- no me cansare de decir que eres realmente genial – dijo Jin después de un rato en silencio – tus ideas son muy, geniales – saco su móvil y me miro - ¿puedo?

- claro – le sonreí ampliamente y prosiguió a tomar la foto

- mierda, no se ve muy bien – no me había dado cuenta del paso del tiempo, cunado alce la mirada al cielo, este ya estaba pintado de colores anaranjados, rojos, la otra mitad estaba en un azul marino, el sol ya no estaba – no me gusta como se ve, bueno, será en otra ocasión – y guardo su móvil

- claro, podemos venir cuando quieras, hay un restaurante muy bueno por aquí

- yo encantado – suspiro – Nam, ya tengo que irme – se movió, quedamos los dos frente a frente

- claro, subamos al auto – y enseguida los dos estábamos en marcha, Jin con uno de mis brazos sobre sus hombros.

💜

Llegamos, no quería bajarme del auto, quería seguir ahí con él.

- gracias por traerme

- no es nada – contesto con una amplia sonrisa, baje del auto, y escuche otra puerta cerrarse, al darme cuenta Nam caminaba hacia mi – no quería despedirme estando dentro del auto – solté una pequeña risa nerviosa, Nam se recargo en la puerta del copiloto, con los brazos cruzados, espero que no se notara, pero devoraba esa imagen con mis ojos.

- fue un buen día – no sabia que decir, pero estaba seguro que debía distraerme.

- si, así es, salgamos cuando quieras, ajustare mi agenda a ti – dijo con una hermosa sonrisa, sentía que al odia le faltaba algo más, me daba igual donde estábamos, me acerque tome sus mejillas entre y junte nuestros labios, fue un beso sabe, un poco rápido, pero lleno de emociones, me separe de él y comencé a caminar hacia la puerta de mi casa, no le di tiempo de reaccionar, lo note en su cara cuando di media vuelta para decirle adiós.

- nos vemos, no olvides mandar mensaje – y entre a mi casa. Toda la atmosfera rosa y de felicidad se fue al oír su voz.

- ¿Qué haces aquí? No se supone que deberías estar camino al restaurante – la voz de mi padre detonaba enojo, claro, era la primera vez que le desobedecía y no asistía a una de sus citas.

- no iré, aunque ya lo notaste- soltó un ruidito, el cual me dejo claro que estaba sorprendido.

- ¿Qué te pasa? ¿Por qué lo hiciste? – su tono subió

- porque estoy harto no es obvio, ya no quiero ir a esas citas, no soy tu marioneta, ¡soy tu hijo! – todo lo que quería decir desde hace tiempo comenzó a salir.

- te estoy dando las mejores opciones para casarte, esas chicas son hermosas, educadas y con un futuro seguro- dijo como si eso fuera lo importante para mí.

– futuro seguro, más bien, ese futuro seguro es para ti, para tu empresa -el tono de los dos era alto, el ambiente estaba tenso.

- no me hables así, ¿no te das cuenta con quien ibas a tener esa cita?, tenerla como esposa seria lo mejor que podrías hacer – recalco de una manera que a mí me irrito.

-no me importa -le conteste.

- con un demonio SeokJin ¿Por qué? – ya no había marcha atrás.

- ¡Soy gay! – ya no había vuelta atrás, el rostro de mi padre, bueno, no tenía palabras para describirlo.

- algo dentro de mí lo sabía, tu madre tiene la culpa de todo, por más que intente...

- mi madre no tiene la culpa, solo puedo amar de una manera distinta a la tuya -y eso era verdad, soy un chico que le gustan los hombres, ¿Dónde está el problema? Así es, en su ignorancia.

- ¡largo de mi casa! – me grito de la manera más letal que pudo – largo, olvidare lo que dijiste, vete y cambia, regresa cuando tengas una esposa.

- no cambiare y si regreso tendré un esposo, el cual me amara de verdad, no como tú y mi madre – enseguida sentí su mirada llena de rabia.

- ya no eres mi hijo, te doy unos minutos, toma lo que quieras y lárgate -el momento que había imagino, sucedió, estaba justo ahí. Subí rápidamente las escaleras, no tenía mucha ropa, saqué las maletas y mochilas que tenía, comencé a meter rápidamente mi ropa, por suerte entro en las maletas y mochilas, después de unos minutos me encontraba bajando mis cosas, dejándolas justo en la puerta del que ahora, ya no era mi hogar.

Abrí la puerta y salí de ahí, sin despedirnos, me dirigí al único lugar, donde sabía que me recibirían, no estaba muy lejos, a unas calles, camine, me daba igual las miradas pocas personas que caminaban en la zona, la mayoría chicos de mi edad, después de un rato, estaba parado frente a la puerta, toque de una forma que sabia que ellos me reconocerías, y en menos de un minuta la puerta se abrió y Jimin estaba al otro lado.

- hyung ...- se escuchaba sorprendido, pero a la vez un poco asustado, y simplemente, todo lo que había guardado hace unos minutos, salió, me rompí, y mis lagrimas recorrieron mis mejillas.


Les dije que prepararan sus corazones, sentía que ya les debía un capitulo mas largo , espero les haya gustado.

muchas gracias por sus votos, agregar mi historia a sus listas, no saben lo bello que se siente, muchas gracias.

nos vemos en el siguiente capitulo.

"El Pintor"  [NamJin] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora