—¡No! Ahora vete antes de que te haga ver el tesoro del cielo.

—¡Shakaaa!

(. . .)

—Y eso podría gustarle, créeme no es tan amargado como parece.

—Gracias, Mu, ¿y tú? ¿qué hiciste con el pequeño Kiki para estar libre hoy? —pregunta Aldebarán.

—Pues, los de bronce vinieron a dejar sus armaduras así que le di permiso de ir con ellos, ahora es su problema —hace un ademán de limpiarse las manos.

Tauro ríe.

—Oye, Aldebarán, ¿sabes si las reservas de avión están agotadas?

—Mmm, no es como si viajemos en avión, pero supongo que conseguir espacio en estas fechas debe ser difícil ¿por qué?

—Oh, por nada. Quería un vuelo, bueno, me retiro aún debo preparar la ensalada.

(. . .)

Kanon moviendo el sillón y dejándose caer en este con el control en mano.

—Ah, esto sí es calidad de vida y no tuve que pedirle un solo centavo a ese Poseidón.

Cambiando los canales ve un comercial navideño y se reincorpora de inmediato.

—¿No tenía regalos que comprar?

Se deja caer de nuevo.

—Nah, ya no importa.

(. . .)

—No sé cómo me dejé convencer de esto, ¿usar la cámara del patriarca para una fiesta? Athena no va a perdonarme ¡y es tu culpa!

Señala a Dohko comiendo un panecillo.

—¡Oh, vamos, Shion! ¿Cuándo te hiciste tan estirado? Además, prometí cocinar una semana, piénsalo, soy un buen chef.

Shion suspira.

—Debí pedirte un mes al menos —soba sus sienes.

—Vele el lado positivo ¿hace cuánto que no convivimos todos los caballeros?

—Te recuerdo que no siempre es una buena idea estar juntos.

—Tonterías, una vez al año no hace daño.

. . .

Un par de minutos antes de la hora planeada todos estaban acomodando. Shaka ordenaba dónde poner las sillas y mesas que había rentado pero estaba perdiendo los estribos, algunos se salvaron otros no tanto.

—¡¿Quién les dijo que las mesas van cerca del pino?! ¡Las quiero al otro lado! ¡Kanon! ¡¿quién te dijo que el pino iba al centro de la sala?! A ver cómo le haces pero lo quiero a la otra orilla. ¡Saga! ¡Te dije que la piñata va en la esquina!

Gritaba un eufórico Virgo dando órdenes a los cargadores y caballeros mientras tanto un par de hermanos y Tauro estaban en la cocina encargándose de la comida.

—Aioros tú solo vas a cortar los vegetales, no quiero otro accidente como el del año pasado —menciona Aldebarán sacando algunas cosas.

—Vamos, Alde, ¿todavía no lo superas? Solo fue un pequeño incidente.

—Quemaste la casa de Shura —recordó.

—Y le pedí perdón, no seas tan dramático, nada más fue su cocina.

—Bueno, ahora el patriarca se ha ablandado el corazón para dejarnos venir, no podemos quemar nada.

—Está bien, ya entendí —cabizbajo.

One Shots [Caballeros del Zodíaco]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora