Una vez llegaron a casa de JiMin procedieron a la rutina que habían creado con naturalidad después de todos esos días durmiendo en su departamento. Mientras JiMin ponía a calentar la ración de comida que le había guardado a JungKook, el pelinegro se encontraba en la sala jugando con la pequeña de cabello corto.
-No, Cooky, tú eres Patty -dijo la niña con algo de burla en su voz mientras le entregaba una pequeña pingüina con algún tipo de atuendo morado-, ¡y yo soy Pororo!
-Lo siento, lo siento -dijo sonriéndole a la niña y tomando el pequeño juguete entre sus manos.
-Cooky tonto -se burló con ternura y JungKook sólo arrugó la nariz enternecido por la vista frente suyo.
JungKook observó a la pequeña ponerse de pie y correr con sus cortas piernas hasta la habitación, luego salió de la puerta arrastrando una bolsa algo grande de color amarillo. El pelinegro vio con algo de diversión la expresión graciosa que hacía Sarang debido a el increíble esfuerzo que estaba haciendo para arrastrar la bolsa. Viendo que parecía que nunca iba a poder, decidió ponerse de pie y ayudarla un poco.
-Gracias Cooky -dijo algo distraída sacando bloques de colores de la bolsa y amontonándolos para crear algún tipo de fuerte.
JungKook sólo observaba porque después de tantos regaños ya sabía que a Sarang le gustaba armar y poner las reglas para sus juegos, así que esperaba paciente, intercalando su mirada entre la niña frente suyo y la espalda del hombre que tanto le hacía suspirar.
JiMin se giraba cada tanto para observar al par de ternuritas jugar juntos, Sarang corría por la sala y JungKook la perseguía con pasos cortos. Sintió un abrazo cálido alrededor de su corazón, tenía mucho tiempo que no se sentía así de feliz.
-JungKookie, la comida está lista -dijo con algo de pena por interrumpir el juego tan divertido que parecían tener, los dos pares de ojos bonitos se giraron ante su llamado-. Sarangie, es hora de dormir.
La niña, quien tenía uno de sus brazos alzados porque estaba haciendo a Pororo volar, refunfuñó dejando caer su bracito a su lado, sus labios se abultaron y JiMin sonrió ante la imagen tan tierna.
-Pero estoy jugando con Cooky.
JungKook dejó el muñequito en el suelo, a un lado de los demás y se agachó.
-Anda, princesa, levanta tus juguetes con Cooky -alentó JiMin regalándole una sonrisa y a la vez ese tono de voz del cual Sarang sabía que no tenía escapatoria.
La pequeña acató la orden y con sus manitas recogió sus juguetes junto al enorme chico a su lado, una vez que terminaron de meter todos en sus respectivas cajas y bolsas, miraron a JiMin en espera de otra orden.
-Sarang, a dormir. JungKook, a comer -dijo suavemente y observó los bracitos de Sarang enrollarse en la pierna del pelinegro.
-Buenas noches Cooky.
JungKook la miró desde arriba y con algo de duda, la tomó en sus brazos. Tanto JiMin como Sarang se sorprendieron pero eso no evitó que ambos dibujaran una bonita sonrisa en sus rostros, haciendo sus ojos pequeños.
-Buenas noche, Sarang -se despidió antes de revolverle el pelo cariñosamente.
Y antes de bajarla de sus brazos, la pequeña lo abrazó por el cuello y depositó un sonoro y rápido beso en su mejilla. Una vez en el suelo miró a su padre y con una de sus manitas cubrió su risa burlona, su padre imitó su acción y aún con las mejillas rosadas por la vergüenza, JungKook no entendía cómo es que se parecían tanto.
Tomó asiento en la mesa y procedió a comer su cena, el estómago le rugía con urgencia y no iba a esperar un minuto más. Su plato estaba a punto de estar vacío cuando escuchó la puerta ser cerrada y miró a JiMin salir de la habitación dando un bostezo. Se sonrieron y el rubio casi castaño desapareció de su vista unos minutos hasta que lo vio salir de el cuarto de baño.
-Ya está tu toalla en el baño y revisé el agua, está caliente -su pulgar apuntaba tras suyo y JungKook asintió en señal de que había entendido.
Esa dinámica doméstica en vez de asustarlo, comenzaba a gustarle.
-¿Te gustó la comida?
JiMin tomó asiento a su lado mirando el plato vacío de su menor, JungKook volvió a asentir pero esta vez con entusiasmo, JiMin le regaló una linda sonrisa.
-Me alegro.
Se miraron unos segundos, amando el silencio cómodo que se creaba entre ellos, sólo el estar juntos hacía que sus corazones revoloteran gustosos.
-Iré a bañarme, no quiero seguir apestando -dijo arrugando la nariz, provocando una pequeña carcajada de parte de JiMin. Amaba escucharlo reír.
-Bien, te esperaré aquí.
🎀
-Y luego HangYul derramó café sobre los documentos, tuvimos que volver a imprimir todo y buscar las firmas de nuevo -sintió el cuerpo tenso de JiMin tras suyo, un suspiro acarició su nuca-. Fue un caos.
JungKook acarició las manos que abrazaban su pecho y dejó salir un largo suspiro.
-Suena muy estresante.
-Lo fue -se sacudió ligeramente antes de acariciar quitar la pequeña toalla que había permanecido sobre el cabello de JungKook-. Creo que ya está seco.
Pasó sus dedos por su cabello y JungKook cerró los ojos. Se encontraban en el sofá en su pose favorita, recostado sobre el pecho de JiMin, ambos con sus piernas extendidas sobre el mueble. Cada que dormía en su departamento, después de cenar y tomar un baño, se daban mimos en el sofá mientras se contaban su día.
-Creo que ya deberías dormir, JungKookie.
El menor protestó un poco pero la verdad era que sus ojos comenzaban a sentirse pesados, asintió ante los constantes mimos que su cuero cabelludo recibía. Dejó salir un pequeño quejido cuando las manos de JiMin se detuvieron.
-Aguarda.
JungKook se incorporó al sentir las manos de JiMin empujarlo suavemente, hizo un poco más de espacio entre sus piernas y lo posicionó allí, el pelinegro estaba hecho casi un ovillo y se sintió como un bebé por la forma en la que JiMin lo había colocado.
Se sonrieron por unos segundos, sintió la mano de JiMin en su la parte posterior de su cuello y lo atrajo suavemente hacia él y JungKook se dejó hacer, cerrando los ojos, anticipando los dulces labios de el rubio.
Y sucedió, después de tantos encuentros volvieron a besarse, no habían juntado sus labios desde aquella confesión y JungKook era demasiado tímido como para volver a dar el primer paso. Sus labios se fusionaron tiernamente, sintiendo la calidez y dulzura del otro.
Los pomposos labios de JiMin se movieron sobre los suyos como si los hubiese besado un millón de veces, el beso era tan desesperado pero tierno al mismo tiempo y eso hacía que el pecho de JungKook se llenara de calidez y felicidad. Colocó sus manos sobre los hombros ajenos, sin saber muy bien dónde ponerlas, sintiéndose algo torpe.
Se separaron un poco, lentamente, sin dejar de escuchar la respiración del otro. Juntaron sus frentes y se miraron a los ojos, sintiendo todo aquello que la gente llamaba amor.
🎀
-Appa...Appa...
Escuchaba los ligeros quejidos de la niña a su lado, abrió los ojos algo confundido, lo último que recordaba era estar acostado con JiMin pero como siempre, despertaba mágicamente en la cama, a un lado de la niña.
JungKook se giró a verla, algo asustado. La niña estaba sentada y apretaba la sábana con sus puñitos, gracias a la luz de noche pudo observar las pequeñas lágrimas bajar. Se incorporó sintiendo el pánico por no saber qué hacer en esta situación, la niña lo miró a los ojos, esa mirada tan triste le rompió el corazón.
-C-Cooky -gimoteó con un puchero sobre sus labios-. Mostros, muchos mostros.
Había tenido una pesadilla. Se levantó rápidamente y le hizo una seña a la niña, dándole a entender que volvería pronto.
-Iré por JiMin, ¿sí? Aguarda un poco.
Se apresuró a salir de la habitación y corrió hasta la sala, encontrando el cuerpo de JiMin dormido sobre el sofá, nunca lo había visto dormir, se veía tan bonito...pero ese no era el momento para admirarlo. Con una de sus manos lo agitó suavemente de un lado a otro.
-Hyung, hyung. Sarang está llorando, hyung, hyung.
Poco a poco los ojitos de JiMin se abrieron y ajustándose a la oscuridad, miró el rostro de JungKook con confusión y preocupación, se incorporó al identificar la expresión del pelinegro.
-¿Qué pasa?
-Sarang tuvo una pesadilla, está llorando.
JiMin pasó una mano por su rostro antes de ponerse de pie y colocarse las pantuflas, le dio un rápido beso en la frente.
-Gracias por avisarme, vuelve a la cama, JungKookie. Yo me encargo.
Tomó su mano y ambos llegaron a la habitación, JiMin al ver los ojitos tristes y asustados de su hija lo hizo acercarse con rapidez. JungKook se acostó del otro lado y los observó.
JiMin la abrazó y le acarició la espalda, Sarang seguía gimoteando levemente hasta que las dulces palabras de JiMin lograron calmarle. Una vez su llanto había cesado, le contó su feo sueño a su padre.
-¿Qué libro quieres que te lea hoy?
-El perro alegre -murmuró ya más contenta, JiMin le sonrió con dulzura y sin soltar su mano, tomó uno de los libros que se encontraban en la mesita al lado de la cama.
-El perro alegre será.
Antes de leer el libro, le dio una mirada a JungKook, algo preocupado pero recibió una sonrisa tranquilizadora, se la devolvió.
Los susurros de JiMin comenzaron, JungKook prestó atención a la historia que era un poco extraña pero se dejó llevar por la voz de algodón que tenía el rubio.
Y minutos después, JiMin vio a sus dos mayores tesoros cerrar los ojos al mismo tiempo.
:: escribí este capítulo dos veces y wattpad me lo borró jajsjaskj pero bueno, aquí está, espero no se borre ;_;
feliz año nuevo
Por cierto, ya le queda poco a este fic u_u
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