—Relájate, Kris; es mi último año. –pidió, en un tono aburrido, e inclusive bostezando, en lo que reanudaba su caminar, deteniéndose en una de esas máquinas expendedoras; nunca negará que, con la madurez de su cuerpo, ahora reaccionaba de forma diferente hacia el mayor.

YiFan había crecido incluso más, superando el metro noventa; «Diablos, incluso debe haber llegado a los dos, jodidos, metros.», jadeó, demorándose tal vez demasiado en tomar su lata de café frío, sintiendo la presencia del mayor justo detrás de él, actuando como su guardaespaldas, otra vez. Su cabello gris había sido recortado en ambos laterales de su cabeza, dejándolo más largo en el centro, y se veía jodidamente sexy, tanto así que debió apartar la mirada, en un intento de calmar su propio deseo.

—No hagas eso. –pidió, el ronco tono de su voz haciéndole estremecerse, y debió detenerse a sí mismo cuando sus piernas quisieron fallarle, viéndose confundido, a lo que él añadió:– No me llames Kris; no quiero que tú lo hagas.

—¿Por qué no?, ¿solo tus amiguitas, y amiguitos, pueden hacerlo? –cuestionó más enojado de lo que creyó estar, siendo apenas consiente del ligero aroma en la piel del mayor; odiaba ese perfume, porque era constante, de una misma persona, y eso le hacía creer que, tal vez, YiFan nunca lo había reclamado por estar en una relación con otra persona.

El alto no respondió, no necesitaba hacerlo, él sabía cómo eran las cosas, JunMyeon se lo había explicado; un alfa necesitaba tener sexo en su celo, porque no eran como los omegas, pero eso no quería decir que a él no le doliera, más aún, suspiró, y observó la hora en su celular, en un intento de verse desinteresado.

»—Oye, mira, uh... Los chicos ya están por salir, así que, yo creo que debemos esperarlos. –balbuceó, y sin esperar respuesta, pasó junto a él, caminando apresuradamente de regreso a la escuela.

ZiTao también había cambiado, para el horror de YiFan; el omega había ganado altura, y con ello, una figura que torturaba al alfa de maneras inimaginables. El menor era su mayor fantasía, y lo amaba tanto que dolía; le había protegido desde la distancia, velando por él, vigilándolo en sus fiestas, impidiendo que, en más de una ocasión, unos estúpidos cachorros no le hicieran daño.

Estaba al tanto de cómo le llamaban algunos, y no se abstuvo de repartir unos buenos puñetazos cuando se atrevieron a insultarlo frente a él; estaba más que frustrado sexualmente, pasando más noches fuera de casa que en ella, pero lejos de lo que Tao pensaba, él seguía con sus juegos de billar, o de cartas, casi cada noche, en un intento de alejar sus sueños mojados.

Desde que el menor había despertado su celo, y con ello, la madurez en su cuerpo, no paró de soñar con él, cada sueño más caliente que el anterior, siendo una completa tortura; lo quería en su cama, desnudo, y no sabía cuánto tiempo más podría soportarlo.

Allí, esperando a los cachorros de su mejor amigo; MinSeok ya tenía diez años, y fue el primero en salir, siendo seguido por dos alfas, ChanYeol, y JongDae, ambos aún de nueve años, muy próximos a cumplir los diez, antes de que finalmente el más pequeño de los cachorros saliera. JongIn corrió hacia los brazos de ZiTao, ni bien le vio esperando por él, riendo a su paso; era un adorable cachorrito de cuatro años, con un brillo lleno de pureza en sus ojos, y fue hablando todo el camino a casa, donde les recibió YiXing, y el pequeño SeHun de dos añitos, donde Tao debió morderse la lengua cuando vio a YiFan besar la frente de YiXing, porque, aunque no quería, estaba celoso, debido a que el mayor si podía ser besado, y él no.

Estaba tan malditamente celoso.

»—♦—«

—Vamos, Tao... Será divertido. –insistió el mayor; era un humano, y ya estaba ebrio, matando cualquier tipo de coqueteo de su parte, porque, vamos, ni siquiera eran las doce de la noche aún.

Mi Omega V: Mi inocente omega «KrisTao»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora