Unos dos años más o menos pasaron desde que Jiang Cheng obtuvo a los perros, Jazmin, Princesa y Amor, tres lindos perritos que ya eran medio- adultos.
Un día, cuando Jiang Cheng llegó de comprar unas cosas, notó que uno de ellos, Amor, ya no estaba. Le buscó por toda la casa, pero no había ni rastro de la mascota, comenzó a entrar en pánico hasta que empezó a ver por las ventanas (que aún no tenían rejas) y ahí le encontró, en casa de su vecino quien se había mudado hace dos semanas. ¿Ahora cómo recuperaba a su mascota?
La forma de cómo Amor había entrado a la casa del vecino de Jiang Cheng, Meng Yao, era que fue por pura curiosidad y este le encontró ahí cuando fue a sacar a Hada, su perro, así que se quedó un rato con el peludo perrito, acariciándole y jugando un rato para después darle un poco de comida, lo que hizo que el perro se quedara ahí unos minutos más, los suficientes para que su dueño le viera desde la ventana.
Nervioso fue hasta la casa de Meng, y se pensó mil veces el tocar la puerta. No conocía a ese chico, sería raro que las primeras palabras que dijera eran "¿puedo entrar para sacar a mi perro de tu patio?" Dejó todos esos pensamientos de lado y tocó la puerta, la cual fue abierta por un chico bastante bajo y bonito, debía admitir.
-Ehm, hola, soy Jiang Wanyin, vivo al lado. Mi perro se metió a tu casa, ¿puedo entrar a buscarlo en tu patio?
Para su sorpresa Yao le dejó pasar, mandando a callar a Hada quien no dejaba de ladrar. Acompañó a Jiang Cheng hasta su patio para que buscara a su mascota, pero resulta que ya no estaba.
-¡Pero estaba aquí! – Recalcó Wanyin entrando en pánico por su desaparecido perro.
-Quizás salió otra vez a tu casa, no lo sé. – Intentó calmarlo el más bajo, poniendo una mano en su hombro.
Extrañamente ese toque hizo que Jiang Cheng sintiera cosas raras en su estómago.
-Está bien. Muchas gracias... - Hizo un silencio, esperando que el contrario dijera su nombre.
-Yao. Meng Yao. Un gusto, Wanyin.
Ambos chicos se despidieron y el menor volvió a su casa y, efectivamente, Amor estaba ahí. A regaños el animal entró en la casa y Jiang Cheng se sentó en el sofá, pensando en que había pasado cuando su vecino que acababa de conocer le tocó.
(...)
En este fic existen los nombres de nacimiento y cortesía, ¿por qué? Pues porque quiero y porque puedo