chico se alejaba rumbo a la puerta, dejando solo el amargo olor en su lugar.
Pero Shinso no estaba dispuesto a dejarlo ir.
No cuando se había transformado en su razón para querer seguir viviendo, dándole el valor para poder realizar lo que estaba a punto de hacer.
Bakugou sintió los rápidos pasos dirigiéndose hacia su dirección, le dio el tiempo suficiente a girarse, cuando su espalda estuvo presionada suavemente sobre la pesada puerta.
Y antes de que pudiera decir algo, sus labios fueron tomados en un tierno beso.
Se movían suavemente, separándose por breves momentos, solo para volver a unirse con rapidez. Disfrutando del sabor que tenían al mezclarse, combinando el dulce sabor del café con leche de Shinso con el amargo sabor del cigarro de Bakugou.
Las manos del rubio rodearon el cuello del más alto y lo apego completamente a su cuerpo, sin ninguna intensión sexual de por medio, solo quería sentirlo más cerca. Dejarse envolver por aquel abrasador calor del pelimorado, fundiéndose en su pecho, confiando en que el otro no lo dejaría caer.
Luego de largos minutos se separaron unos cuantos centímetros, dejando sus frentes pegadas en un gesto cariñoso, sin querer alejarse más de lo necesario. Disfrutando de la cercanía que por fin estaban teniendo.
-Enséñame a ser libre- Pidió el más alto con suavidad, rozando sus narices en un beso esquimal.
-Solo si tu me enseñas como amar- Respondió el de ojos rubíes entre risas.
No hicieron falta más palabras, porque sus labios se fundieron en un beso más profundo que el anterior, queriendo demostrar las miles de cosas que sentían en ese momento.
Shinso Hitoshi vivía en un mundo gris, sintiéndose ahogado por todo lo que lo rodeaba y sin fuerzas para poder hacer algo para evitarlo... hasta que conoció a Bakugou Katsuki y aprendió que con una simple mirada su mundo podía cambiar por completo.

ESTÁS LEYENDO
Bakugou Pasivo •One Shots•
FanfictionSerie de one-shots de diferentes shipps de BNHA, pero teniendo como protagonista a nuestro explosivo favorito ¡Bakugou Katsuki! Podrás encontrar shipps homosexuales y heterosexuales, genderbander y AU'S, entre otras cosas. Algunas parejas: TodoBaku...
ShinsoBaku
Comenzar desde el principio