Mía
- ¿Qué?
-¿Qué se siente ser tan incompetente como policía como para que un grupo de adolescentes y la pandilla ,la cual se supone usted vigila muy de cerca, hayan resuelto el problema de los Ghoulies? - pregunté tratando de reprimir una sonrisa.
- Siempre es bueno recibir ayuda - dice levantando una ceja.
Y una mierda.
- Nunca vas a olvidar lo qué pasó aquí, ¿cierto?
Golpe bajo,Keller.Golpe bajo.
Sonrío lo más amable que puedo.
- No - digo de manera seca - Y tal vez usted no lo entienda, pero esa mañana, en la que me dijo que "tenía las manos atadas", me hice una promesa a mí misma.
"Mientras viva ... haré hasta lo imposible para que nadie de los que amo se sienta tan desprotegido como yo me sentí aquí"
El sheriff Keller asiente y se recuesta en el respaldar de su silla giratoria.
- Por eso quieres el acuerdo.
Asiento.
- Habían personas sin hogar con los Ghoulies, madres solteras, niños, arrastrados a una guerrilla que no les correspondía.
- ¿A ti te correspondía? Tienes ,¿qué? , ¿15 años?
- Casi 18, gracias - corregí .
- Mira , estoy dispuesto a aceptar este trato, pero no puedo ayudarte con ninguno de ellos luego de ser liberados.
- Lo sé, por eso está ella aquí - dije señalando con la cabeza a Verónica.
- Oh, señor Keller...hoy es un buen día para hacer negocios -dice acunando su mentón sobre los dorsos de sus manos mientras acercaba el sobre con las fotos de su aventura con la ex-alcaldesa- y nosotras tenemos algo que puede interesarle.
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Sweet Pea
- Así te quería agarrar, puerco - grita Fangs pateando la puerta de mi trailer abriéndola de par en par - ¿Qué haces comiendo solo y por qué no estás teniendo sexo desenfrenado con mi ídola?
Doy un mordisco a mi emparedado para luego sacarle el dedo medio.
- No te hagas el santo, Pea - ríe- En serio , ¿dónde está la enana?
-Tenía un par de cosas que hacer, regresará pronto.
- Si, si es que no desaparece otro medio año - le lanzo mi bolsa de pan de mala gana - ¿Muy pronto? Bueno....público difícil.
- Lárgate, Fangs - dije rodando los ojos- tengo que estudiar.
Fangs trata de no soltar una carcajada.
-Lo siento, sé que hablas en serio pero ...-Lo miro seriamente y él levanta las manos en son de paz- okay okay, lo siento.
-Perdonado- dije sonriendo de lado - Ahora largo,tengo que estudiar química.
Fangs hizo una cara de horror y luego de robarse la otra mitad de mi emparedado se fue.
Mis calificaciones se habían vuelto lo más decentes posibles como para aplicar a una universidad no tan prestigiosa pero al fin y al cabo era una universidad. El problema...tal vez no podría estar cerca a cualquier universidad que Mía escogiese.
" No tomes una decisión tan grande cómo esta pensando en alguien más- dice Mía mientras tecleaba en su portátil las direcciones de correo de diferentes universidades - Decide por ti...Estaremos bien"
Estaremos bien.
Saco mis libros de química y empiezo a resolver los ejercicios que me había dejado Mía en una hoja.
Sí...Estaremos bien.
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Mía
- Entra -dice Betty con una sonrisa - Ella lleva esperando por ti.
Asiento.
Inhalo y exhalo tres veces antes de entrar a la habitación de hospital. Nada estaba en su lugar. Ella odiaría eso. Me siento a su lado y acomodo un mechón de su cabello grisáceo tras su oreja. El pitido de las máquinas me ponían cada vez más nerviosa, pero ver los moretones y el respirador en su rostro me destrozó el corazón. Ella no debería estar así, ella debió haberme recibido con un comentario sarcástico o un jalón de orejas por no haberla visitado desde hace mucho tiempo.
Esto era mi culpa.
- Jo - mordí mi labio inferior para que este dejase de temblar - Lo siento tanto. No debí dejar que esto pasara. Yo...
Tomo su mano entre las mías.
-Sé que es egoísta de mi parte, pedirte que luches un poco más- siento las lágrimas empezar a correr- pero te necesito, por favor ,quédate.
Saco de mi bolso una pequeña barra de chocolate y lo pongo en su mano.
- Por favor, Jo -susurro.
La escucho murmurar por lo que alzo levemente el respirador de su rostro.
- ¿Jo?
-¿Y perderme tu graduación? - sonrío y la abrazo fuertemente- Ya , ya - susurra sin abrir los ojos aún.
- Te extrañé -murmuré.
- Se nota, me trajiste del chocolate caro.
Río mientras limpiaba cualquier rastro de lágrimas.
Pero mientras conversaba alegremente con Jo, solo podía pensar una cosa.
Penny Peabody se arrepentirá de esto.
- ¿Interrumpo? - me tenso al escuchar la voz de mi padre. Miro a Jo y ella aprieta ligeramente mi mano.
"Ve"
-Mía...
- Hablemos afuera - digo tomando su brazo llevándolo a un pasillo algo alejado de la habitación de Jo - ¿Y bien...?
- Sé que dijiste que querías tiempo y y-yo te he dado todo el espacio que he podido...
- Tanto que te fuiste -dije a la defensiva.
- S-Sí, digo no - niega con la cabeza - pensé que me querrías lejos, yo no sabía que hacer...
- Yo tampoco - solté- te necesitaba por aquí para resolverlo juntos.
- Lo sé y lo siento mucho - dice tomando mi rostro entre sus manos - fui un idiota al dejarte, creí que hacía lo correcto. Cuando conocí a tu madre...las cosas eran muy diferentes a lo que son hoy, pero dejarte es lo único de lo que me arrepiento.
Rayos. Iba a llorar de nuevo.
- Lamento muchísimo que hayas tenido que enterarte de esta manera - dice y presiento que él está a nada de llorar también.Nunca lo había visto llorar - pero mírate, ya no eres la pequeña niña que me pedía revisar bajo su cama en caso hubiesen monstruos.
Suelto una pequeña risa.
- Eres una mujer ahora, y eres tan asombrosa- dice acariciando mi cabello- Siempre fuiste asombrosa, mucho mejor de lo que yo alguna vez llegaré a hacer. Tenerte fue lo mejor que pude hacer, pequeña...Lo siento tanto y-yo
Limpio las lágrimas que habían en sus mejillas.
- Te perdono - murmuro - Te extrañé muchísimo.
El suelta un gran suspiro antes de abrazarme fuertemente levantándome del suelo unos centímetros.
- Yo más, pequeña - ríe al bajarme me demoro un rato más entre sus brazos.
- Pero no creo que funcionemos como antes - dije firmemente.
- Lo sé- asiente, su sonrisa decae.
- Pero podemos intentar.
-¿Vamos a intentarlo?
- Vamos a intentarlo - repito enrollando su dedo pequeño con el mío.
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Sweet Pea
- Pea , estoy en casa - escucho la voz de Mía en la sala del trailer. Suelto un pequeño gruñido.
Me faltaban tres ejercicios para resolver y estaba algo frustrado.
- ¿Cómo vas con eso? -pregunta recostándose en el marco de la puerta de la cocina. Levanto mi mirada acomodando mi cabeza en mi mano . Se veía hermosa con ese vestido amarillo y el cabello suelto.
- Cuatro de siete - declaré soltando un dramático suspiro y cierro los ojos estirándome en mi sitio.
-Cuatro de siete... vas mejorando.
Abro un ojo y doy un par de palmadas en mi regazo y ella se acerca lentamente y con la gracia que la caracterizaba se sienta en mi regazo.
- ¿Cómo te fue hoy? - pregunto dejando un beso en su cuello.
- Digamos que fue un día productivo - dice revisando mis ejercicios- Hablamos con Keller, visité a Jo, te manda saludos por cierto y... hablé con mi padre.
Abro mis ojos con sorpresa.
- ¿Hablaste con él?
- Sip
- ¿Y qué pasó?
- Acordamos que lo intentaríamos de nuevo- dice tranquila - pero está aún en período de prueba para mí.
Suelto una pequeña risa mientras acomodo un mechón de cabello tras su oreja.
-¿Dijo algo sobre mí?
- No - voltea a verme.
- Oh...bien
- Solo que trataste de matarlo una vez - dice tirando juguetonamente de mi cabello.
-Sabía que no olvidaría eso- ella suelta una pequeña risa - ¿Y bien?
- Cuatro de siete - sentencia - muy bien pero...
- Debo hacerlo mejor la próxima vez- termino la oración por ella a lo que ella asiente - Lo intento.
-Lo sé- deja un pequeño beso en mis labios - creo que te falta un poco de motivación.
Frunzo el ceño .
- ¿Motivación?- pregunto confundido pero ella lo aclara al ponerse a horcajadas sobre mí- Sí, creo que me falta mucha motivación.
Ella suelta una suave risa y llevo mis manos alrededor de su cintura.
- Te amo - suelta ella pegando su frente con la mía.
- ¿Sin huidas esta vez?
- Sin huidas esta vez - promete. Tomo su barbilla levantándola ligeramente para verla a los ojos.
- Te amo
Ella sonríe y tomo esa como señal para besarla esperando que ella pudiese sentir lo que yo en ese momento. Ella enreda sus manos en mi cabello y yo literalmente siento como si me fuese a derretir en cualquier segundo.
Logro levantarme del asiento sin soltarla y ella enrolla rápidamente sus piernas en mi cintura y mientras caminaba entre trompicones y risas a nuestra habitación no podía evitar pensar en lo afortunado que era al tenerla entre mis brazos.
En todo lo que tuvimos que pasar para llegar hasta nuestro ahora. En todo lo que pasaríamos y si en realidad teníamos una oportunidad.
Pero ahora ella estaba aquí. Amándome.Y eso era lo más importante. Eso era suficiente para mí.