Hace mucho tiempo se creó el concepto del bien y el mal. Este concepto se asignó con varios símbolos, colores, entidades y emociones. El mundo aspira a ser un lugar donde reina el bien, sin embargo no creo que sea posible. Esta competencia por llegar al estado más benévolo de la raza humana solo terminará en destrucción y caos.
Llámame pesimista si así lo deseas, pero esta verdad me la reveló La Vida en una de esas noches en las que mi demonio y yo veíamos el techo del baño pensando.
Con una voz tranquila ella dijo- El humano tiene un problema con querer controlar todo y volverlo bueno. No entienden el concepto de neutralidad.
Mi demonio con un pequeño bufido agregó -La neutralidad tampoco existe querida, es inútil buscarla cuando está muerta-. La vida se rió y se recostó al lado de nosotros
-¿Entonces qué es lo que buscan? ¿Qué es eso que tanto aman y luchan por conseguir?-
Sin mucho vacilar contesté -Felicidad- nos quedamos en silencio por un momento hasta que la angelical voz de La Vida volvió a sonar.
-¿Entonces qué haces aquí? Podrías estar viviendo tus sueños en una ciudad lejana-
Intenté no reírme ante su respuesta y mantuve la compostura para agregar-Tu deberías saber la respuesta, después de todo eres muy amiga del Destino-
La Vida suspiro y con una voz triste dijo - Él es muy caprichoso, le gusta jugar como si los futuros de los humanos fueran un juguete nuevo. Pero te confesaré algo, él intenta realmente que todas sus creaciones sean lo más diversas posibles-
La Vida había dado por concluida esa conversación pero al ver nuestras caras de confusión decidió dar más detalles.
-El Destino dedicó días enteros para planear una sola vida, intenta darle momentos felices, amores, dolor, tristeza... Él se ha peleado con El Tiempo, con La Muerte y hasta conmigo para poderles dar a ustedes los mortales una vida llena de experiencias. Para él no existe lo bueno y lo malo, solo intenta que... crezcan y den lo mejor de sí mismos-
Después de aquella revelación mi demonio y yo hicimos una especie de pacto inconsciente.
Re-aprenderiamos a sentir.
Recuperamos aquellos recuerdos de cuando yo era una niña y mi demonio apenas era una pizca de polvo.
Días en el patio donde reía mientras jugaba,
Lloraba porque me caía,
Me emocionaba cuando en la tv salía Ladybug
Me entristecía no ver a mi abuelo,
Recuperamos los recuerdos pero olvidamos el sentimiento. Fue entonces cuando renació nuestra salvación y perdición