Sidekicks [Kookmin]

By nattxn

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El amor era tan maravilloso que en vez de ver todo color rosa veía todo color rojo. No lo recordabas así, ¿no... More

Advertencia
Prólogo
Capítulo 1
Capítulo 2
Capítulo 3
Capítulo 4
Capítulo 5
Capítulo 6
Capítulo 7
Capítulo 8
Capítulo 9
Capítulo 10
Capítulo 11
Capítulo 12
Capítulo 13
Capítulo 14
Capítulo 15
Capítulo 16
Capítulo 17
Capítulo 18
Capítulo 19
Capítulo 20
Capítulo 21
Capítulo 22
Capítulo 23
Capítulo 24
Capítulo 25
Capítulo 26
Capítulo 27
Capítulo 28
Capítulo 29
Capítulo 30
Capítulo 31
Capítulo 32
Capítulo 33
Capítulo 34
Capítulo 35
Capítulo 36
Capítulo 37
Capítulo 38
Capítulo 39
Capítulo 40 (1/2)
Capítulo 40 (2/2)
Capítulo 41
Capítulo 42
Capítulo 43
Capítulo 44
Capítulo 45
Capítulo 46
Capítulo 47
Capítulo 48
Capítulo 49
Capítulo 50
Interludio
Capítulo 51
Capítulo 52
Capítulo 53
Capítulo 54
Capítulo 55
Capítulo 57
Capítulo 58
Capítulo 59
Capítulo 60
Capítulo 61
Capítulo 62
Capítulo 63 Final
Epílogo
Agradecimientos
Spin-off

Capítulo 56

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By nattxn

—Eres increíble. —dijo la mujer con voz maravillada mientras aplaudía y se acercaba a Jimin quien se retiraba el saco rojo vino que cubría sus hombros—De verdad que valió totalmente la pena esperar tu regreso. No mentían cuando me dijeron que eras la mejor opción para la portada del mes.

Jimin sonrió y le dedicó una suave inclinación de agradecimiento a la mujer aceptando su mano la cual le había extendido.

Por fin luego de horas y horas ocupado siendo fotografiado había terminado. Todos aplaudieron en el set y agradecieron su esfuerzo y trabajo arduo. Después de todo habían estado alrededor de dos días intentando conseguir algo que la mujer amara, buscando esa chispa que Jimin no parecía haber tenido el día anterior.

Por alguna razón todo había sido más fácil esta vez, todos le habían dicho que lucía reluciente, feliz, que lucía como si hubiera recibido la mejor noticia de su vida -lo cual no era así- por lo que de repente su aura era tan magnifica que solo con respirar lucía como el hombre más atractivo del planeta. 

Jimin internamente agradeció a Jungkook, la verdadera razón por la cual en ese momento estaba siendo halagado.

—Ayer estabas tan despistado que pensé que realmente no iba a funcionar, pero mírate ahora. Por favor no dejes de sonreír. —la mujer le dijo con una risa divertida llevando sus manos al rostro de Jimin para tomar sus mejillas—La portada quedará impresionante. Mira, ven aquí. —le dijo girándose para ir al computador y mostrarle todas las fotografías que acababan de tomar— Esta, me encanta. —dijo señalando una de las ultimas que habían tomado.

—Me veo bien. —respondió con una suave sonrisa. Jimin lo decía en serio, siempre tratando de ser humilde respecto a su propio aspecto. Jimin sabía que se veía realmente apuesto, no tenían que decírselo para saberlo, desde pequeño había sido lindo, pero ahora, ya siendo un adulto realmente sus facciones se habían marcado, no demasiado para lucir muy masculino pero lo suficiente para que la gente pensara en él como "guapo" y no como "lindo".

Y gracias a eso ahora era de los modelos más cotizado de la industria del país, y actualmente la cara en la revista del mes de diciembre en Vogue Corea.

—Te ves más que eso. —Jimin soltó una suave risa y se giró hacia donde una de las estilistas le pidió el saco y se lo entregó agradeciendo al momento. Devolvió su mirada a la mujer y ella no dejó de mirarlo con una gran sonrisa—¿Tienes algún contrato de exclusividad con alguna marca? —Jimin frunció su ceño levemente recordando y negó con la cabeza.

—No, al menos no que yo recuerde. Estoy con varias actualmente. —la mujer no borró su sonrisa y giró su cabeza para mirar a alguien en el lugar. De repente, una joven de alrededor de veinte años se acercó corriendo y le preguntó qué deseaba.

—Dame mi tarjeta de presentación. —le ordenó y ella lo hizo al instante buscando entre su bolsa. Sacó una pequeña tarjeta y se la entregó—Puedes retirarte. —la chica lo hizo—Aquí está mi contacto y el contacto de mi secretaria. Esta tarjeta dásela a tu representante y que llame directamente a mi número. Por supuesto, esto si deseas colaborar con nosotros. —Jimin la miró impresionado—Me gustaría trabajar contigo más a fondo, algo más serio que esto, quizá algo exclusivo. ¿Qué te parecería ser modelo oficial de marcas como Giorgio Armani, Prada, Valentino y más? O aparecer en revistas como Vogue o Harper's Bazaar, y no, no hablo de Corea, hablo internacionalmente.

—No sé qué decir, realmente sería un honor trabajar con ustedes. —Jimin estaba sin palabras, casi sintió como su respiración se agotó—Agradezco su oferta de verdad, estoy completamente agradecido.

—No tienes por qué, haces un trabajo impresionante. Piénsalo, espero que nos veamos en un futuro no muy lejano.

—Muchas gracias señora Bae. —la mujer asintió y se despidió de él con un movimiento de mano. Jimin vio la tarjeta entre sus manos y sonrió ampliamente.

La mujer era la representante principal de corea en muchas marcas internacionales muy reconocidas, ella era el más alto cargo, todo pasaba con ella antes de salir del país en lo que moda respectaba, y el hecho de ser tomado en cuenta para algo como ser un modelo exclusivo internacional de aquellas marcas era más que demasiado. Jimin sabía que ella debía amar mucho algo para ofrecer algo a tal escala como lo era aquello.

—Te están buscando en camerinos. —Jimin alzó la mirada y vio a su representante en frente suyo.

—Cierto, había olvidado decirles que me voy a casa, no importa, me desmaquillaré por mi cuenta, solo iré a cambiarme. —Sejin miró lo que Jimin le extendió y lo tomó—La señora Bae, me ofreció hablar sobre un contrato de exclusividad con su agencia. —Sejin frunció el ceño y alzó la mirada impresionado—Lo sé.

—No puedo creerlo, felicidades Jimin. —él sonrió y asintió cuando la mano de su representante se posó sobre su hombro—Tendré que consultarlo con el señor Choi pero nada que no lleve una tarde de copas. —Jimin rió y asintió.

—Muchas gracias, de verdad quisiera aceptarlo y si logras convencer al señor Choi de que es una buena idea, te lo agradecería más que nunca.

—Lo haré, solo espero no me quieras cambiar por otro representante. —Jimin negó y lo miró burlón.

—Nunca, estuviste desde el principio conmigo y confiaste en mí, así que esperemos estar juntos hasta el final. —Sejin le sonrió—Iré a cambiarme, ¿podrías avisar que no necesito que me peinen y desmaquillen?

—Por supuesto, anda. Disfruta de tu día libre.

—¡Igualmente! —gritó alejándose de él y en el camino agradeciendo a todos por su trabajo.

A penas llegó a los vestuarios se quitó el traje y lo acomodó sobre el gancho mientras se inclinaba hacia donde su antigua ropa estaba guardada y la sacó. Se colocó sus vaqueros oscuros y su suéter café encima de su camiseta blanca. Había frío así que se aseguró de estar bien abrigado. Era veintisiete de noviembre, el frío cada vez más fuerte listo para dar la bienvenida a diciembre, casi podía sentir el aroma a navidad en sus narices.

Tomó el traje bien cuidado y se lo entregó a la primera estilista que encontró en el camino, le agradeció y se despidió con una gran sonrisa. Tomó su bolso apoyado en el asiento de su camerino y salió del edificio mientras ocultaba sus manos dentro de su suéter.

Aspiró el fresco del invierno y caminó hacia su auto en el cual se subió y arranco al instante, mirando la hora y sonriendo al notar que iba a llegar justo a tiempo para recoger a Jungkook de la universidad. Sonrió en el trascurso y prendió el aire acondicionado del auto para calentar el interior.

El día anterior había sido posiblemente de los mejores días de su vida, solo necesitaba recordarlo para que su corazón se calentara y su rostro doliera de tanto sonreír.

Había visto a Jungkook después de tanto tiempo, lo había abrazado, besado y había estado con él de todas las maneras posibles. Aún recordaba su mirada confundida, esa mirada asustada y triste, pero cambiante a penas le había dicho que lo quería, que quería estar a su lado. A penas Jimin había dicho lo que había tratado de ocultar desde hacía semanas.

Jimin le había contado todo sobre él, su pasado, sus sentimientos sobre las cosas a su alrededor, sobre lo ocurrido, sobre Jungkook. Incluso después de comer ambos habían estado tumbados en el sofá con Jimin encima de Jungkook, abrazados, Jimin acurrucado sobre él y hablando sobre cómo ambos se habían sentido estando solos después de tanto tiempo estando juntos.

Incluso después de que Jimin le hubiera contado todo sobre él, el cómo sus padres lo juzgaron por su sexualidad, el cómo tuvo que vender su cuerpo para poder sobrevivir en las calles, el cómo huyó de su ciudad natal para encontrar un futuro, para poder salir adelante, Jungkook no le había juzgado, al contrario, había besado su frente y le había dicho que ahora todo eso no importaba, no cuando ahora él estaba allí con él, cuando ambos estaban el uno para el otro.

Se estacionó en la salida de la universidad de Jungkook y se bajó del auto. Se apoyó en él y se cruzó de brazos mientras veía a todos salir de la universidad con sus mochilas y libros en manos, todos en distintos grupos de amigos. Algunos lucían casados, otros divertidos y alegres, y muchos otros lo miraban fijamente, primero a su auto y luego a él para entonces susurrar entre ellos y sonreír.

Jimin pensó en que quizá no había sido buena idea bajar del auto, por supuesto que iban a reconocerlo, fueran o no conocedores de la moda Jimin era reconocido por todos en la universidad gracias a la exposición fotográfica de Jungkook la cual había hecho mucho revuelo al ganar el primer lugar con uno de los modelos más importantes de la industria del país, y uno muy joven y atractivo.

Pero todo eso no importó cuando vio a Jungkook saliendo con su mochila sobre su hombro derecho y la funda de su cámara con -posiblemente- la cámara adentro entre sus manos mientras hablaba animadamente con sus amigos los cuales Jimin no conocía, al menos no a todos.

—Jungkook, oye ahí está Park Jimin. —le dijo Hoseok en voz baja, sin embargo, Jimin había logrado leer sus labios, era demasiado expresivo—¿Vino por ti? —Jimin vio como Jungkook relajaba su expresión y se giraba para buscar a Jimin con la mirada, persona a quien encontró al instante.

Sus miradas chocaron y Jungkook sonrió ampliamente al verlo, y no esperó más de dos segundos para correr hacia él apretando su mochila para que no se cayera.

—Hey. —le dijo Jimin con una suave sonrisa—Espero no lo hayas olvidado, ni siquiera dejé que me desmaquillaran por venir a tiempo. —Jungkook apretó la cámara entre sus manos.

—Te ves bien. —dijo en voz baja haciéndose pequeño en su lugar—Por supuesto que no lo olvidé, no podría. ¿Cómo te fue hoy?

—Bien, algo así como que me ofrecieron un contrato de exclusividad con marcas internacionales reconocidas. —Jungkook abrió sus ojos impresionado—Todavía tengo que hablar con mi jefe, pero estoy seguro de que aceptará, no solo me beneficiará a mí, también lo hará a la empresa.

—Pues felicidades, eso es increíble. —le dijo llevando su mano hacia la muñeca de Jimin y tomándola suavemente.

—¿Hola? —Jimin dejó de mirar a Jungkook para mirar al mismo chico que le había anunciado a Jungkook de su presencia, se notaba confundido y maravillado al mismo tiempo—Espero no interrumpir, mucho gusto, soy Hoseok. —Jimin le sonrió y tomó su mano suavemente.

—Jimin, él es uno de mis mejores amigos junto a Yoongi, bueno a él ya le habías conocido.

—Por supuesto. —dijo mirando a Yoongi quien le sonreía de vuelta—Mucho gusto, me alegra conocer a más amigos de Jungkook. —dijo mientras sentía como la mano de Jungkook se deslizaba hasta rozar su mano y soltarla.

—Y es un gusto conocerte, no pude felicitarte en persona por el gran trabajo que hiciste con Jungkook, realmente se merecieron el primer lugar. Ambos son muy talentosos, y aún más estando juntos. —le dijo Yoongi.

—Gracias, también vi tu trabajo, fue increíble. Igualmente, felicidades por tu primer lugar en pintura. —Yoongi agradeció y luego miró a Jungkook.

—Entonces supongo que no irás con nosotros a comer con Eunki. —dijo Yoongi con una sonrisa burlona.

—No, realmente olvidé mencionarlo. Sé que ayer les dije que lo sentía por dejarlos, pero bueno... —miró a Jimin y Hoseok negó.

—No te preocupes. Nos vemos todos los días, por una tarde que no comamos juntos no habrá problema. —Jungkook respiró en paz.

—Gracias, díganle a Eunki que lo siento de mi parte. —el par de amigos asintió y con una mirada amistosa se despidieron de Jimin, alzando sus manos a consecuencia y alejándose de allí.

Jungkook devolvió su mirada al mayor y no pudo evitar sonreír cuando este lo miró devuelta con una sonrisa divertida—¿Nos vamos? Todos te están mirado.

—Por supuesto que lo hacen. —dijo Jimin riendo dando la vuelta al auto y abriendo la puerta del piloto. Jungkook le imitó y se subió a la parte del copiloto del auto—¿Celoso? —preguntó una vez ambos estuvieron dentro del auto y Jimin arrancó para dirigirse a su departamento.

—¿Por? Para nada, ni un poco. —dijo tratando de sonar despreocupado. Se detuvieron en un semáforo y Jimin se giro para inclinarse y tomar la barbilla de Jungkook y así besarlo.

Se sentía bien, la forma en que ambos se besaron de una forma dulce y calmada, saludándose de la forma en que había deseado desde que se habían visto. Jimin depositó castos besos sobre los labios del menor y sonrió cuando vio las orejas de Jungkook colorarse.

Jungkook se acomodó en el asiento y avisó a Jimin sobre el semáforo en verde. Jimin se recolocó en su lugar y negó con la cabeza completamente divertido mientras seguía su camino. Jungkook llevó su mano hacia el muslo de Jimin y la posó allí tímidamente, mantenido un contacto constante con él. Jimin no dijo nada al respecto, solo dejó que lo tocara todo lo que quisiera, de aquella forma tan inocente que le enternecía el corazón.

Luego de que la noche anterior hubiera llevado a Jungkook a su casa, antes de que bajara del auto y se despidieran le había invitado a almorzar a su departamento luego de que saliera de la universidad ya que tenía la tarde libre justo en la hora en que Jungkook salía de la universidad. No siempre iba a poder ser así por lo que aprovechó para invitarlo y así poder pasar tiempo juntos.

Aún era extraño, Jimin no iba a negarlo. Ver a Jungkook a su lado, en ese momento siguiéndole luego de abrir la puerta de su departamento, dejando sus zapatos en la entrada y posando su mochila sobre el sofá mientras se estiraba y lo perseguía por la habitación. Era como si nunca hubiera ocurrido nada, como si todo fuera normal.

Que lo era, Jimin quería a Jungkook y Jungkook lo quería a él, no importaba nada más, no importaba los errores del pasado, no importaba nada más que ellos en ese momento, ahora mismo.

Por eso Jimin se quitó su suéter y lo lanzó al sofá y se acercó a Jungkook y tomó su mano, jalándolo hacia él y obligándolo a acercarse lo suficiente para poder besarlo.

Jungkook llevó sus manos hacia su cintura y correspondió el beso, profundizándolo y deslizando sus manos dentro de su camiseta para acariciar la piel erizada de su cintura. A pesar de que el toque de Jungkook era inocente, Jimin sintió su cuerpo calentarse instantáneamente, tanto que estaba seguro que si seguían besándose, iban a hacer todo menos comer, y él realmente tenía mucha hambre. Así que cortó el beso y le dedicó uno último sobre sus labios, casto y rápido, separándose de él y girándose para ir a la cocina.

—Vamos a comer, si nos seguimos besando nunca vamos a hacerlo. —Jungkook hizo un suave puchero inconsciente y lo siguió—No me mires así, tenemos toda la tarde para nosotros solos.

Jungkook frunció el ceño y soltó un suave suspiro—No realmente, tengo que ir a terapia. —Jimin giró la cabeza confundido—Cierto, olvidé decirte. Mi madre ya sabe que sufro de TOC, bueno, tú le dijiste.

—No lo hice. —Jungkook lo miró con los ojos entrecerrados—Bueno puede que sí.

—Solo te lo había contado a ti, ni siquiera mis amigos lo saben.

—Estaba preocupado por ti. —le dijo abriendo el refrigerador y sacando las verduras para el ramen que iba a preparar.

—Lo sé, y no importa. Mi madre es ahora un poco más sobre protectora, me llama casi todos los días pero no importa, digo, así ella está más tranquila. Tiene miedo, cree que es una clase de depresión o algo así, eso creía hasta que hablo con la doctora y le contó lo que en realidad el TOC era, pero aun así insiste en saber como estoy todos los días. —Jimin sonrió.

—Me alegro que estés por fin yendo a terapia, te ayudará mucho, a mí me ayudó en su momento.

—Sí, bueno ahora puedo controlar cuando me comen las ansias por hacer algo, lo más difícil es cuando no puedo dormir y me dan pequeños ataques de pánico. —Jimin ladeó su sonrisa—Aunque ayer con suerte no tuve ninguno, dormí bien, tardé un poco en conciliar el sueño pero logré dormir sin tener que prender el molesto difusor. —Jimin rió—De verdad, no me gusta para nada el olor de las esencias.

—Bueno, mientras te ayuden es suficiente. —Jungkook asintió y se acercó para tomar un cuchillo y colocarse al lado de Jimin y así poder cortar las verduras mientras Jimin sacaba el ramen de los empaques—Verás como en unos meses serás un chico nuevo, sin problemas, feliz y sin necesidad de pelear contigo mismo sobre si deberías limpiar una partícula de polvo o no. —Jungkook rodó los ojos con una sonrisa—Muchas personas creen que la salud mental no es tan importante como la física, y todo lo contrario. ¿De qué te sirve ser sano cuando en tu cabeza tienes un lio? Eso lo aprendí cuando a pesar de ser un modelo en asenso me sentía mal conmigo mismo, solo, vacío. No servía de nada ser atractivo cuando tenía que fingir una sonrisa la cual al final del día todos notaban que no estaba bien.

—Lo sé, espero mejorar. Por ahora voy bien, espero seguir viendo avances.

—Y los veras. —le dijo terminando de echar el ramen en la olla con agua e inclinándose hacia el bote de basura para tirar los empaques. Se giró a Jungkook y se inclinó para besar la comisura de sus labios. Jungkook le dedicó una sonrisa suave y dulce, no le dijo nada, solo se dejó hacer por Jimin quien lo abrazó por la espalda y posó su mejilla sobre ella. Sintió el calor del cuerpo de Jimin y se sintió relajado, descansado, como si Jimin le transmitirá por completo toda su energía y felicidad—Debería ir a desmaquillarme y lavarme el cabello, ¿podrías quedarte picando la verdura en lo que me encargo de lo otro?

—No te preocupes, puedes ir, yo me encargo del ramen.

—Gracias. —le dijo y se separó de él mientras se estiraba y caminaba a grandes pasos fuera de la cocina.

Jungkook se quedó para terminar de cortar las verduras y cuando lo hizo las echó en la olla junto a los sobres de condimentos que el ramen había incluido. Abrió cada uno de ellos y tapó la olla luego de dejar todo listo.

Se estiró y con un suave suspiro y sonrió a penas vio la arrocera a un costado. Nunca había usado una, las conocía, pero esa lucía demasiado moderna y costosa, Jungkook solo esperó no romperla o desconfigurarla, realmente no tenía idea. Con suerte, en internet encontró los pasos a seguir y con su celular en mano lo hizo. Sirvió la ración necesaria para dos personas y sonrió complacido cuando vio como empezaba a funcionar.

Apagó la pantalla de su celular y se apoyó en la repisa de la cocina, esperando a Jimin y observando todo para que nada saliera mal.

—¿Todo bien? —Jungkook asintió y cuando estaba apunto de hablar, su celular vibró en su mano. Miró la pantalla y vio el nombre de su madre anunciándose en él.

—Espera, voy a contestar. —Jimin asintió y caminó hacia el lavabo para lavar los cuchillos y la tabla donde el menor había cortado las verduras.

Jungkook cariño. —el mencionado sonrió—¿Cómo estuvo tu día?

—Bien, normal. ¿Cómo están ustedes?

Bien. —hubo un corto silencio en la línea y luego su madre habló—¿Has visto a Jimin estos días?

—Sí, de hecho, está justo aquí conmigo. Estamos en su departamento. —escuchó un suave "oh" de su parte—¿Pasa algo?

Sí, lo que pasa es que justo iba a llamarle. ¿Recuerdas que le prometí que lo ayudaría a buscar a su hermana? Bueno, iría a ver si ella y su madre aun vivían donde siempre. Bueno, es así.

—Increíble, entonces te lo paso. —dijo feliz y emocionado mirando a Jimin, Jimin incluso frunció su ceño.

No, bueno, cariño es más difícil que eso. —Jungkook frunció su ceño—Creo que primero debería hablar con Jimin y entonces él te dirá.

—Bien, bueno te lo paso ahora mismo no hay problema. —Jungkook apartó el celular de su oído—Es mi madre, dice que quiere hablar contigo sobre Yejin. —los ojos de Jimin se iluminaron y tomó el teléfono de Jungkook luego de secarse las manos.

Jungkook sabía cuanto Jimin amaba a Yejin, su hermana menor la cual tenía su misma edad. Ella era mayor que él por casi dos meses de diferencia. Jimin le había contado con ilusión sobre ella, el como lo había ayudado tanto, el como él la había cuidado y como ellos habían sido un soporte para el otro cuando eran niños. Jungkook esperaba que fueran buenas noticias y no malas como creía al escuchar el tono de voz de su madre.

—Hola, Señora Jeon me alegra escucharla. —dijo con una suave sonrisa—¿Cómo está?

Bien, todo está muy bien por aquí. Espero también lo esté allí. —Jimin miró a Jungkook y respondió.

—Lo está. Me dijo Jungkook que tenía algo sobre Yejin, ¿logró encontrarla? —la mujer soltó un suave suspiro a través de la línea.

Jimin, quiero que sepas que hice todo lo posible por encontrarla. —Jimin borró su sonrisa—Pero lamentablemente no pude hacerlo. Déjame contarte todo desde el inicio. —Jimin no la interrumpió—Yo fui hace una semana aproximadamente a la dirección que me proporcionaste, toqué la puerta del departamento y nadie abrió ni respondió, me asomé por la ventana y pensé que se habían mudado así que me fui. Pero algo no me había cuadrado, realmente aún había cortinas en la casa y uno que otro mueble, creí que no tenía sentido así que fui al día siguiente, entonces nadie volvió a abrirme, con suerte justo la mujer que vive al lado me llamó y me preguntó si buscaba a una mujer llamada Haneul, le dije que sí y me contó que ella por las mañanas se iba a trabajar al mercado así que no iba a encontrarla hasta la tarde.

Entonces me quedé hasta tarde, estuve por la zona y cuando eran alrededor de las cuatro regresé y entonces vi como entraba junto a un hombre más o menos de su edad, sin embargo, solo eran ellos dos. Así que tome la confianza y toqué la puerta de la mujer me me habló en la mañana y le conté sobre ti, no sé si debería haberlo hecho, y lo siento por eso, pero fue la única manera en que quiso contarme. Ella me contó, sobre lo que pasaban cuando eran niños... lo siento, por cierto, debió ser terrible.

—Lo fue, pero no se preocupe ahora estoy bien. —Jungkook lo miró y Jimin le devolvió la mirada, sintió la mano de Jungkook tomar la suya suavemente.

Y bueno, también me contó que la última vez que te había visto ella se imaginaba que te habían echado, habían rumores entre los vecinos sobre, ya sabes, tu sexualidad. —Jimin bajó la mirada, lo sabía, todos los vecinos lo miraban con ojos juzgones, eran barrios bajos, nadie aceptaba la homosexualidad—Y bueno, años después tu padre falleció y todo estaba bien, por el momento, al menos hasta que según ella me dijo a la semana ella ya tenía una pareja, todos creen que era amante de tu madre debido a que fue muy rápido desde la muerte de tu padre. Y bueno, al parecer el hombre era bueno, demasiado bueno, tanto que los vecinos se impresionaban al ya no escuchar gritos todos los días en el departamento. Eso hasta que... —se quedó callada.

—¿Hasta qué? —preguntó Jimin, tuvo miedo.

Hasta que una mañana todos fueron despertados por los gritos de tu madre y tu hermana. Ellas peleaban porque tu madre creía que Yejin había provocado al hombre con el que estaba tu madre, al parecer tu madre la corrió de la casa antes de que ella se escapara de allí por los acosos de ese hombre.

—Por supuesto, ella no le coqueteaba ¿no? —la señora Jeon soltó un suspiro.

No, al parecer Yejin era acosada por ese hombre y su madre un día los encontró juntos, él intentando forzarla para, bueno, ya sabes. —Jimin sintió enfurecer y sus manos temblaron, pero sintió el agarre de Jungkook en su mano apretarse, recordándole que estaba allí—Y esa fue la ultima vez que todos vieron a Yejin, al menos ella. Dijo que cuando salió del departamento fue con maletas y se gritaba con tu madre, ella realmente le estaba soltando toda clase de insultos denigrantes. —Jimin sintió sus ojos arder, la impotencia ganándole y las lagrimas amenazando salir—Y me dijo que una de las mujeres de los departamentos inferiores vio como Yejin se subió un auto y se fue, pero antes de eso, un joven de su edad aproximadamente fue el que le ayudó a subir sus maletas a la cajuela.

Jimin apretó el celular en su mano y relamió sus labios.

Como te dije, nadie más volvió a verla desde ese día, eso ya tiene más de tres años.

Tres años. Pensó Jimin. Yejin entonces tenía alrededor de veinte años, ni siquiera era mayor de edad cuando aquello había ocurrido y se había ido con alguien de quien no tenía idea. Pero suponía que había sido con un amigo, o con su novio. Después de todo si ella llevaba maletas y la había ido a buscar era porque lo habían planeado. Ella había planeado huir del inferno del cual Jimin había sido echado cuando era un adolescente.

Jimin se aclaró la garganta—¿No le dijeron alguna forma de contactarla o encontrarla?   

No, pregunté, pero me dijeron que nadie tenía su número. Me dijeron el nombre de su universidad pero cuando fui no me quisieron dar datos personales ya que no era un familiar, igualmente solo tendrían el numero de tu madre y su dirección y bueno, no iba a servir de nada a menos de que quisieras el número de tu madre.

—No, no lo necesito. Ya ha hecho demasiado, se lo agradezco señora Jeon. De verdad muchas gracias. Lo mejor será que yo mismo vaya a Busan y hable con mi madre.

Espero haber sido de ayuda, y lo siento por no saber más que esto.

—No importa, se lo agradezco. Espero algún día poder devolverle el favor. —Jimin forzó una sonrisa—¿Le devuelvo a Jungkook?

No, está bien puedes colgar, solo era para esto. Dile que lo quiero y que se cuide, es todo. También cuídate, Jimin.

—Por supuesto señora, nos vemos. Nuevamente, gracias por su ayuda.

Jimin colgó y dejó el celular sobre la repisa. Miró al suelo y luego alzó la mirada y vio a Jungkook quien le miraba curioso y confundido.

—¿Todo bien? ¿encontró a Yejin? —Jimin respiró hondo y negó con una suave sonrisa temblorosa. Los ojos de Jungkook se ablandaron y se lanzó para abrazar a Jimin, enterró sus dedos en su cabello y besó la parte superior de su cabeza, permitiéndole acurrucarse sobre su pecho.

Jimin no lloró en ningún momento, no lo hizo, Jungkook no supo si fue porque no quería hacerlo enfrente suyo, o simplemente no tuvo ganas. Solo se quedó allí, quieto dentro de sus brazos mientras respiraba con dificultad. Jungkook absolutamente no había estado con Jimin cuando había ido a terapias años atrás, no había vivido junto a él toda esa etapa de rehabilitación con su adicción a las drogas y sus terapias respecto a su pasado el cual no dejaba de atormentarle. Él no había estado allí como Namjoon lo había estado, pero si algo sabía, era que Jimin no estaba bien, lo podía sentirlo a través de su propio tacto. Esta llamada había sido más que un par de palabras, iba a ser más importante que eso. 

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