—¡Una disminución considerable de las visitas al zoológico! —grita Winn— ¡No más papeleo extra!
—¡No más niños corriendo por el aviario entre semana! —añade Nia, y ella y Alex chocan sus cervezas.
—No más Lena... —termina Kara en voz queda, y Lena siente una pequeña opresión en el pecho: sus horas en Midvale ya casi se pueden contar con una sola mano. Por un momento, la tristeza cubre el ánimo de todos, pero pronto, James le entrega un shot.
—Esta no es una despedida, Luthor —dice y choca su botella con la de ella— No puede serlo, ¿ok?
—Tienes que volver a visitarnos —comenta Nia con un puchero— Nunca fuimos a ese sitio de té tradicional sobre Georgia Street que te conté...
—Ni jugamos esa revancha de ajedrez tridimensional, ¡no podemos quedarnos en un empate! —añade Barney.
—Ugh, ¡y quedamos que me enseñarías un sistema de organización mejor que el alfabético! —Winn la mira, sonriente— Estamos muy orgullosos de ti —añade el joven— ¿lo sabes?
Todos asienten y Lena ríe un poco llorosa, pensando de pronto en todas las cosas que dejará en Midvale, en toda la gente que quedará para ella en ese pueblo, donde nunca pensó encontrar la felicidad. Donde, no obstante, la encontró.
—¡Por Lena! —termina Alex, emocionada y Sam hace barullo detrás de ella, usando sus manos como un altavoz.
—¡Por Lena! —corean todos y la joven sonríe, plenamente consciente de lo que es la felicidad, ahí, entre los abrazos cálidos de todos sus amigos.
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Falta poco para las 3 de la mañana cuando Kara la toma de la mano y la lleva al porche, lejos del barullo de la reunión.
—¿Estás bien? —pregunta mientras la rubia le besa las manos devotamente. Kara asiente.
—¿Es muy egoísta si quiero tener a mi novia para mí sola por las siguientes horas ya que no la voy a ver por varias semanas? —pregunta besándole el cuello y Lena se ríe un poco entre un estremecimiento.
—¿Tu casa o la mía? —comenta, aunque sabe la respuesta.
Entre besos cada vez más largos, llegan al departamento de la heredera, donde hacen el amor de manera casi desesperada. Entre el deseo, ambas perciben también la desazón, como si no fueran a poder volver a tocarse nunca. Y es que así se sienten.
La manera en que Kara recorre el cuerpo de Lena emana anhelo y mientras la rubia mordisquea sus muslos con determinación, la pelinegra se aferra al cabello claro de la misma, plenamente consciente de que cuatro meses pasan muy rápido, pero los días (los días sin Kara, los días sin los besos de Kara, los días sin la sonrisa de Kara), probablemente no. Quedan pocas horas para que Lena se vaya y lógicamente, no duermen. Aprovechan el tiempo como nunca.
Luego del tercer o cuarto orgasmo (¿quién está contando?), Lena descansa reflexiva con la cabeza sobre el estómago de Kara. La rubia juega distraídamente con el cabello negro de su novia, todo está en cómoda calma, hasta que Lena rompe el silencio.
—¿Sabes? Podría quedarme... Mis boletos de tren son reembolsables y—
Un resoplo de Kara la interrumpe. La joven se incorpora un poco.
—Tus maletas están literalmente en la puerta —le dice riendo— No es momento de arrepentirse...
—No es arrepentimiento... —explica Lena— Sólo... De verdad voy a extrañar esto... a ti... —la heredera se encoge de hombros y mira a su alrededor. Midvale es su casa, ese departamento es más suyo que nunca, la ciudad también, y cada lugar donde estuvo con Kara— ¿Qué tal si nunca vuelvo a ver a Marvin? —añade con un puchero.
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El momento más feliz
FanfictionKara Danvers es una aspirante a bióloga con más datos sobre insectos y reptiles que ganas de ir a trabajar y un contrato con LuthorPlanet: el zoológico de la ciudad. Lena Luthor es la futura heredera de la empresa que ahora es víctima de una madre c...
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