Jin me había dejado ir con la única condición de que le contara todo lo que había pasado.
Lo hice, cada detalle.
—¿No piensas demandarlo?
—¿Qué ganaré con hacerlo? Es el hijo del presidente, aunque tenga la razón... no le harán nada. Y si lo cuento puede ser peor el remedio.
—¿Qué harás?
—Resistir, no creas que me dejaré matar. En cuanto encuentre una brecha... encontraré la manera de largarme.
Entré a la casa y recibí la inesperada visita del pequeño engendro. Estaba sentado en el mueble y al verme, no mostró ningún signo de interés.
—¿Ha que hora saliste? Son las seis de la mañana— no miraba mi rostro al estar concentrado en el televisor.
—¿Qué te pasa?¿Primero me haces ésto y después actúas como si nada?
—De qué...— se dió la vuelta y miró mi rostro golpeado— ¿Te liáste a golpes con alguien?
—Ésto es increíble. ¿No te acuerdas de nada? Llegaste y comenzaste a golpearme hasta dejarme así. Y otra cosa ¿Te acuerdas la noche que lo hicimos?
—No, estaba borracho y tú también lo estabas. Quedamos en que se quedaría en el olvido.
—¿Qué crees? Estaba embarazada...
—¿Qué? Pero... dijiste estabas, éso quiere decir que ya-
—No lo estoy, gracias a tus malditos golpes tuve un aborto y casi muero— Cada palabra parecía no afectarle en lo absoluto. Continuó sin más viendo su estúpida serie en la televisión.
Subí las escaleras— Estúpido inepto e insensato— susurré mientras caminaba a mi habitación. Necesito reposo, tendré que contratar alguna chica para que me atienda en lo que estoy así.
[...]
Ya habían pasado varias semanas, y los maltratos seguían presentes. Me había recuperado ya del aborto, pero Jin me dijo que tendría consecuencias más adelante.
Me encontraba en casa, tranquila, aburrida y sola. El hijo de puta no estaba presente. No tenía ni la menor idea de lo que haría en todo éste tiempo. Decidí llamar a Jin, para poder salir un rato y pasarla bien.
—¿Diga?— contestó la llamada, por su voz, estaba atareado.
—Hola Jin— contesté alegre.
—Hola linda— respondió con una voz alegre al escuchar mi voz.
—Quería saber si, podías salir conmigo a tomar un helado.
—Oh, lo siento. En cinco minutos tengo una reunión, ¿Crés que podría ser dentro de 30 minutos?
—Claro, entiendo. Eres el director, tienes tus problemas. Pero si, dentro de 30 minutos está bien.
—Entonces espérame ahí, en treinta minutos salgo a buscarte.
—No tienes que venir, yo puedo ir en auto.
—No me contra digas señorita. Pasaré a buscarte en mi auto.
—Ya te dije que yo puedo-
—¡Y yo te dije que irás en mi auto!
—Ya está, ya está, en tu auto. ¿30 minutos no?
—Si. No tardaré.
Colgó y suspiré, era muy difícil contradecirle cuando escogía algo. ¿Qué se supone que haga en 30 minutos?
Miré mi celular y busqué su contacto. Le miré detenidamente al número mientras sonreía.
—¿Cómo es posible que me gustes aún sabiendo que tienes novia?— llevé el celular hasta mi pecho— Para mí eres perfecto...
Marcando...
—¿Marcando?— miré el celular y estaba marcando a su número— ¡Mierda mierda, ahora que hago!— daba timbre y al segundo lo contestó.
—Creí que nunca me llamarías, ¿Cómo estás?
—Ah... eh... yo...—no sabía que decir.
—¿Estás ahí?— preguntó al notar que de mis estúpidos labios no salía nada productivo con lo que pudiéramos establecer una conversación adecuada de personas normales.
—Si, estoy aquí. Hola... ¿Qué tal?
—Bien, un poco atareado en los últimos meses pero, todo tranquilo. Ya no has... venido más al café ¿Acaso hice algo que no te gustó?
—¡No!, tranquilo. No es nada de eso, solamente que he estado un poco atareada en los últimos meses y no he tenido tiempo de nada— rascaba mi nuca un poco nerviosa, como si pudiera verme.
—Ya veo. Oye te dejo, estoy en el trabajo y acaban de llegar muchos clientes.
— Si, está bien. No te preocupes... adiós— colgué el teléfono y me dejé caer sobre el mueble— Hay santa virgen del caribe. Acabo de escuchar su voz después de mucho tiempo.
Solamente han pasado tres meses.
Si, pero para mí es mucho tiempo. El resto del tiempo que me quedaba hasta que llegara Jin lo malgasté mientras jugaba en mi celular.
Después de unos minutos recibí su llamada.
—Estoy ahí en 10 minutos. La reunión terminó antes de lo pronosticado. Espérame en la puerta.
Salí disparada para bañarme antes de que llegara. Escogí un conjunto cómodo y mucho mi estilo. Unos Converse High, una falda color gris con una camisa color piel. Maquillé un poco mi rostro y me bañé literalmente de mi perfume favorito.
Bajé corriendo y esperé sentada en la puerta. Finalmente su auto se detuvo frente a la gran casa. Entré y le saludé cariñosamente.
—¿Cómo está el doctor?—le saludé burlona.
—Para la próxima tendrás que pagar— comenzó a reír y encendió el auto, nos dirigíamos al lugar que él acostumbraba visitar.
—¿Cómo te va con Kathe?— intentaba borrar un poco el ambiente silencioso que abundaba en el auto.
—¿Kathe? Muy bien, es un poco testaruda pero nada que no pueda arreglar. Es una tragona, le encanta que cocine para ella. ¿Y tú... cómo vas con él?— me miró por un momento para devolver su mirada al frente.
—Se a vuelto más agresivo, es como si no supiera que me golpea. Simplemente se le olvida, o finge. Pero si lo finge es un gran actor.
—¿Hablas de que tiene como una doble personalidad?
—Más bien, olvida todo lo que pasa cuando se despierta.
—Tendrás que traerlo al hospital, puede ser que tenga un trauma.
—Bueno, también me confunde con su madre cuando está durmiendo. Dice algo como “Mamá, no te vayas. Por favor... no me dejes solo” Y eso no es todo, algunas veces llora mientras grita, le grita a su padre que se detenga ¿Qué crees que pueda significar?
—La verdad, no lo sé. Pero es posible que sufriera algún tipo de trauma cuando era joven. La experiencia de perder a un ser querido, su madre en su caso. Pero necesito los detalles.¿Crees que le puedas sacar información? Tal vez así averiguamos qué es lo que le causa la pérdida de memoria.
—Suena bien. Puede que lo intente.
Finalmente pasamos un día súper, entretenido y divertido. La hora de retirarse llegó y mi rostro mostró tristeza.
—No te pongas así, otro día llegará y podremos salir los tres, anímate— acarició mi rostro.
Me despedí de él mientras recordaba los momentos de felicidad que vivimos juntos. ¿Recuerdan que les iba a decir los detalles de la relación? Aquí va, Jin... es mi ex novio.
Fue en Inglaterra cuando le conocí. Me encontraba en el hospital con una fractura en el brazo. Él me atendió ya que había un paciente que necesitaba a su lado medio hospital.
Se encontraba de viaje con su padre, él sería el próximo director y necesitaba estar al pendiente de todo.
Nuestra relación fue aumentando y nos conocimos mejor. Llegamos a ser algo más que amigos, sinceramente parecía más mi hermano que mi novio.
Era muy protector, teníamos que vernos en secreto. ¿Qué dirían mis padres si se enteraban de que tenía novio? Posiblemente me encerraban en el sótano.
Después de dos años en secreto, decidimos que no estaba funcionando. La verdad, él tenía que regresar a Corea y ninguno de los dos estaba preparado para tener una relación a distancia.
Quedamos como amigos, hasta que finalmente nos encontramos de nuevo. Ahora tiene una novia súper que hermosa y yo una vida muy desastrosa.
Continuará