Personajes y las imágenes utilizadas en la historia no son de mi propiedad. Todos los derechos a sus creadores. Únicamente el escenario donde se desarrolla la historia es de mi imaginación y creatividad.
Lenguaje y contenido fuerte y explícito.
Agradezco las portadas de yan_skiblue y de Mónica tadakatsue.
Una disculpa por la redacción.
©® Historia con derecho de autor.
No se permite, copiar, adaptar ni tomar prestada.
<<>>, " ": Son pensamientos del personaje.
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“ Por muy oscuro que pueda ser . . . yo siempre te protegeré.”
Midoriko con cautela se levantó sacudiendo la nieve y rocas que cayeron sobre ella, trato de estabilizarse cómo pudo se levantó revisando que todos estuvieran bien. Irasue se tapaba los oídos pues un molesto zumbido las había dejado cási sordas, Libia y Mirena taparon con su cuerpo ambos bebés. Entonces Midoriko revisó a Demetrius aún sin sentido pero respiraba. Sesshomaru apareció en su ángulo de visión lo veía hablarle pero no podía escucharlo, el estruendo fué demasiado cerca afectando sus sentidos. Inclusive estaban mareadas y no lograban ponerse en pie. Sesshomaru finalmente respiró con alivio todos estaban bien pero faltaba el sujeto que protegió a Irasue, muy seguramente se quedó en la explosión . Y los demás? Por eso intentaba preguntarle a Midoriko sin resultados. Se acercó a revisar a Demetrius, tenía dos balazos muy cerca uno de ellos de la columna y el otro del pecho , más los que ya traía supuso, en lo que tardó en llegar ahí. No sé veía nada bien. Entonces se comunicó con Naguna para dar las coordenadas y recogieran rápidamente a Demetrius y las mujeres, aún corrían peligro con todo ese grupo de ninjas que salían de todos lados. ¿Cómo diablos contrataron a tantos cómo Raizo? Y lo más importante, ¿dónde? Se escucharon pisadas, Sesshomaru se escondió tras las rocas haciendo seña a las mujeres para que guardarán silencio. Vió pasar a una docena de hombres que revisaron el lugar de la explosión y siguieron corriendo rumbo al río, parecían de la guerrilla de Toga. Eran demaciados cómo para matarlos o enfrentarlos, traían armas de fuego y sería suicida con las mujeres y los niños tan cerca. Finalmente Naguna le dijo que un helicóptero ya se desplazaba al lugar que le indico, Sesshomaru les advirtió de los hombres armados que muy seguramente regresarían al escuchar la nave aterrizar. Debían venir de los hombres entrenados de kohaku. Revisó que Demetrius siguiera respirando y ayudo a las mujeres a cargar a los niños en su espalda, aún se encontraban aturdidas. Sesshomaru con seriedad se aproximó a Irasue quién lo miraba con grandes ojos, le revisó el golpe en la sien se retiró sin mirárla y simplemente le chasqueo los dedos para verificar sus sentidos. Irasue ya escuchaba mejor y el molesto zumbido cási había desaparecido.
— Me escuchas?
— Si . . .
— Tienes un buen golpe en la cabeza, más vale que te revisen. . . Cómo te sientes? Te duele algo más?
La última pregunta se la hizo mirando su vientre. Irasue con el rostro ruborizado ante la sorpresa de que su hijo le estuviera hablando preguntando si se sentía bien. Cási la hicieron llorar.
— Estoy . . .me siento, bien.
Sin dejar de mirarlo se dió cuenta que se encontraba lleno de sangre y que, aún y cuando no toda era suya pequeñas gotas manaban de las heridas abiertas. Se acercó para revisarlo, pero Sesshomaru se alejó sin dejar que lo tocara.
Libia entonces se acerco y con cuidado por el peso del niño se inco para revisar sus piernas.
— Dejaras a tu nodriza revisarte muchacho?
Sesshomaru la miró con duda y desconfianza.
— Yo te alimente de mi pecho cuando aún eras un bebé.
No se movió mientras lo revisaba y la ignoró. Midoriko veía la interacción entre ellos y la frialdad con que Sesshomaru se dirigía a ellas. Libia le hizo una seña a la joven Mirena para que se acercara.
— Tu hijo se parece mucho a tí . . .incluso en su semblante amargado.
Sesshomaru, se acercó para que le mostrarán al bebé y al fin conocer a su hijo, pero antes le lanzó una mirada de molestia a la mujer por su comentario.
Bastian lo miró con sus ojitos de idéntico color a los suyos, y su carita demasiado seria para un bebé. En cuanto acercó su mano para tocarlo, el bebé lanzó un grito de protesta agitando sus manitas. Sesshomaru frunció el seño, la niña no lo rechazó pero su hijo se negaba rotundamente a que lo tocara. Prefirió volver a arroparlo y lo dejó con las mujeres.
— Definitivamente es tu hijo.
La voz cansada de Midoriko atrajo su atención y se acercó para ayudarla a levantarse.
— Cómo estás? Cuando sucedió?
Le señaló el vientre abultado.
— Larga historia . . .y por supuesto no sé cómo. Simplemente fallo el sistema. ¿Cuando llegaste?
— Una semana después de que te secuestraron. ¿Por qué no me lo dijiste?
Midoriko se apoyó en la roca y se sobó el vientre, tenía punzadas desde hacía rato y estaba algo preocupada.
— Por petición de kagome. Yo te lo hubiera dicho, y te hubiera traído a la fuerza pero . . .sabes cómo somos las mujeres embarazadas. ¿Cuál es tu excusa para no regresar?
Sesshomaru la miró de mala manera.
— No te incumbe.
Midoriko sonrió ladinamente.
— Seguro golpeaste al pobre de Bankotsu. No debiste, él no tenía la culpa de que te faltaran tanates para hacer entrar en razón a la madre de tus hijos.
Sesshomaru apretó los puños y la mandíbula, Irasue los miraba boquiabierta. Midoriko no se amilanaba para enfrentarlo, inclusive lo estaba haciendo enojar.
— Deja de meterte dónde no te llaman mujer.
— Desde cuando decir la verdad es entrometerse? Afronta las consecuencias de tus actos, así cómo kagome tuvo que hacerlo. Se quedó sin casa, sin su padre, además de sin su hombre, y no dejo de luchar por lo que creía justo. Así que no me digas que no me incumbe, yo tomé tú responsabilidad al velar por ella y tus hijos.
Sesshomaru hiba a replicar pero se escuchó el sonido de unas elices rompiendo el viento. Una lluvia de proyectiles salieron cerca de donde estaban y cómo los fogonazos iluminaban el cielo al responder al ataque de tierra. Sesshomaru cubrió a Midoriko y las mujeres a los niños, Demetrius estaba resguardado cerca de una roca. Finalmente se detuvieron los disparos y el helicóptero pudo descender desplegando varios individuos que se apostaron haciendo un cerco para protegerlos mientras los subían al veículo. Primero aseguraron a Demetrius y lo subieron con cuidado, luego Sesshomaru cargó a Midoriko y la subió, enseguida subió a la otra mujer con el bebé de Midoriko pero al tratar de subir a Irasue una nueva lluvia de balas acabaron con casi todos los que estaban protegiéndolos. Sesshomaru, le gritó al piloto que se fuera, bajó una arma y comenzó a disparar ordenando a las mujeres que se tirarán al piso. La nave se fué con algunas fallas por los disparos, los gritos de Midoriko se perdieron en la oscuridad. Ahora estaba sólo con dos mujeres y su hijo. Maldita sea!! Llamó de nuevo a Naguna y pidió otro helicóptero. Tardarían en ir por ellos por lo menos veinte minutos, Sesshomaru miró a Irasue y luego a la jovencita temblorosa y suspiro con frustración. Llamó a Bankotsu quien le contesto agitado.
— Hermano, ¿lograron irse?
— No todos, aún están dos mujeres y mi hijo. Necesito que me ayudes a sacarlas.
— Te enviaré refuerzos,¿ Sabes dónde está Raizo?
— No.
— ¿No te ha contestado?
— No. ven entonces.
— No puedo hermano, tengo bastantes balas en una pierna . . .por esta vez te fallaré.
— Vete si puedes, te alcanzo cuando lleguen los refuerzos. . . Hermano . . .
Sesshomaru hizo una pausa antes de darle las malas noticias.
— Qué pasa?
— Tu tío . . . está muy mal. Se fué con Midoriko.
Un silencio se escuchó en el comunicador.
— Mi madre?
—. . . .
— Sesshomaru?
— Murió.
Y cortó la comunicación para evitar más explicaciones. Esa mujer no merecía ni jamás había merecido el título de madre. Se volvió cómo si hubiera recordado a las mujeres que lo acompañaban.
— Saben disparar un arma?
La jovencita se encogió con sus grandes ojos grises asustados, mirando a ese hombre alto y frío tan parecido a la señora Irasue, pero no dijo nada.
— Yo sé.
Sesshomaru miró a Irasue con un brillo de burla en los ojos, formandose una sonrisa en sus labios que causó escalofríos en ambas mujeres.
— ¿Por qué no me sorprende? Andando. Detrás de mí sin hacer ruido.
Y regresaron al lugar donde Sesshomaru esperaba encontrar a Raizo, necesitaba poner a salvo a las mujeres y al niño.
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Raizo sabía que lo seguían pero aún no se daban a conocer. Con rapidez se adentro en un lugar de total oscuridad despistando al grupo de cinco, que pasaron muy cerca de él sin hacer el menor ruido. Eran buenos . . . bastante, tanto o más que él. Pero les faltaba algo . . .un poco más de instinto. Volvió a escuchar el mismo sonido de una orden proferido al viento. Ya no se escuchaban disparos, sólo el viento y la casi imperceptible caída de la nieve. Espero un poco y corrió ocultándose, sabía que encontraría a Sesshomaru en el camino y que venía con dos mujeres. Necesitaba ayudarlo a llevarlas a un lugar seguro, el tipo que aún rondaba por ahí era el más peligroso, ni más ni menos la mano derecha del maestro de los Ozuna.
No tenía tiempo de sentarse y estar en serenidad para cerrar sus heridas. Primero encontraría a Sesshomaru y luego tomaría un poco de tiempo para curarse en parte, las heridas abiertas le pasaban factura poco a poco, y necesitaba su capacidad al cien por ciento para enfrentar al asesino personal del jefe de los Ozuna.
Cási llegando al centro del campamento cinco sujetos vestidos totalmente de negro les cerraron el paso. Los ojos era lo único que se veía de su cuerpo, al pisar la nieve se percibían las sombras oscuras al ser alumbradas por el fuego que ardía en cási todo el campamento. Sesshomaru se paró en seco, una lluvia de shuriken volaron hacia ellos. Con movimientos rápidos y concisos detuvo y desvío todas y cada una. Los sujetos entonces desenvainaron las catanas gemelas comenzando a rodearlos. Sesshomaru sin distraerse le murmuró a Irasue.
— Cubrance . . .no los dejare llegar, pero si alguno se acerca . . .matalo.
Irasue se hizo poco a poco hacía atrás, sin dejar de apuntarles. Llegó a unas tapias y ahí resguardo a Mirena con el bebé, que extrañamente se encontraba despierto y no hacía ruido. Se asomó con cuidado para ver cómo Sesshomaru sacaba otra espada y blandiendo ambas en cada mano, fué rodeado. Sin moverse, espero el primer ataque. Todos se lanzaron sobre él, Sesshomaru detenía y esquivaba al mismo tiempo golpes de filosas katanas que buscaban cualquier parte de su cuerpo para hacerlo caer. Se agachaba y se levantaba arqueando su cuerpo hacia atrás esquivando los filos que pasaban rosando su cuerpo y cabeza. Se impulso para caer en una pirueta hacia atrás y en el trayecto cerceno dos cabezas y un brazo. Cayó en cuclillas con ambas espadas extendidas, una sonrisa de boca cerrada cási espeluznante se dibujó en su boca. Los dos tipos que quedaban retrocedieron mirando cómo los cuerpos caían en seco manando borbotones de sangre en la parte donde estaba su cabeza, el tercero que perdió el brazo se retorcía en la blanca superficie desangrándose. Irasue no daba crédito a tan dantesca escena, ¿quien era este hombre?, Nadie le dijo que su hijo asesinaba sin dificultad y al parecer sin piedad. Pudo percibir a lo lejos un sentimiento de miedo que helaba la sangre de sólo mirarlo.
Sesshomaru, sacudió las katanas y las volteó con el filo invertido, los dos que quedaron se volvieron contra él con rapidez, las espadas en alto y lanzando un grito uno de ellos le cortó parte del traje del brazo y el otro alcanzó su frente, al mismo tiempo, Sesshomaru los atravezó de lado a lado por el abdomen quedando incado con ambos cuerpos empalados en las espadas. Los pateó para sacar las armas y los cuerpos cayeron al piso sin vida. Los miró por un segundo con odio, sacudió ambas espadas y las volvió a acomodar en la espalda en sus fundas cruzadas. Volteó a todos lados y se comunicó de nuevo con Naguna, estaban tardando demasiado y se estaba cansando. Le faltaba entrenamiento, esquivaba por muy poco las armas y estaba herido. Sentía el escozor de la sangre que empapaba su pecho, piernas y ahora un brazo y la frente. Según Naguna ya estaban cási ahí. Se cercioro que no hubiera nadie más para acercarse a las mujeres.
— Están bien?
Irasue lloraba al verle herido y aún así, de pie. Le recordó a aquel niño que a los trece años miraba con profundo odio y sangrando de su espalda a un desgraciado William que enfurecido lo golpeaba con saña al no verlo doblegarse ni emitir grito alguno ante la brutal golpiza.
Ese niño . . . ahora era un hombre y tenía la misma mirada de aquel entonces, con temple, con ferosidad y valentía . . . La diferencia . . . que ahora sabía quitar la vida protegiendo a sus seres queridos, a su hijo . . .aún, a su ingrata madre. Se acercó con cuidado a él, sacando un pañuelo lo miró a los ojos pidiendo permiso para tocarlo, Sesshomaru no la miró pero tampoco se apartó. Su madre limpió su rostro con cuidado manteniendo presionado por un momento la herida para que dejara de sangrar.
— Estás herido . . .y sangras mucho. Esperemos un momento para revisarte y por lo menos poner torniquetes en tu brazo y piernas.
Sesshomaru, la miró con ironía por un momento, contestando con frialdad.
— Temes que muera mujer? No te preocupes, te llevaré a salvo con tu bastardo. Se lo prometí a Midoriko. No necesito de tus cuidados . . .¿no te parece algo tarde, para éso?
Irasue, bajo el rostro aceptando el insulto y el rechazo, debía dar gracias por qué no la abandonó, inclusive por qué se digno dirigirle unas palabras . . .era demaciado tiempo, y demasiado el daño . . .no quedaba nada que salvar.
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CONTINUARÁ . . .