Reencontrar el amor [James Potter] [Terminada]

Capítulo Veintiséis

Volvimos juntos a la sala común de Gryffindor donde me topé a un James solo mirando el fuego de la chimenea traté de ignorarlo pero fue inútil. Este se puso de pie y me llamó.

-Harriet... te estaba esperando ¿será que podemos hablar?  -suspire pesado porque la verdad no quería seguir escuchando a James y sus tontas ideas y  conspiraciones... contra lily.

-¡Por favor que sea rápido James! Necesito ir hacer mi baúl... -dije  acercándome a él.

-¿Sabes lo  que es la magia? -asentí porque ya sabía a qué refería. -Bien, no tardarás ni cinco minutos en hacer tu baúl. Aparte antes de ser mi novia eres mi mejor amiga y no quiero que mi mejor amiga esté enfadada conmigo.

-No estoy molesta contigo...

-Te conozco desde siempre Harriet ... -este me interumpio. -Apretas tus labios cuando algo te molesta, y lo estás haciendo desde el banquete...de hecho lo haces  justo a ahora.

James podría ser un cabeza de troll con el ego muy grande pero de algo estaba segura el me conocía a la perfección. -¿Que quieres James?

-Pedirte una disculpa. -mire sus lindos ojos, ya me estaban convenciendo la verdad.  -Es que me alteré Harriet piensa un poco sí, que te digan que vas a perder lo que más amas en la vida duele en lo más profundo del Alma.

Tenia razón debía ponerme también en su lugar,  si alguien me dijera que James morirá, me volvería loca... camine hasta  el y sin decir mucho me limite abrazarlo era lo único que deseaba, sentir su calor. El castaño rápidamente me envolvió en sus brazos y me apretó fuerte contra su pecho.

-No quiero perderte Harriet. Nunca quiero perderte... ya lo hice una vez no quiero una segunda. -James se apartó un poco sin dejar de abrazarme, solo para poder unir nuestros labios en un tierno beso.

La última noche en el castillo fue mágica utilizamos por primera vez unos de los lugares secretos de sirius, donde él y sus chicas...  bueno antes de eso limpiamos la habitación libre de pulgas y de fluidos no deseados.

-Eres mi amiga...

🦇🌸

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El día de regreso a casa nos sentamos juntos en un mismo compartimiento,  los merodeadores como siempre iban realizando sus últimas bromas del curso... Ellos eran felices de ese modo.  Así que decidí dejarlos compartir tiempo de merodeador e irme en busca de mis amigos,  James no estaba del todo de acuerdo  pero al final aceptó.