Capitulo 39 Hermanas y un consejo no pedido

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La rubia sentía la presencia de su hermana cerca de ella más no sabía qué hacer, sentía culpa, pero al mismo tiempo aquella ira que le decía que rompiera todo comenzaba a ganar terreno en ella. En ese momento la voz de RAO comenzó a susurrarle desde lo profundo de su mente acelerando su corazón y haciendo que las lágrimas aumentasen, si era posible, pues se escuchaba tan claro que casi podía jurar que RAO estaba a su lado... "Mi hermosa rubia... no estás sola..." un sentimiento cálido invadió su pecho al escucharla llamarla de nuevo de aquella forma y con tanto amor como solía hacerlo "Debes perdonarla de corazón, ambas se equivocaron y yo quiero conocer a mi cuñada..." le regañó un poco para luego regresar a aquel tono dulce, amoroso y reconfortante que Kara siempre amó pues la hacía sentir segura... 

"Es tu hermana Kara y te ama... yo te amo." 

Nunca creyó que volvería a escuchar esas palabras, fue tanta la alegría, nostalgia y dolor que terminó por derrumbarse. El rojo en sus ojos y venas desapareció, enfocó su mirada en su hermana con una mirada suplicante y vulnerable. Había comenzado a temblar, Alex presintió que de un momento a otro podría caer por lo que dejó las precauciones de lado terminando con la distancia que aun las separaba para envolverla con sus brazos en el abrazo más fuerte que pudo.

- Tranquila Kara, te tengo...te tengo y no te voy a volver a soltar, lo prometo... - Susurró Alex a su hermana mientras la estrechaba más sosteniendo su cabeza con su mano sana para acercarla a ella lo más que pudiera. Al sentirse en el abrazo de su hermana, Kara se aferró a ella dejando salir todo el dolor que la invadía rompiendo su alma y corazón. Pues era tan intenso como el que sintió este mismo día hacía tres años, para Kara era como si hubiese sido hacia uno escasos minutos.

El temblor que recorría el cuerpo de la rubia aumentó y cuando el dolor fue insoportable un grito agónico se escapó de su garganta acompañado de un llanto descontrolado que terminó por también romper a la pelirroja que no soportaba ver a su hermanita sufriendo tanto, las lágrimas también adornaron su rostro, pero no la soltó, sólo la apretó más contra ella. Las fuerzas terminaron por abandonar el cuerpo de Kara haciendo que fuera incapaz de sostenerse y al no estar en condiciones de soportar el peso por sus heridas, Alex la siguió en su descenso hacía el piso para quedar de rodillas sobre este procurando que ninguna cayera haciendo uso de todas sus fuerzas y soportando el dolor físico que la invadía por el esfuerzo.

- ¡¡¡¡RAO, RAO, RAO.... Él se la llevó, me la quitó, disfruta regresando año con año... siempre igual, el mismo día a la misma hora para recordarme que no pude protegerla... lo quiero matar... acabar con todos ellos hasta llegar a su alma para que no pueda regresar más...!!!! – Explicaba furiosa, acabada, vulnerable revelando su secreto más doloroso admitiendo la muerte y asesinato de su amada.

Alex acariciaba su espalda sosteniendo a su hermana temiendo que de soltarla esta realmente terminase rompiéndose en mil pedazos. Ambas seguían de rodillas en el piso, con Kara en medio de un llanto desgarrador llamando a RAO. Las lágrimas de Alex estaban llegando casi al mismo nivel que las de su hermana, le partía el corazón verla así. Hasta hoy apenas sabía casi nada de la historia, estaba sabedora de que RAO era la prometida de Kara a quien quiso con toda su alma. Y aunque ella nunca lo dijo todo indicaba que la habían asesinado, antes de hoy no sabía quién era el culpable, pero ahora que conocía su rostro estaba decidida a hacerle pagar muy caro por haber hecho tanto mal a su hermana.

No obstante, en este momento lo único que le importaba era estar ahí para sostener a su hermanita como no pudo hacerlo la primera vez, se preguntaba si pasó por todo sola o Astra tuvo corazón para abrazar a su sobrina y si Kara había pasado por lo mismo y sufrido de la misma manera los siguientes años. No sabía cuánto tiempo había pasado exactamente, pero intuía, por todo lo sucedido en el tiempo que había pasado desde que se reencontraron, que Kara seguía sufriendo igual que el primer día y le dolía pensar que podría haber pasado por todo sola. En estos momentos se odiaba más que nunca por haber sido tan imbécil años atrás, pero esta vez era diferente pues no pensaba dejarla sola nunca más, la sostendría y ayudaría a ponerse de pie otra vez, no importaba cuanto tiempo le llevase se aseguraría de que pudiera recuperar su sonrisa.

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