No paro de escuchar por todas partes que el 2020 ha sido el peor año de la historia, y aunque realmente ha sido un año malo, no estoy del todo de acuerdo con esta afirmación. ¿Por qué? Bueno, creo que este es un año que a muchos les ha servido para descubrirse a sí mismos. ¿Cuánta gente empezó a cocinar, a escribir o a tocar algún instrumento? ¿Cuántos descubrieron su lado más generoso y solidario? ¿Cuántos aprendieron a valorar todo lo que los funcionarios hacen por nosotros? ¿Cuántos se esforzaron por cumplir las normas por el bien común? Creo que aunque este año ha sido uno de esos que a todos nos gustaría borrar de la historia, también ha tenido sus cosas buenas. Como dice el anuncio del Gadis: «Non vas poder con nós!» (No vas a poder con nosotros). Porque tiene toda la razón del mundo cuando dice que este no fue el año del Covid, sino el de los que nacieron, los que se enamoraron, los que se casaron, los que compraron una casa o los que estrenaron su primer coche. Es cierto que, desgraciadamente, estas navidades serán distintas y faltará gente sentada a la mesa, pero me niego a creer que este es un año perdido. Debemos ser pacientes y seguir cumpliendo con las medidas de seguridad para evitar que esta enfermedad siga arrebatando más vidas.
Os deseo unas felices fiestas y un próspero año nuevo (¡por favor, 2021, pórtate bien!).