—Si fui tu primer beso, creo que esto debe esperar para alguien especial— Intente mantenerme aunque sabía que una sola palabra me iba a alejar de ella, y eso hizo se alejo de mi.

—Bien, pero dormiré aquí— Dijo segura y se acostó en el sofá —No quiero bajar a mi cuarto, el pasillo esta oscuro— Sonreí por la ternura que me daba.

—Vamos a mi cuarto, ven— La jale por el brazo hasta ponerla de pie.

Tome el arma y apague las luces, regresando a mi cuarto que aún estaba mi maleta en el suelo sin sacar absolutamente nada, y ella fue la primera en acostarse, se veía minúscula entre las sabanas y sonreí, termine por guardar el arma y apague la luz del cuarto también, me acosté a su lado y se coloco a medio lado para verme, repetí su acción y la quede viendo, la poca luz que entraba por la ventana que tenia la persiana pero con los calores que hacían la tenia abierta, y se movía con la brisa haciendo entrar la luz de la luna por pequeños momentos.

—Daniela Calle— Me llamo por mi nombre y la mire —¿Que me haces? Jamás me sentí así por nadie.

—Lo mismo te pregunto, me llevas a mis mejores y peores momentos con una sola mirada— Ella sonrió.

El silenció volvió aparecer y cuando creí que íbamos a dormir las dos comenzamos a cortar la distancia que teníamos, era como el elevador, no sabía quien corto la distancia primero cuando comenzó a besarme, tampoco supe en que momento nuestro beso paso de solo labios a que nuestras lenguas entrarán a la acción, mi mente solo se dejaba llevar por dos cosas, el sonido del mar que se escucha un poco lejos, y el olor de su cuerpo desprendía de su colonia favorita, no se en que momento ella quedo sobre mi, solo abrí los ojos cuando nos separamos y ella quito su camisa bastante segura de lo iba hacer, quité la mía con la misma necesidad que ella había arrancado, la suya y cuando mi vista se posó en su cuerpo, una panty de encajes negra llego a mi vida.

—¿Me quieres matar?— Le pregunté y sonrió con su cuerpo totalmente erizado.

La jale a mi y de nuevo comenzó nuestra guerra de besos, esta vez ella queriendo llevar el control, pero algo tenia algo, yo iba a llevar el control ahora, con un movimiento rápido la deje debajo de mi y mis besos bajaron a su cuello ya escuche reprimir un gemido y fue como una inyección de adrenalina pura, mi ritmo aumento y deje besos húmedos por todo su cuerpo hasta llegar a sus senos y tomarlos en mi boca, de nuevo intento detener su gemido pero no soporto cuando su pezón totalmente rizado entro mi boca, esa era mi sexy chica.

Calle otro gemido subiendo a besarla y sus manos vagaban por mi espalda, ella sabía jugar bien, pero era hora una vez más de mostrar quien era la dueña del juego, baje lentamente hasta su abdomen hasta chocar mis labios con aquella fina tela de encajes, y como quería arrancarla, aún así subí mi vista esperando su aprobación, me miro asintiendo mientras mordía su labio y tome la tela con mis manos por sus caderas, ella se alzo un poco y baje de ella con un solo tirón hasta sus rodillas, luego las termine de sacar y recorrí sus piernas con mi mano, deseaba que esta noche fuera eterna.

Bese de nuevo sus muslos y mi nariz se lleno se su agradable olor, no espere más y mi boca se fue a su centro saboreando y con mi lengua tomando cada parte de la humedad que llevaba, el arqueo de su espalda me dejo claro que lo estaba haciendo bien, y me centre en que mi lengua estuviera en su clítoris, sus manos se fueron a mi cabeza y realmente tanto ella como yo estábamos disfrutando el momento.

Con tan solo mi lengua hice que llegara al orgasmo unos minutos luego que había comenzado, pero para mi había sido suficiente, ella me miro con una sonrisa y aunque sabía que era su primera vez, solo quería que la recordara, así que una vez tomara aire comencé a besarla y lleve mi mano a su centro que con solo un tacto se retorció debido a la sensibilidad.

NI TU, NI YO, EL DESTINO (Caché)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora