Había pasado dos días con mí familia, lo ocurrido con mí hermano gracias a todos los santos sólo fue un pequeño susto.
Aún así no quise irme y asegurarme de que todo bien estaba en casa.
Le conte a mí padre sobre Karasuno y lo muy interesante que era el voleibol, le alegró tanto que estuviese muy feliz en Miyaji y junto a Karasuno que hasta lloro, algo que jamás había visto en papá y que por supuesto me hizo llorar.
Mamá nos regaño por estar de llorones y pues bueno, otro día más con mí bella familia, los había extrañado mucho pero era tiempo de regresar
— ¿Un tiempo muerto? parece que Karasuno no tiene oportunidad.
— Eso dicen ahora —Ambos voltean a verme al igual que Hitoka–chan y dos niños al lado de ella— pero cuando ganen, dirán otra cosa.
— ¡H-H-Hanako–san! —Hitoka–chan tiembla y yo le sonrió.
Tomo un cono de las manos de alguien que no lo estaba ocupando y agarró aire reteniéndolo en el pecho antes de gritar.
— ¡KARASUNO FIGHT!
Todos voltean a verme por mí gritó de guerra y sus ojos se agrandan fuertemente. Les doy la espalda y señaló con mis pulgares las letras estampadas en la sudadera negra del equipo.
No pueden gritar, pero entre todos se miran y después levantan su puño hasta mí direccion, sonrió alegre y hago lo mismo.
— Ganen —Susurró cuando el silbato se escucha y ellos vuelven a la cancha.
El partido estaba siendo un poco tenso, sabía que Hinata se encontraba estresado por la diferencia de estatura pero también estaba segura de que aunque Hinata no se sintiera conforme, él iba a pelear con su mejor arma; ataque en equipo.
— ¡Sí! —Festejo junto a ellos cuando veo a Hinata anotar un punto con el pase rápido de Kageyama.
Seguimos ganando puntos gracias a todos, Tsukishima se había vuelto especialmente bueno en bloquear y el ataque sincronizado de Daichi, Asahi, Tanaka y Tsukishima funcionaba excelente, Tokio hizo un excelente trabajo con ellos.
Veo a el chico de dos metros acercarse a la red para rematar y a Daichi, Tanaka y Hinata esperar el momento adecuado para saltar a bloquearlo
— Bloqueo suave —Susurró al verlos colocar sus palmas un poco hacia atras y recibir el remate para que Asahi–san lograra salvarla.
Hinata remato la pelota golpeando los dedos del de dos metros haciendo un desvío, sonrió y agradezco la ayuda de Bokuto con Hinata, esto quizás pueda darle más autoestima.
Hitoka–chan se abraza a mí cuando se escucha el silbatazo, habíamos ganado, suelto una risa alegre, estaba feliz por ellos.
— ¡Hanako–san! —Los brazos de Hinata, Nishinoya y Tanaka me rodean felizmente cuando me ven, sonrió alegre— ¡te extrañamos tanto!
— Yo también los extrañe —Susurró— lamento haberme ido así, es sólo que...
— Sensei nos explicó todo Hanako, —Dice Daichi sonriendo— esperó que éste todo bien con tú familia.
— Lo está, gracias por preguntar.
Tras obligar al trio de separarse de mí, Suga me abrazo y yo suspire escondiendo mí cara en su pecho, era tan reconfortante tenerlo allí.
— Estaba asustada —Susurró.
— Lo entiendo —Me dice estrujando fuerte mí cuerpo— estoy feliz de que ahora estés mejor y hayas vuelto con nosotros. Hubiese sido un gran golpe no tenerte con nosotros ahora.
Sonrió — Yo también estoy feliz, no sé cuando llegaron a ser tan importantes para mí —Rió y él igual.
— Vamos con los demás.
— Ahora los alcanzo, veré si no se ha quedado nada, le quitare el peso de encima a Kiyoko–senpai.
— Alcanzanos pronto.
Asiento y tras decirle a Kiyoko–senpai que yo revisaba y ella se fuera me acerqué a ver que nada se olvidara, camine mientras me colocaba la sudadera del Karasuno cerrándola.
— Lindo —Susurró al encontrar una lonchera cubierta con un pañuelo adorable.
— Hola~ —Me sorprendo a ver a alguien más allí, me giro encontrándome con un chico rubio y otro de cabellos castaños.
— ¿Hola? —Murmuró confundida— y adiós...
— No no espera —Me toma del brazo un poco avergonzado— verás yo... quisiera saber tú número de teléfono.
Me quedo mirándolo unos segundos, parecía que tenía un arete en la lengua.
— Woah ¿tienes un arete en la lengua? genial ¿cómo se siente?
Él se queda confundido mirándome antes de sonreír.
— No se siente especial —Me muestra un poco de la lengua— ¿te gusta?
— Me gusta tú lengua... Ay eso sono tan raro, lo siento —Suelta una carcajada que le hace sonreir.
— Me gustas, —Afirmá mirándome a los ojos, mis mejillas se sonrojan levemente, lo casual— ¿entonces... me darías tú numero de teléfono?
— Oh, hablando de eso, lo siento mucho pero no tengo teléfono, no me ineteresa mucho a decir verdad, —Sonrió inocente, y pues sí, el teléfono que Kousuke–San me había prestado ya me lo quito alv— sólo cuando me pierdo que es casi siempre —Susurró más para mí
— Oh vamos ¿en serio no tienes teléfono?
— Lo digo en serio, no tendría problema en darte mi número, pero no, no tengo. De hecho, ya debo irme, me están esperando-
— ¡Alto! —Hinata aparece de repente separando al rubio de mí, me quedo mirándolo sorprendida.— ¡lo siento mucho, ese es mi almuerzo, vámonos rápido! —Gritá mientras corre y me empuja.
— Espera —El rubio sujeta de la camiseta a Hinata y lo lanza— estábamos hablando.
— ¡Madre mía, Hinata! —Exclamó pero el rubio interrumpe mí vista.
— Al menos dame tú nombre ¿qué dices? —Me dice sonriendome.
— ¡Alto! —Vuelve a gritar esta vez saltando en medio de ambos, veo al rubio sorprenderse por el súper salto de Hinata— ¡Hanako–San es nuestra mánager, y todos la queremos mucho, por eso no te metas con ella!
— Eh~ —Se acerca hasta el rostro de Hinata— ustedes vencieron al de dos metros.
— S-Sí.
— Rayos... y yo que queria divertirme con el de 2 metros...
— ¿Divertirse?
— Los partidos son divertidos ¿no? —Sonrió mirando de Hinata a mí.
— ¿Ustedes pasaron las preliminares?
— ¿Preliminares? nosotros no jugamos —Ruedo los ojos ante su tono de voz, al niño no le hablas así
— Bueno, si nos toca enfrentarnos, esperemos divertirnos juntos —Dice acariciando la cabeza de Hinata— adiós Ha-na-ko–San —Me guiña un ojo y junto a su amigo se van, dejandome a solas con Hinata.
— Ah~ que alivio que Hanako–San éste bien.
— Sí, gracias por eso Hinata. Y toma, supongo que esto es tuyo —Le doy el bento que él nervioso toma.
— ¡N-No es mío, es de mí hermana Natsu! —Rió acariciando sus cabellos provocándole un puchero
— Eres tan adorable Hinata.
Lo veo sonrojarse hasta que su cabeza explota y cae al suelo.
Santa cachucha, todos a mí al rededor en algún momento terminan muriendo