De la habitación se oyeron llantos nuevamente. Narancia tomó las manos de Fugo y lo miró a los ojos.
—Se me olvidó darle su lechita, fui a eso pero me distraje jugando con Aerosmith. Voy a alimentar a mi bendición y vuelvo
—Si gustas voy yo
—Es que ya se acabaron los biberones que dejé en el congelador, iré a darle pecho
—Está bien, estaré en mi estudio cualquier cosa, te amo
Fugo se sentó en su escritorio y miró sus fotografías. Tenía una copia de la fotografía de la antigua gang de Buccellati, la foto oficial de su boda con Narancia y otra fotografía de la bebé recién nacida al llegar a casa, todas aquellas fotos enmarcadas.
—Mis amigos, mi amada familia... gracias por liberarme de el monstruo que solía ser
Los meses fueron pasando y la pequeña iba creciendo. Fiorella ya a sus cinco meses estaba atenta viendo a sus padres en el salón de estudios de su mami, pues mientras tomaba su biberón de leche materna sentada en su sillita trona, observaba como su mamá sufría por sus tareas mientras su papá estaba enojado dándole lecciones.
La Bebé quería llorar, no solo porque su papi trataba feo a su mami, sino que también detestaba el biberón, Narancia le había comenzando a dar su leche en un biberón desde que retomó sus estudios y salía a dar exámenes libres, pero a la bebé le gustaba mucho más cuando la lechita venía de su mami, porque sentía los latidos de su corazón y eso la reconfortaba.
En protesta tiró lejos la botellita y se puso a llorar, llamando la atención de ambos padres y deteniendo la discusión entre ellos.
Rápidamente Narancia cerró el libro y tomó a la bebé entre sus brazos, con suavidad comenzó a mecer a la pequeña para calmarla, seguido de una dulce melodía que le cantaba a su hija.
Fiorella lentamente dejaba de llorar y cerraba sus ojitos, cayendo profundamente dormida. Narancia la recostó en su cuna y la cubrió con una manta, luego dejó caer pesadamente su cuerpo sobre una silla que había junto a la cuna.
Fugo encendió la luz de la habitación de su bebé y vio a Narancia observando con dulzura a la pequeña.
—Creo que no le gusta vernos pelear—Dijo Narancia sin despegar la vista de la bebé—Porque dejamos de discutir y se tranquilizó
—Seguramente tenía sueño, ya que le cantaste esa canción de la tortura y se durmió
—Fugito, no quiero que volvamos a discutir frente a ella, al parecer es sensible y se asusta
—En eso concuerdo contigo, la pequeña es muy sensible y debemos protegerla
Fugo se acercó a Narancia, ella extendió sus brazos y él se agachó para quedar a su altura y poder besarla. La chica se dejó llevar por aquel cálido beso, al separarse,Fugo acarició su mejilla suavemente.
—Narancia, perdón si soy muy agresivo para enseñar. No sólo te grito a ti, sino que también altero a la bebé
La chica solo lo miró en silencio y tomó sus manos, entrelazando sus dedos. Estaba muy contenta de la familia que había formado con Fugo, y aquel momento de ambos juntos amándose sin tener que desvestirse más su pequeña durmiendo tranquilamente era todo lo que necesitaba para ser feliz.
El tiempo fue pasando y Fiorella se sentía grande, había aprendido a gatear y nada podría detenerla.
A sus siete meses de vida gateaba por todo el segundo piso de la casa. Sus padres habían instalado una rejilla de seguridad en la escalera para que no se caiga, pero la pequeña Fiorella sentía curiosidad por pasar la reja.
A veces pasaba largos ratos esperando que sus padres usaran la escalera para que la rejilla sea abierta, pero ellos solo levantaban las piernas al pasar y no abrían la reja.
Fiorella ya se aburrió del segundo piso, ya había recorrido los dos baños, su habitación, la habitación de sus padres, el estudio de trabajo de papá y el salón donde su mami hacía tareas, necesitaba más por recorrer y ella había notado que el resto del mundo por explorar estaba tras esa rejilla bajo la escalera.
Como aún no sabía ponerse de pie y a penas se sentaba, era difícil hacerle señas a sus padres de que quería explorar abajo, ya que había olvidado cómo lucía la planta baja, sólo recordaba fragmentos de la cocina y la sala.
Para evitar accidentes, Fugo cercó la escalera y limitó a la niña solamente al segundo piso, ya que en la planta baja corría peligro en la cocina, en la habitación de herramientas y en la puerta trasera, la cual daba a la piscina. También era un peligro que la bebé cayera por la escalera o por las ventanas, por lo que estaban con protección para niños.
Fiorella se puso a llorar frente a la reja cuando vio pasar a su mami, ya estaba harta del segundo piso y no hallaba otra manera de decirle a sus padres que llorar al verlos cerca de la reja.
—¿Que pasa cariño?—Preguntó Narancia tomando a la pequeña—¿tienes hambre?
Narancia se comenzó a descubrir el pecho pero la bebé protestó llorando más fuerte y empujando levemente para hacerle notar a su mami que no era hambre lo que sentía.
Al oír los llantos desesperados, Fugo salió de su estudio para ver qué le ocurría a la bebé. Mientras tanto la pequeña se mantenía con la mirada fija en la reja.
Fiorella era muy pequeña, no sabía cómo indicarle a sus padres lo que quería, por lo que hizo fuerza hasta que Nara la dejó en el piso. La bebé gateó hasta la reja y se sentó sollozando. Narancia miró a Fugo y él le dedicó una sonrisa.
—¿Con que quieres bajar las escaleras, bebé?—Dijo Narancia suavemente — Pero abajo hay peligros según tu papi, el no te da permiso de bajar.
—Si la vigilamos podría estar abajo un par de minutos—Dijo Fugo cargando a la bebé y bajando por la escalera—Yo la cuidaré, tú ve a terminar los ejercicios de física
Narancia asintió con la cabeza y fue a su salón de estudios, Fiorella por su parte estaba muy feliz de poder explorar la planta baja de la casa, aunque terminó decepcionada al ver que no había nada divertido.
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FugoNara Tober 2020 - FugoxFem Narancia
FanfictionPequeñas historias cortas con una palabra de temática cada día, partiendo después de los sucesos de Vento Aureo y Purple Haze Feedback. 🔸Trama de "New Passione " 🔸Los personajes pueden tener familia 🔸Contiene versiones fem 🔸Puede haber contenid...
Día 29: Bebé
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