"ꜱᴡᴇᴇᴛ ɪɴꜰᴇʀɴᴀʟ ᴀɴɢᴇʟ"- ʜᴀʟꜰ...

By Spellrose

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Está historia estará basada en mí y en mí experiencia en el Shifting Realities en el universo de Harry Potter... More

A little bit of me.
Capitulo I.
Capitulo III.
Capitulo IV.
Capitulo V.
Capítulo VI.
Esto no es un capítulo.
Capitulo VII
Capitulo VIII.
Capitulo IX.
Capitulo X.
Capitulo XI.
Capitulo XII.
Capitulo XIII.
Capitulo XIV.
Capitulo XV.
Capitulo XVI.
Capitulo XVII
Capitulo XVIII.
Capitulo XIX.
Capitulo XX.
Capitulo XXI.
Capitulo XXII.

Capitulo II.

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By Spellrose

"Siempre has sido Tú. Tú eres el problema"

ESTABA EN MI R.D!

En una gran Habitación!!!

En mí habitación!!!

En Howgarts!!!

Era realmente preciosa, era algo parecida a la de la foto, pero un poco mas... Reservada, con algunos toques modernos que le añadí con ayuda de mi guion.

La ventana era más grande y estaba del lado derecho, se podía ver todo el castillo y lo que rodeaba a howgarts desde ahí, era una vista sumamente hermosa.

Todo en mi habitación lucía, Irreal, sumamente lindo, era tal y como la describí en mi guión; Mi habitación era muy grande, y tenía la cantidad perfecta de luz, estaba ordenada y tenía un delicado aroma a rosas ya que agregue que en la ventana, en los bordes de los lados izquierdo y derecho, crecía una especie de "Rosal mágico" no se marchitaba y las flores podían cambiar de color o volumen dependiendo el estado de animo del propietario.

Mí lechuza estaba ahí, Era una cosa tan linda, Era de un color entre blanco y gris azulado aleteo un poco sus alas emocionadamente al verme, era como si me estuviera dando la bienvenida, les juro que era la cosita más linda del mundo.

Sentía la luz del sol entrar por la ventana, la suavidad de las sábanas levemente enredadas en mis piernas.

Tenía un espejo muy bonito posicionado al fondo de la habitación, que daba al frente de mí cama, pues estaba colocado en la pared, luces led adornaban alrededor del lugar, tenía un librero, un gran escritorio con unos libros, y mí diario de partituras y letras, entre otras cosas.

Me levanté y me di una mirada rápida en el espejo, llevaba puesta una pijama como de seda, gracias al cielo aparecí con ropa.

Después de verme en el espejo regrese a mí cama, porque sí, lo primero que hice a parte de verme en el espejo fue tender mi cama.

Luego de eso, seguía analizando toda mi habitación.

Mis manos pasaron literalmente por todo el lugar.

El peinador, la mesita de noche, las paredes, la ventana, mi lechuza Bluebell, el escritorio....

Ví que había una puerta al lado del baño y como soy como un gato curioso me dirigí hacía ella.

Me di cuenta, que era mí armario, Era enorme, literalmente creo que era del tamaño de mí habitación y la de mis papás en mí R.A

Dé repente volví a escuchar ese golpe en la puerta de mi habitación, me sobresalté un poco.

—"Cinco minutos aquí y alguien ya colmó mi maldita paciencia"— Dije gritando mientras caminaba hacía la puerta, y ver a la impaciente persona que se encontraba del otro lado interrumpiendo mi breve bienvenida.

Al abrir la puerta, me moví rápidamente hacía un lado, ya que sí no lo hacía hubiera terminado con un enorme golpe en la frente.

La impaciente persona pasó aprisa y reconocí inmediatamente de quién se trataba...

Era Theo.

Si, así como lo oyen, se trataba del mismísimo Mattheo Riddle, agregué a Mattheo, haciendo unos ligeros cambios; Él sería el primo de Tom y no su hijo.

Sería una situación un tanto extraña debido a los próximos acontecimientos que relataré.

Entro sin mirarme, dándome ligeramente la espalda, estaba molesto, muy molesto.

—Te lo advertí, te lo dije un millón de veces, ¡Te dije que te mantuvieras alejada de Tom! Mierda, ¿Qué no lo entiendes?—Tomó una bocanada de aire y se pasó las manos por el cabello, Desesperado— ¡Ellos no te aman como yo lo hago!— Siguió diciendo, esta vez, dándose la vuelta para mirarme— Y también mantente alejada de ese idiota de Malfoy—Me miró con algo de ira en sus ojos— Ellos no te aman Melissa, ¡Solo quieren estar contigo por una noche! Maldita sea, ¡Obedece solo por una vez!.

Por si aún no les quedaba claro, Mattheo, estaba sumamente enfadado.

Y podría decir que hasta desesperado y con bordes amenazantes de ansiedad.

Tenía los ojos inyectados en sangre, era notorio que no había dormido.

Examiné su fino, pero cansado semblante. 

Aún así seguía siendo intimidante a la vista, noté que su nariz estaba ensangrentada.

Llámenme loca, pero verlo de esa manera solamente hizo que mis hormonas se alborotarán.

No podía creer lo que estaba pasando.

No podía creer que estaba en Howgarts.

En mi habitación.

Con una prueba viviente de lo que podría ser un maldito dios griego enfrente mío...

No le respondía, no podía, aún seguía creyendo que todo esto, era un sueño, simplemente, me dedicaba a mirarlo, no de una manera obsesiva, sino, de una forma "analítica" con el ceño levemente fruncido.

Sentía como si no pudiera hablar, estaba como en una especie de trance, es decir..

¿Quién no estaría así después de meses y meses intentando ir a su hogar?

Mattheo se percató de que no le respondía y se acercó a mí.

Al principio se veía amenazante, pero luego se veía... como si estuviera deseoso de consumir el espacio que levemente nos separaba.

Él me tomó de las mejillas y sus ojos se conectaron a los míos al instante..

Me gustaban.

Eran simplemente de color café, de ese tipo de café que te dejaba aturdido, podías quedarte perdidamente cautivada, si no sabías cómo jugar su juego.

Su mirada era igual que la de Tom, con algunas sombras de oscuridad, intimidante, seductiva sin siquiera forzarla, magnética, dominante y profunda...

Sus pupilas estaban dilatadas, desvié un poco mi mirada hasta su pecho y me percaté de que no llevaba su bata de Slytherin.

—¿Estás bien? No has dicho nada desde que llegué—Hizo una pausa y lamio levemente su labio inferior— Lamento haber entrado de esa forma y gritarte así, no fue... mi intención— Me miraba muy atento buscando alguna señal de emoción en mi rostro— Es solo que; Me molesta ver cómo otros chicos te tragan con la mirada.  En especial Tom y Malfoy. No puedo imaginar a alguien más que no sea yo a tu lado, no sé que me pasa Melissa—Escucharlo decir mi nombre con tanta ansia hizo que mis piernas flaquearan levemente— Sé que no somos nada, pero realmente, te...quiero. Pero, no podemos.. Estar juntos, no aún— Se alejó de mí un poco y acarició mi mejilla— Pero tampoco puedo soportar verte con alguien más.

Fruncí levemente mi ceño, no entendí muy bien el mensaje

¿Me quiere pero no quiere establecerse, o poner una etiqueta?

¿Es eso tal vez?...

¿Egoísmo será?

Pause mis pensamientos y me centré en uno solo.

Algo dentro de mi decía que quería besarlo....

Se veía tan indefenso.

Tan...vulnerable; Y no sé porque, pero algo se revolvió dentro de mi estómago al verlo de esa manera.

Me controle, respire profundo y lo tome de la mano, llevándolo hasta el borde de mi cama....

Me senté a su lado, mirando nuevamente su nariz sangrante, estaba hinchada y algo morada.

Por suerte no estaba fracturada, solo estaba inflamada, toque su nariz levemente y soltó un jadeo malhumorado debido al dolor.

Examiné su rostro y tenía esta mueca plasmada en su rostro.

Era más que obvio que se había peleado y yo sabia perfectamente con quién.

Simplemente quería que él mismo me lo dijera.

(Les recomiendo que pongan en su guión que al momento de llegar a su R.D recibirán todos los recuerdos de sus clones, yo sabía hasta lo que no.)

Miré a Mattheo algo molesta ya que no era capaz de sostenerme la mirada, y tampoco se dedicaba a tener una conversación conmigo.

Tensé mí mandíbula, me levanté sin decir nada y fui hacía el baño.

Tenía una especie de botiquín para primeros auxilios así que lo tomé y regresé hacía donde estaba Theo sentándome con mi pierna izquierda doblada para quedar frente a él, mientras que Mattheo seguía en la misma posición, con la mandíbula rígida.

—¿Qué demonios te paso en la nariz Mattheo?— Cuando estaba enojada o quería hacer que creyeran que lo estaba, solía llamarlos por su nombre completo.

Pero no resultó, Mattheo seguía desviando la mirada y tenso la mandíbula.

Mi molestia aumento al ver como ignoraba mi pregunta, así que lo tomé de la mandíbula obligándolo a mirarme.

—Contéstame— le ordené amenazante.

Miré por unos segundos sus ojos y la siguiente frase resonó dentro de mi cabeza.

"Maldición, se ve realmente tierna enojada. No puedo decirle que peleé con Tom, se molestará conmigo.
No quiero que se aleje"

El pensamiento de Mattheo había resonado dentro de mi.

Había leído su mente.

Al principio me sorprendió tanto que abrí los ojos como plato, al igual que él.

Miró hacia sus manos y cerro sus ojos haciendo presión en ellos, dándome a entender, que sabía lo que había ocurrido en ese instante.

—Lo pregunto por una última vez, ¿Que demonios hiciste Mattheo?— Dije tensando la mandíbula.

Realmente estaba molesta con él y con Tom, estas tonterías de yo soy más que tú, la merezco más yo y no tú, no me venían, no era un trofeo el cual poseer.

No.

La que elegía aquí, Era yo....

—¿Por qué me preguntas sí ya leíste mi mente?— Pronunció con un tono altanero.

Volví a apretar mi mandíbula molesta, cuando me percaté que plasmó una sonrisa de medio lado y cada vez estaba a escasos centímetros de mi rostro; a nada de rozar sus labios contra los míos.

—Melissa— Pronunció lentamente sobre mis labios.

Sabía exactamente lo que trataba de hacer.

Manipulación sexual cariño.

Mattheo era un Riddle, y como ya sabrán, son persuasivos y manipuladores cuando lo quieren.

Pero ellos no sabían que yo sabía jugar el mismo juego que ellos.

Y yo era peor....

Puse mi mano sobre su pecho y lo empuje levemente para limpiar la herida y evitar que se infectara. Cuando coloqué el trapo en su nariz soltó un jadeo del dolor, lo miré frunciendo el ceño.

—¿Puedo saber el motivo por el cual golpeaste a tu primo?— Le pregunté arqueando una ceja y dejando el trapo con alcohol en la mesita que estaba a un lado de mi cama.

Mattheo soltó una risa, que más bien parecía un bufido irritado.

—Ya lo sabes. Es lo mismo de siempre— Hizo una pausa para respirar profundamente y siguió— Tú. ¡Dios!— Miró hacía el techo frustrado— ¡Siempre has sido tú!. ¡Tú eres el maldito problema!— Finalizó alzando la voz y mirándome molesto.

Lo que Mattheo dijo me tomó por sorpresa, he de admitir, que sí tuvo un leve impacto dentro de mí, No entendía a qué se refería al decir que yo era el problema

Pero mostrar una simple pizca de debilidad o sensibilidad no formaba parte de mi personalidad, sería muy patético de mi parte.

No soy el tipo de chica que demuestra sus sentimientos.

Llamenlo como quieran, pero tengo un mecanismo de defensa con todo mundo en general, pero la mayoría se reduce a los hombres.

Por lo normal suelo ser fría, tal ves hasta cruel sí es necesario, actuó con completa, y tranquila indiferencia, como si no sintiera nada.

Al no saber cómo reaccionar solo me limité a fruncir mi ceño con extrañeza.

Mattheo volvió a abrir los ojos como platos, se dió cuenta de lo que dijo.

Me levanté de la cama aún con el ceño fruncido esperando a que me diera una explicación que claramente, no iba a aceptar

Menos de 10 minutos en mi R.D y ya sacamos los toxic issues.

Retrocedí un poco hasta topar con la puerta del baño.

Theo se acercó con algo de timidez, estaba debatiendo consigo mismo si debería hablar o no.

—Linda, yo— Se detuvo un momento presionando sus labios— No era mi intención decirlo de esa forma. Olvida lo que dije ¿Sí?, Por favor ñ; No es lo que...— Theo trato de tomar mis manos pero las quite rápidamente para evitar que lo hiciera.

—No me toques. Cierra la boca.
Si soy un maldito problema para tí, ¡¿Qué demonios estás haciendo aquí Mattheo?!— Nuevamente quiso tomarme la mano pero lo empuje— No necesito tu ridícula protección, se cuidarme sola, y sé perfectamente cuando alguien trata de jugar conmigo— Esto último fue una especie de indirecta; quería que supiera que no aguantaría estupideces de ninguna clase— No quiero que pelees por mí. No lo necesito. ¿Entiendes eso?— Lo miré molesta, no sabría expresar las emociones en su rostro cuando dije eso— ¿Sabes qué?— Me crucé de brazos y tensé mí mandíbula— Te ahorraré los problemas. De hoy en adelante—Me frené a mi misma para evitar decir algo de lo que después, tal vez; Probablemente, me arrepentiría. Pero aún así no me importó —Eres libre, sé que no somos nada, tú mismo lo dijiste; Así que felicidades Mattheo
— Lo pasé de largo y caminé hacía la puerta de mi habitación abriéndola de golpe—Tienes un problema menos.

Abrió la boca para decir algo pero no lo dejé.

—Ahorrate lo que tengas que decir. No me interesa; Largo, ¡Ahora!.

Theo desvió su mirada tensando su mandíbula con molestia.

—¡Maldición! No es lo que quise decir Melissa. Yo—No dejé que terminara la oración porque lo interrumpí.

—Largo Mattheo. No quiero, ni pienso escuchar excusas, ten un buen día—
Contesté cortante para después cerrarle la puerta en la cara.

Me di la vuelta y recargue mi espalda sobre ella.

—Maldita sea, No eres un problema para mí. ¡Yo te amo joder!— Dijo gritando desde el otro lado de la puerta, provocando que me sobresaltara ligeramente al escucharlo golpear la puerta o la pared.

Y claro, al decir alcancé, quiero decir que todo Gryffindor y dios sabe quién más escucho el gritó de Mattheo.

Dirigí mi mirada al reloj que posaba sobre mi mesita de noche y alcancé a ver, que eran las 7:35 de la maña.

¿Qué mierda hago despierta a esta hora?...

Debo admitir que, me arrepentí un poco.

Hay una parte de mí corazón tirano que tiene benevolencia y humanidad.

Algo dentro mío se removió al escuchar a Mattheo decir esas palabras con un tono frustrado, si hubiera sido cualquier otro chico, probablemente me hubiera burlado, siempre he sido un mártir con los chicos, en especial, chicos como él.

Y aunque la tripa dentro de mi estómago se removiera al decirlo, Mattheo no podía ser la excepción.

Nadie podía serlo.

Así que mi actitud inexpresiva, indiferente e infame seguía bien puesta.

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