❤Señales❤ (Rebelde Way) Haciendo

"No somos nada" Capitulo 25

– Así. Respondió Pablo curioso mientras le daba una mirada a Marizza que intentaba ocultar en vano lo nerviosa que se sentía. Esbozo una sutil sonrisa al verla de esa forma, le gustaba bastante ver lo que provocaba en ella. – ¿Y que estaban hablando? Pregunto esta ves dirigiéndose a Manuel.

Manuel iba a responder, pero Marizza lo paro en seco. – Nada, nada Manuel es un tarado, que se dedica solo hablar boludeces. Se adelantó a responder fulminando con la mirada a Manuel, que solo soltó una efusiva carcajada.

Pablo alzo una ceja, y se acercó un poco más a Marizza que instintivamente dio un paso hacia atrás. – ¿Estas segura que no era nada? Pregunto. Ella trago pesado, ¿Por qué Manuel tenía que ser tan bocón? Que ganas de ir y partirle la cara de una piña.

– Pablito. Se escuchó la voz de Belen, llamando la atención los chicos que observaban divertidos la pequeña conversación que estaban teniendo Marizza y Pablo.

– Te estaba buscando. Le dijo mientras ponía sus manos en el hombro de Pablo y le daba una mirada indiferente a Marizza y Mia.

– Ah sí y ¿para qué me buscabas? Pregunto Pablo, tratando de liberarse de Belen.

– Ayy tontito recuerda que después de la clase de música íbamos a ir al cine con Fer y con Guido. – Ahhh y ustedes también están invitados. Señaló a Manuel y Tomas ignorando a Marizza y Mia por completo.

Pablo dejo escapar un suspiro, había olvidado por completo esa tonta salida al cine, desde hace mucho que lo hacían, pero viendo como estaban las cosas ahora no tenía ningún interés en participar.

– Yo paso. Aviso Tomás, lo que era evidente teniendo en cuenta su mala relación con Fernanda. Pablo rodo los ojos, ahora tenía menos ganas de ir a la estúpida salida, tenía que buscar cuanto antes una buena excusa.

– Bien, me voy, Fer me está esperando, chau Pabli. Se despidió y luego le dio un sonoro beso a Pablo en la mejilla.

Marizza apretó los puños en cuanto vio a Belen poner sus labios en el rostro de Pablo, como diablos se podía sentir tan celosa y Pablo ahí parado sin hacer nada, la ponía aún más enojada, resoplo sonoramente tratando de apagar los celos que la estaban quemando por dentro, pero era imposible.

– Me voy. Gruño sin preocuparse de esconder la furia que estaba sintiendo le lanzo una mirada de disgusto a Pablo y se encamino en dirección a su cuarto.

– Muy mal Pablito, muy mal. Lo regaño Mia y se dio la vuelta para seguir a su amiga.

Pablo se llevó las manos a la cabeza alborotando su cabello, porque tenían que pasarle estas cosas a él, justo tenía que llegar Belen cuando Marizza estaba presente, como era posible que tuviera tanta mala suerte.

Intento caminar para seguir a Marizza, pero no pudo llegar muy lejos porque fue detenido por Manuel.

– Pablo, para vos y yo tenemos que hablar. Le sentencio Manuel.

Lo que le faltaba un sermón de parte de Manuel, con un bufido asintió y siguió a Manuel hasta la cafetería. – ¿Qué queres? Pregunto un tanto molesto.

– Solo quiero que te quede claro que, si llegas a lastimar a Marizza, no te voy a volver a hablar Pablo y de paso te voy a romper la cara. Soltó de pronto Manuel.

Él abrió los ojos como unos platos, ya se imaginaba la dirección que iba a llevar la conversación, pero nunca pensó que Manuel se lo iba decir de esa forma, no había tenido ninguna sutileza. – Primero que todo dudo que vos precisamente me puedas romper la cara, no podés romper ni un plato. Rio. – Y segundo creo que es más probable que Marizza me lastime a mí.